lunes, 30 de marzo de 2009

¡Taxi...! ¡Taaxiii...!

Soy una persona que camina bastante, que no utiliza con frecuencia los medios motorizados de transporte (salvo en raras ocasiones) y menos de esos que lucen colores negros y amarillos, por lo menos en la capital nacional.
En este último mes he podido observar, por cuestiones netamente laborales, a diferentes individuos de esta fauna particular.
Me tocó uno que se creía nacido en Italia: decía que los padres habían ido por trabajo y que al momento de regresar, la madre de siete meses, rompió bolsa antes de abordar el avión. Por supuesto, dice tener ciudadanía de la Unión, cosa que no sé porqué no aprovecha.
Otro había tenido la mala suerte de haber sido asaltado y golpeado, hacía no más de una hora. Luego de ese trance, y de regreso a la base, el jefe le dijo que le importaba muy poco si tenía fractura craneal o lesiones en la materia gris, que se dedicara a devolverle el dinero desaparecido.
Dos o tres me tocaron que me preguntaban a mi, por dónde ir: Señor -me dijeron- vamos por Avenida ... o por Autopista?. ¿Y qué sé yo? Yo soy el pasajero y usted el chofer, manéjese.
Hubo uno que me explicó por qué se pelean los remiseros con los taxistas, otro que tenía la solución para salir de la crisis y otro que no me dirigió la palabra, pero aturdió a todo el mundo con la bocina e hizo del idioma español, un único rosario de insultos y malas palabras.
A veces, la culpa la tuve yo. Como el silencio es molesto para mí, suelo iniciar la conversación con preguntas como: ¿Hasta qué hora trabaja?, ¿Realizan los choferes de taxis algún deporte? o uns simple e inocente ¿Usted es el titular de la unidad?, generando cataratas de respuestas.
Para el final, una duda existencial: ¿para qué van tan rápido si el medidor es por metros? ¿Alguna idea ciudadanos?

sábado, 28 de marzo de 2009

Otras ciudades [4]

Villa de Merlo (SAN LUIS)

Recuerdo una calle o dos que corrían sierra adentro, como buscando perderse en su interior. Recuerdo el verde de los árboles y su sombra, el verde de las laderas, decorando el paisaje.

El búngalo era cómodo y amplio, lo suficiente para acomodar a una familia de cinco, más los tíos que nos acompañaban a todos lados.
Después de los paseos por la ciudad y el reconocimiento de los locales de comidas, volvimos exhaustos a tratar de dormir, con la idea de salir temprano por la mañana. Ya estábamos casi todos acostados, menos mi viejo que todavía fumaba un cigarrillo en la puerta de la cabaña.
Se escuchó un alarido, un batir de sábanas y una corrida histérica. A mi vieja la había "atacado" un ejército de algún tipo de ácaro o bicho picador. Fue una lucha titánica hacerla volver a acostarse y convencerla de que no pasaba nada, que el bicho ya se había rendido y se había ido a buscar otra víctima menos ruidosa.

Recuerdo que no dormimos mucho esa noche...

miércoles, 25 de marzo de 2009

Literatura, ficción y más ciudades [1]

Ciudad de los Inmortales:

"Emergí a una suerte de plazoleta; mejor dicho, de patio. Lo rodeaba un solo edificio de forma irregular y altura variable; a ese edificio heterogéneo pertenecían las diversas cúpulas y columnas. Antes que ningún rasgo de ese monumento increíble, me suspendió lo antiquísimo de su fábrica. Sentí que era anterior a los hombres, anterior a la tierra...
Este palacio es obra de los dioses, pensé primeramente. Exploré los inhabitados recintos y corregí: Los dioses que lo edificaron han muerto. Noté sus peculiaridades y dije: Los dioses que lo edificaron estaban locos.
Esta Ciudad, pensé, es tan horrible que su mera existencia y perduración, aunque sea en el centro de un desierto secreto, contamina el pasado y el porvenir y de algún modo compromete a los astros. Mientras perdure, nadie en el mundo podrá ser valeroso o feliz."

El Inmortal (Jorge Luis Borges)

domingo, 22 de marzo de 2009

Espera

¡Qué angustia y desasosiego genera la espera! Te espero y te demoras. El dial del reloj se despinta con mi mirada posándose sobre él; aún así su marcha es excesivamente lenta, inexorable.
Qué impaciencia siento crecer dentro mío, mis pasos se acumulan uno tras otro pero no me acercan a ningún lado. Y es que parece todo en sintonía para que te espere. Mientras tanto, afuera nubes lentas, las ramas del sauce meciéndose lento y la quietud de la tarde hacen eterna esta espera.
El abismo de mi alma se hace aún más profundo cuando te aguardo, más poderoso. Y me aguarda también, sólo que su paciencia es infinita y su triunfo seguro.
El hueco de la soledad se alimenta de nuestras esperas, de nuestros anhelos; como siempre esperamos más, deseamos más y lo que obtenemos sólo nos deja algo conformes, el hueco sólo se hace más insondable, la soledad más oscura y más vanas nuestras esperanzas.
¡Que inquietud se apodera de mí cada vez que te espero! Salen a relucir todos mis tics inútiles, movimientos rítmicos sin motivo, mirada ansiosa perforando el aire, mis pasos errantes alrededor de las paredes prisioneras, en un circuito infinito.
El tiempo que te espero es la eternidad y el instante en que llegas, otra eternidad.

jueves, 19 de marzo de 2009

Es muy fácil...

Es muy fácil decir que las cosas no van como uno quisiera. Es más fácil aún quejarse a voz en cuello que los impuestos son cada vez más altos, que el sueldo es cada vez más bajo y que la clase media no existe más. Mirar las miserias ajenas es el deporte nacional, criticar al que hace algo, olvidar el nombre de ese político que dejó de robar por dos años, votar al que vendió el país. Lo que pasa es que la memoria brilla por su ausencia y el olvido se encargó del resto (que no era mucho), pasa que no asumimos nuestro papel de soldado raso que tiene en mente dos luchas, la más importante, el honor del estandarte y la más urgente, mantenerse con vida.
Es muy difícil entender que nuestro destino ya no nos pertenece, que ha sido apropiado por los hacedores de papel moneda. Tu destino como individuo tiene bajorrelieves antirrobo y es de color verde. Quien consultaba el horóscopo, ahora mira el índice merval, quien creía en divinidades, ahora cree en Adam Smith.
Nuestro destino como nación pertenece a una corporación. La libertad que pregonaban íbamos a tener con la democracia, es de utilería y cartón pintado. Libertad y derechos, eso es lo que no tenemos. Es más fácil robar y salir exonerado por falta de méritos que defenderse de un asalto y salvarse de pasar unas noches en la comisaría por averiguación de antecedentes. Podemos quejarnos hasta que nos salgan arrugas pero los precios suben, la contaminación no cesa, la inflación ha vuelto (aunque digan que no) y la seguridad en la calle es un bello recuerdo en los cuentos del abuelo. Podemos gritar hasta el infinito pero nadie nos ayudará (salvo que sirva de algo tener a doscientas personas mirando cómo una patota de salvajes nos arrebata la dignidad y el salario). Podemos salir en la televisión denunciando que hay corrupción, demagogia, discriminación, contaminación, robos, violencia familiar pero el opinólogo de turno devaluará nuestra causa y elogiará el topless de la diva en la playa.
Nos llevará un tiempo asumirnos como sociedad en desarrollo sobre todo cuando los que llevan adelante nuestros destinos son los menos peores de lo disponible. Porque si tuviéramos siquiera la posibilidad de expresar realmente nuestras opiniones y elegir sin condicionamientos, allí comenzaría el verdadero cambio en nuestra sociedad.
Más difícil es tomar el camino de la acción, porque hay que transpirar. Más difícil es tomar conciencia de lo que nos pasa y ponerse a trabajar para cambiar. Más difícil es tomar compromiso con las causas porque les ocurre a otros, son siempre ajenas. Más difícil es creer que vivimos en un país que fue el granero del mundo hasta que vino un tornado y le voló las chapas. Y lo más increíble de todo es escuchar hablar a la gente que piensa que con el Charly estábamos mejor, que vuelvan los de verde, que somos hijos del rigor, y es esa misma gente que a la postre vota a los mismos hijos de su santa madre para que durante media vida nos meta la mano en el bolsillo con una sonrisa de amigo en la jeta.
Qué difícil que viene la mano, no?

miércoles, 18 de marzo de 2009

Las Ciudades Invisibles

Si por casualidad algún distraído no se había dado cuenta, el blog se llama como se llama en honor al libro de Italo Calvino (Santiago de Cuba-1923, Siena-1985) titulado "Las Ciudades Invisibles". Es un relato de los viajes de Marco Polo al emperador Kublai Jan, en el cual le detalla las diferentes ciudades que va encontrando. Las ciudades tienen nombre de mujer, lo que me hace pensar sumado a la clase de detalles que suma el explorador, que en realidad está hablando de sus amantes (o de las mujeres de algún harén ajeno).
Más allá de lo que yo pueda pensar, es un relato que arrastra lejos la mente del lector, forzando imágenes inverosímiles pero muy cercanas a lo que podría ser la verdadera postal de esa ciudad.
Además, las ciudades componen series alternadas de acuerdo a cierto criterio del autor que le da un ritmo inquietante. Suma, en el inicio de cada capítulo y al final, diálogos entre los dos personajes de carne y hueso (o que se suponen como tales) que van paralelos y ordenan en el tiempo las ciudades como cuentas en un collar.

Post número 50, como mínimo homenaje al enorme inspirador de esta nimia página virtual.
Int. Etienne

domingo, 15 de marzo de 2009

Pasado

Palabra con muchos significados
De variadas causas
Insospechadas consecuencias
No es una palabra más
Es una forma de evocar
Un conjunto de hechos
Que no se volverán a vivir
Un montón de sentimientos
Que no se volverán a sentir
Es un baúl de enmarañados recuerdos
De frases inconclusas
De momentos efímeros
De instantes eternos
Palabra que guarda
Muchas personas
Muchas miradas, muchos abrazos
Y también muchos, variados errores
Es el verdugo de la memoria
El fantasma del presente
El tercero en discordia
El recuerdo lleno de deseado olvido
El olvido repleto de memoria.-

viernes, 13 de marzo de 2009

Mea culpa

Orden del día:

1- Disculparme ante los ciudadanos de este blog por mi ausencia (que no fue tanta, por las dudas) y no haber notificado en tiempo y forma, como correspondía.

2-Todos los llamados realizados desde cualquier unidad del servicio penitenciario exigiendo tarjetas de teléfono por mi liberación, serán devueltos con mis gratificaciones (lo lamento pero el dinero ya fue utilizado).

3-Detalle de mis actividades esta semana:
* Tomar sol en la costa del lago Nahuel Huapi.
* Deliciosas comidas en La Providencia y dulces noches en el Hotel Nahuel Huapi (estamos a full con ese nombre).
* After Office (?) en el Hostal Patanuk (birra, ferné y algo de whiscola)
* After Office (?) en Antares, una cervecería artesanal.
* También trabajo, pero no demasiado...

4-Comunicación de mi restablecimiento en breve de mis funciones full time como Intendente de este maravilloso lugar.

Escríbase y súbase a internet.
Int. Etienne

sábado, 7 de marzo de 2009

Escribo porque...

A veces escribo porque me brotan las palabras sin control. Hay algo que dispara un pensamiento, un hecho que me provoca, me hace pensar.

Otras veces porque un sentimento me genera algo que decir. Es difícil la traducción de sentimientos a palabras y para eso uso muchas metáforas y el diccionario. Casi nunca digo con exactitud lo que siento. No encuentro palabras para hacerlo.

Pero la mayoría de las veces escribo porque es muy sencillo combinar las palabras en una frase sin tener que pensar que es un trabajo.

Escribo porque me gusta pensar que alguien lo leerá. Aunque eso nunca ocurra.

martes, 3 de marzo de 2009

Bitácoras del exilio [4]

Día 8:
Encarcelado en la ribera del río, el proceso de reprogramación personal continúa. El piso 1, lleno de aulas y computadoras, bulle de actividad educativa.
Ayer lunes y hoy martes [pobrecito, se aprendió los días de la semana!] comenzó la segunda etapa del entrenamiento. Temas que vimos la semana pasada son repasados una y otra vez y otros temas nuevos van siendo incorporados de a poco y con mesura. Es que los chanchillos de indias somos un poco lentos y no estamos cumpliendo con las expectativas de nuestros científicos.
La repetición funciona, pero basta que un caso fuera de libreto aparezca para que los machetes confeccionados cuidadosamente dejen de ser útiles.
Mañana será el turno de la vestimenta. Y ya les contaré si nos viste Armani o algún diseñador proveniente de La Salada.
Int. Etienne