martes, 20 de octubre de 2015

Literatura, ficción y más ciudades [30]

El denso tráfico avanzaba lentamente por la carretera de Ashford hasta el aeropuerto. El sol caía a plomo sobre la chapa recalentada. A nuestro alrededor, los conductores fatigados se apoyaban en las ventanillas abiertas y escuchaban los interminables noticiarios de la radio. Encerrados dentro de los autobuses de las aerolineas, los aspirantes a pasajeros observaban los reactores que se elevaban de las pistas lejanas. Al norte de los edificios de las terminales pude ver la calzada del paso elevado que llevaba al túnel de acceso al aeropuerto, obstruido por un atasco de tráfico que parecía una dramatización a cámara lenta de nuestro accidente.
Helen Rémington sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo del impermeable. Buscó el encendedor del salpicadero, moviendo la mano derecha sobre mis rodillas como un pájaro nervioso.
- ¿Quiere un cigarrillo? - Los dedos firmes desgarraron el celofán-. He empezado a fumar en Ashford... algo bastante estúpido de mi parte.
- Mire este tráfico... Necesito cualquier sedante que tenga a mano.
- Ahora es mucho peor... Se ha dado cuenta, no? El día en que salí del hospital tuve la extraña impresión de que todos estos coches se estaban uniendo por alguna razón especial que yo no entendía. Parece haber diez veces más tráfico que antes.
- ¿Lo estaremos imaginando?
Ella señaló el interior del coche con el cigarrillo.
- Ha comprado exactamente el mismo coche otra vez. Del mismo modelo y color.
Volvió la cara hacia mi, sin tratar de ocultar la cicatriz de la mejilla. Sentí claramente la corriente oculta de hostilidad que se movía hacia mí.

Crash - James Graham Ballard