lunes, 1 de diciembre de 2008

De por qué no autorizo las diagonales.

En mi ciudad no hay diagonales. Talvez una que otra calle más angosta, algún pasaje, boulevares donde me lo permite el espacio, pero diagonales no.
Como máxima autoridad debo estar informado de todo lo que pasa para tomar con ecuanimidad decisiones que afectan a mis ciudadanos. Y nunca logro hacerlo, porque los medios de comunicación están ocupados en otras cosas. Los medios son como las diagonales, te hacen perder la noción de la realidad, te muestran otras cosas y te desorientan. A veces, hasta parece que te transportaran a otro lugar, a otro país. Tienen su propia orientación, su propia ideología, que respetan ciegamente; pero ésta les fue impuesta desde sus comienzos y por la fuerza y ahora nadie sabe para qué van hacia esa dirección: arrancás en un lugar comercial, lleno de gente, muy decorado, muy moderno, te animás a entrar y en el otro extremo te encontrás en medio de un barrio siglo XIX, en un mundo totalmente diferente, como las diagonales. Son como la máquina del tiempo, pero en secuencia paralela, mirás por la ventana y ves una realidad, mirás la pantalla y ves otra cosa. O acaso piensan que las noticias de 12 a 13 es lo único que pasa en esta ciudad?
Int. Etienne

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