sábado, 29 de noviembre de 2014

Elegía del cumpleaños

¿Qué tiene de especial cumplir años?

Un día tu madre estaba redonda como una pelota, pesada como collar de garrafas y al otro, cansada y transpirada, te sujetaba en sus brazos.
Un día te arrastrás como babosa por el piso, ensuciando tu ropita y golpeándote y al otro andás corriendo por el patio ensuciando tu ropita y golpeándote.
Un día tu compañía son las amigas de tu hermana y los Piluqui que te regaló el tío Nito y al otro tu compañía son esos compañeritos de jardín y la espada esculpida en madera de cajón de manzanas.
Un día lo importante es poder abrazar las rodillas de tu madre y al otro te da vergüenza que tu madre te vaya a buscar a los asaltos a las once de la noche.
Un día sos inimputable y todo lo que hacés es culpa de tus padres y al otro podés comerte perpetua (aunque sigue siendo culpa de ellos...).
Un día soplar las velitas es algo inocente y significativo, incluso ideal para la foto y al otro es de doble sentido y más vale que no te saquen una foto haciéndolo (o peor, que te filmen y lo suban a YouTube). En la torta, las velitas con forma de números, se van sumando impiadosamente.
Un día sos peatón y al otro un conductor; un día sos veinteañero y al otro, mejor ni hablar.

Si no fuera algo importante no habría horóscopos, no existirían las cartas astrales, ni los astrólogos, no importaría que los amigos y familiares, compañeros de trabajo y lamezuelas te llamen en este día. Tampoco importaría discurrir sobre este día si no me importara. Es decir, ¿qué tiene de especial este día para que alguien piense que uno debería pedir el día libre en el trabajo?. Me acuerdo una vez que en abierto desafío a mi papá, le dije que no iría al campo con él, con la excusa de cumplir años. No sirvió de mucho, no me hizo más sabio ni nada por el estilo.

No es un día cualquiera. A veces podemos decir que no queremos cumplir años, que nos revienta el paso del tiempo, que nos resistimos al inexorable devenir de la vida. 
Otras veces, es una excusa para brindar y ahí, pedimos muchos más. Entonces, queremos más.
Y yo quiero más. Quiero cumplir otro año más. Porque levantar esa copa y brindar frente al fuego de una vela es una señal de que estoy vivo, la verdadera señal de que todavía quedan cosas por hacer.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Hay gente, cosas, personas...

Hay cosas y personas
que nunca son nada
que siempre serán parte
de nuestra vida pasada
que no olvidaremos
su compañía, su mirada
una de esas personas
sos vos niña querida.
No olvido tus labios
tus ojos, tus palabras
tu pose siempre altiva
la mala onda acababas
con tu suave sonrisa
que tu boca iluminaba
que me hacía delirar
cuando te miraba.

Hay personas y gente
que viven en soledad
aún siendo inteligentes
aún conociendo la Ciudad
no encuentran a nadie
no conocen la vanidad
no saben de la compañía
no creen en la amistad.
Así me siento yo
inundado de ansiedad
los ojos, las mejillas
invadidas de humedad
mi alma, mi corazón
llenos de necesidad
mi cuerpo, mi mente
necesitados de sinceridad.

Dónde te puedo hallar
nena dueña de mi amor
quiero tenerte aquí conmigo
quiero estar con vos;
te pido que vuelvas
contigo siempre estoy mejor
cuando estamos juntos
en el éter brilla el sol.
Hay gente y cosas
que quedarán en el corazón
hay personas que no precisan
pedir de los demás el perdón
hay gente que cree
que compró el mundo (como vos)
hay una cosa que me encanta
y es tener un tiempo con vos.