sábado, 31 de mayo de 2014

Literatura, ficción y más ciudades [29]

Capítulo 54

Un posible encuentro (capítulo falso)

Siempre existieron, en el barrio de Flores, unas palomas azules, nietas de aquellas del lago Estínfalo, cuyas plumas de acero caían desde lo alto y degollaban cada tanto a algún distraído. Estas aves eran adiestradas por los Brujos de Chiclana y podían, llegado el caso, cumplir comisiones diabólicas de orden secundario: arrancar ojos a enemigos, llevar mensajes secretos, cagar sobre los manjares ajenos.
Una tarde de sol, la más rápida de las palomas se posó en la ventana de Jorge Allen. El poeta trató de espantarla con una escoba hasta que vio que el ave llevaba un rollo de papel atado torpemente a su pata de hierro. Con toda clase de precauciones y no sin que le sangraran las manos, consiguió hacerse del mensaje. Lo leyó temblando de miedo.

Cartas Marcadas - (A. DOLINA)