viernes, 29 de agosto de 2014

Corazón delator

Tu corazón te delató duramente, te sacó el velo que te cegaba de los ojos, permitiéndote ver con claridad.

Hoy sos una persona renovada, que no oculta lo que siente, que se juega por esa persona especial.
Al pensar que antes no vivías realmente, te das cuenta de lo mucho que se puede lograr siendo sincero con uno mismo.

Mi corazón me delató, traicionándome, haciendo que caiga en una tonta trampa. Consiguió que revele mis sentimientos, que pretendía egoistamente guardarme para siempre.
Al pensar que no existe otra persona que logre lo que vos lográs, caigo en la cuenta de esta verdad.


Nuestros corazones nos han delatado, se han reído de nosotros; nos han hecho quedar como dos tontos.
Pero aún así me alegro de haber perdido esta batalla con mis sentimientos, a causa de un espía que quizás me comprenda mejor que yo mismo

sábado, 23 de agosto de 2014

Otras ciudades [30]

Sion (Planeta Tierra)

Apenas se sintió ese silencio atronador, interrumpido por las últimas cápsulas vacías de metal que caían al fondo de la ciudad, todos nos quedamos expectantes, como esperando el final. Fue el grito esperanzador de un joven que nunca perdió la fe, fue el suspiro de alivio que Morfeo dejó escapar por entre sus dudas, fueron todas las hazañas que Neo hizo sin saber, lo que me convenció que la guerra había terminado.
Aún así, me costó soltar el fusil.
Mirábamos hacia arriba sin poder creer que los calamares viajaban en círculos, serenos, sin intenciones de atacarnos. Entre el dolor que sentimos por los que perdimos y la alegría de poder pensar en un futuro carente de guerras, pudimos soltar gritos de emoción, lágrimas que regaban el suelo árido de la caverna que nos alberga desde que quemamos el cielo.
Hoy sé que no volveremos a ver al Elegido. Tal vez eso no importe demasiado. Nos dejó un legado de valor y sacrificio, de esperanza y unidad.

sábado, 9 de agosto de 2014

De lluvias y de cómo escribir

Miro la pantalla y transpiro. Me pasa eso cada vez que deseo escribir algo y la imaginación se ha tomado vacaciones dejándome sin recursos. De ahí que traspolo la culpa y la resignación y pienso en lo que haría un autor desesperado por encontrar la huella del texto, el rastro que inevitablemente está marcado para el alineamiento perfecto de las letras; mirar por la ventana es algo trillado, lo mismo que releer cartas lacrimógenas o golpearse el dedo chiquito contra la pata de la cama y hablar sobre eso.
Salir a mirar un puente bajo una lluvia torrencial o sentarse en un banco público de una plaza cualquiera podrían ser opciones que un artista podría considerar válidas, cosa que disto bastante de ser.
Aunque pensándolo bien, hablar exorcisa las cuestiones que abordan, las humaniza, las hace alcanzables y un poco menos imposibles. Lo difícil sería en este caso encontrar alguien que retruque, que movilice, que sea transgresor y original para compartir el experimento. Y lo es, no hay caso.
Miro la pantalla y no me gusta lo que leo. Borro y reescribo, sin éxito. Queda bastante más mal redactado y más vacío que la primera vez. Empiezo a creer que el camino no es ni tan claro ni tan inevitable. Por lo visto, estoy enamorado de una novia esquiva. Llover, no llueve y será imposible salir a mirar puentes.
Que se me haga un nudo en la garganta de emoción al ver una película más cercana a la comedia que al drama me perturba. Me estaré poniendo viejo? Cualquier cosa me inunda los ojos al punto que debo mirar para otro lado y hacerme el distraído para que no se me note. Podría aprovechar esa debilidad para empezar pero como soy medio caído del catre, pierdo el impulso inicial y dejo pasar el tren. Aparte, me delataría. Todo el mundo sabe que lo mío es medio autobiográfico y medio delirio.
Podía llover un poco así le echaría la culpa de que mi camisa esté empapada...