sábado, 30 de octubre de 2010

Puedo ponerme cursi y decir...

El día en que mis ojos
ya no te puedan ver
me sentiré triste
porque no podré alimentarme
de tu color,
de tu sonrisa,
de tu belleza.

El día en que mis brazos
ya no te puedan abrazar
me sentiré desamparado
y me caeré sin remedio
sin tu apoyo,
sin tu ayuda,
sin tu cuerpo.

El día en que mis manos
ya no te puedan acariciar
me abandonará toda esperanza
de seguir con alegría
con tesón,
con compañía,
esta pesada vida.

El día en que mis piernas
ya no me acerquen a ti
caeré para siempre
si me abandonas
si de mi te olvidas,
si ya no me amas
moriré sin remedio.

El día en que mis labios
ya no te puedan besar
ni tampoco hablar
se quebrará ese vínculo
creado por los dos,
para nosotros dos,
entre los dos.

El día en que nos separemos
el sol se apagará,
la luna llorará lágrimas de polvo
el viento silbará una triste melodía
y mi cuerpo todo
se resistirá a seguir viviendo
sin ti.

martes, 26 de octubre de 2010

Otras ciudades [18]

Jáuregui (BUENOS AIRES)

Cerca de esa localidad el Colegio La Salle tiene un lugar para realizar campamentos y retiros para grupos de estudiantes de sus escuelas de todo el país. Y allí íbamos los que pertenecíamos al grupo que se denominaba "Pastoral Juvenil", una actividad fuera de hora que nos permitía escaparnos de clase con una excusa respetable y una o dos veces por año, viajar de campamento y faltar un par de días sin acumular ausentes.
La principal razón siempre fueron las mujeres. Es decir, nadie iba allí pensando que se transformaría en cura; al contrario, buscábamos un rinconcito oscuro para chamuyarnos a la de San Martín (las mejores mujeres, lejos) o preocuparnos por el estado de los cabellos de la niña de Flores o por qué no, le escribíamos una líneas a la del La Salle Centro.
Confluíamos adolescentes cargados de incertidumbres, repletos de sueños y quizás algo perdidos en la vida y los animadores del encuentro se esforzaban en darle credibilidad al asunto. Pero no había caso: en las habitaciones se formaban corros guitarreros y en las carpas el cigarrillo y las cartas viciaban la cosa. Más allá de los rezos obligatorios y las constantes referencias a santos y ciertas liturgias, todo el mundo disfrutaba las actividades al aire libre y las tareas encomendadas: cocinar, lavar los trastos o levantar la mesa, buscar leña o preparar el escenario para los sketches de las patrullas.
En tres años fui cuatro veces y en cada ocasión me encontraba con la misma gente (y alguna más) y recordábamos los momentos allí transcurridos, nos reíamos y vivíamos nuevos y mejores momentos.
Terminado el campamento, cada grupo volvía a su escuela para no volvernos a ver hasta el otro año.
Hasta que egresamos de 5to año.

domingo, 24 de octubre de 2010

Decir palabras, usar la mirada fulminante

Decir que opinás diferente al resto, que tu forma de pensar provoca gestos de asombro, caras de sorpresa, tal vez una sonrisita nerviosa.
Decir que lo establecido por cánones ajenos te es indiferente, teniendo una filosofía propia de vida algo conflictiva, incluso un poco confusa pero original en su concepción, recta e inflexible en sus principios.
Usar las palabras de forma desafiante, quizás provocadora sin llegar a ser ofensiva, tampoco hiriente, sólo para intentar obtener una respuesta rápida o un contrapunto vivaz.
Usar la mirada fulminante para reflejar en el rostro de nuestro interlocutor la esencia básica de todo comentario.
Decir que sus palabras fueron inadecuadas, que sus comentarios originaron desconfianza, expresiones de desinterés y una retirada masiva.
Decir ¡cállate! que tu voz me fastidia y me impide disfrutar del día no cae del todo bien aunque sea la estricta verdad.

jueves, 21 de octubre de 2010

Teorizando comportamientos urbanos

Cada cosa que ocurre provoca en los ciudadanos impulsos irrefrenables de describir, justificar y juzgar comportamientos y palabras ajenas.
Si se escuchan ruidos desde el departamento de la vecina, se arriesgará: "Para mi que la loca esta se enfiestó con dos chongos..."; si vemos pasar al de la cuadra de enfrente con coche nuevo se nos caerá un "para mi que éste anda en algo raro, imposible que pueda pagar ese coche..."; si nos cruzamos un grupo de tatuados con piercings en cada pliegue visible de la piel pensamos "para mi que están drogados y son violentos, mejor cruzo de vereda".
Estamos atrapados en el "paramisismo", un estado en donde nos convencemos que nuestro mundo es el único posible y si hubiera otros mundos, el nuestro es el mejor. Es muy difícil tener que aceptar que hay otros que piensan diferente, lucen diferente, creen en cosas distintas, incluso comen otras cosas. Es decir, sabemos y entendemos que existen los vegetarianos, los musulmanes y los enanos de circo pero ¿los aceptamos?.
Si empezáramos a ver que cada uno vive en un mundo y una realidad diferente sería mucho más fácil evitar el "para mi..." y desterrar esos comportamientos que segregan y nos convierten en seres instintivos.
De todas maneras, es solamente una teoría.

domingo, 17 de octubre de 2010

Literatura, ficción y más ciudades [18]

Iba con el rostro pegado a la ventanilla y sentía su cuerpo roído por la excitación: 'Voy a ver Lima'. A veces, su madre lo atraía hacia ella murmurando: 'Richi, Ricardito'. Él pensaba: '¿Por qué llora?'. Los otros pasajeros dormitaban o leían y el chofer canturreaba alegremente el mismo estribillo, hora tras hora. Ricardo resistió la mañana, la tarde y el comienzo de la noche sin apartar la mirada del horizonte, esperando que las luces de la ciudad surgieran de improviso, como una procesión de antorchas. El cansancio adormecía poco a poco sus miembros, embotaba sus sentidos; entre brumas, se repetía con los dientes apretados: 'No me dormiré'. Y de pronto, alguien lo movía con dulzura. 'Ya llegamos Richi, despierta'. Estaba en las faldas de su madre, tenía la cabeza apoyada en su hombro, sentía frío. Unos labios familiares rozaron su boca y él tuvo la impresión de que, en el sueño, se había convertido en un gatito. El automóvil avanzaba ahora despacio: veía vagas casa, luces, árboles y una avenida más larga que la calle principal de Chiclayo. Tardó unos segundos en darse cuenta que los otros viajeros ya habían descendido. El chofer canturreaba ya sin entusiasmo.

La ciudad y los perros - MARIO VARGAS LLOSA

jueves, 14 de octubre de 2010

Desaparecer

Ya no iba a poder tolerar más la violencia que sentía hacia su compañera de trabajo. En cualquier momento se veía ilustrando con su rostro la primer página de la sección policiales. Lo irritaba, lo ponía frenético, le inspiraba bronca y le exprimía lo peor de sus reacciones, sus peores tonos de voz se los dedicaba con placer, con el rostro vuelto hacia la ventana para que no pudiera ver ella sus gestos indignados.
Cada vez que ella le pedía algo, la sangre se le alborotaba; cada vez que le ordenaba hacer algo (no le pedía, le mandoneaba) tenía que tomarse dos segundos antes de contestar y luego, con indisimulado falsete, terminar la frase con unas palabras condescendientes.

Al fin y al cabo, no eran un matrimonio y ella no debía tratarlo así. Decidió que tenía que hacer algo.



Le propuso casamiento.

lunes, 11 de octubre de 2010

Acasos

Acaso no pueda mantener en pie una casa, tampoco un automóvil y ni hablar una familia.
Acaso me sea imposible tener un trabajo estable, grandes lujos, hermosos y caros trajes.

Quizás muera pobre, sin nada para dejar a nadie en particular porque nadie lo esperará.
Quizás el balance de mis abultadas deudas, varios acreedores y ningún bien propio no sea demasiado atractivo.

Tal vez deba pedir prestado el tele para ver fútbol, el plato para comer y también el cepillo de dientes.
Tal vez no huela del todo bien y tampoco me vea decente; aunque lo importante está dentro de mi corazón y mi persona.

jueves, 7 de octubre de 2010

Me alegran el finde largo!

Todo líder que se precie de tal está recibiendo en forma permanente la pleitesía de sus dirigidos. No es este el caso. De vez en cuando, alguien cree que es necesario premiar a este intendentucho de morondanga (autocompasión mode ON) y lo raro es que fueron dos a falta de uno los que están en pleno lobby, sospechoso por cierto en año previo a campañas electorales. En fin, no vamos a andar pensando que me quieren reemplazar.
En primer término mi estimado amigo Alexis (que no me vota porque tiene domicilio en Perú) ha considerado este blog como algo digno de un premio y así me ha condecorado:



La sucesión de este premio es optativa entre 1 y 12 bloggers a reconocer, y yo que soy un rebelde, elegiré a tres, en forma totalmente arbitraria.
Los reconocidos son:

Laura

Sir Yoni

GABU

Ustedes podrán hacer del premio lo que se les antoje...

En segundo término, Gaby, queridísima Gaby, nos ha quitado la ilusión ganando unas ricas masas (yo le digo masas, que tanto) pero nos ha compensado con un premio y una serie de preguntas adosadas al mismo. El premio tiene que ser distribuido a 4 fantásticos que reúnan características extraordinarias; me lo han dado a mi, así que dudaremos simpáticamente de esto último.
A continuación, premio, premiados y preguntas:



Los galardonados son...Café, Bruji, Conta y Agustín, quienes se los merecen.
Ahora, las preguntas:
Cuatro cosas que llevo en la cartera: ¿Qué se creyó, que tenía la confianza para insinuar lo que insinúa? ¿Eheheh?
Cuatro cosas favoritas de tu habitación: la amplitud de la mesa de luz para poner libros, la estrechez del armario, la vista de la ventana y la suavidad del sommier.
Cuatro cosas que te gustan ahora mismo: la Vauquita de dulce de leche, la cerveza, el lavarropas automático y mi cámara réflex.
Cuatro cosas que siempre he querido hacer: casi todas las he logrado pero serían escribir, viajar al exterior de vacaciones, poder relajarme y ser medianamente feliz.
Cuatro cosas que no sabían de mi: hummm, soy tímido y muy corto para la charla trivial, renuncié a lo que tenía por amor, sufrí un accidente muy grave y realmente fui empleado municipal (eso capaz que se lo pudieron imaginar).
Cuatro canciones que no me puedo sacar de la cabeza: es muy sencillo, "Por mirarte" de Andrés Calamaro; "Pájaros de barro" de Manolo García, "Sin tu latido" de Luis Eduardo Aute y finalmente "La última copa" de Jorge Falcón. Bonus Track: "Morir de amor" de José Luis Perales.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Sueños

Me desperté pensando que había tenido un sueño.

Miré alrededor mío y no pude reconocer la habitación; incluso tenía la sensación de haberme acostado solo, recuerdo que contrastaba contundentemente con el cuerpo desnudo que yacía del lado izquierdo de la cama. Me levanté y busqué las ojotas que siempre dejaba al borde de la alfombra; no estaban. Caminé hasta la puerta y donde debería haber un pasillo había en cambio un bebesit colgando de un hueco en la pared; es extraño considerando que no tengo hijos. Ya un poco más nervioso, corrí a lo que supuse era la cocina (ya no reconocía ni mi propia casa) y me encontré con un espacioso ambiente, mitad comedor y mitad cocina y una pareja haciendo el amor desinhibidamente sobre el futón; no me preocupé, el material es lavable. De golpe, empecé a sofocarme. Una sensación de agobio, de ahogo me invadió de repente de forma imparable, que me obligó a aferrarme la garganta con las dos manos (si piensan que eso soluciona algo, se equivocan) y a postrarme de rodillas. Los amantes ya no estaban, en su lugar había un par de jóvenes jugando a la play. Arrodillado como estaba y ya con la mirada nublada me miré las manos, eran manos manchadas y arrugadas, como de un viejo. Lo último que recuerdo antes de desmayarme es la preocupación por no haber sacado la bolsa de residuos a tiempo para que la levantara el recolector.

Me desperté seguro de que había tenido un sueño.

domingo, 3 de octubre de 2010

Demasiados

Muchos humanos se jactan con ostentación de mantener a lo largo de sus vidas un criterio uniforme que rige sus decisiones, sus elecciones y sus opiniones.
Se ufanan de poseer vaya a saber qué verdad que los faculta para sentirse superiores al resto y mirarlos por sobre el hombro sin sentir culpa.

Mucha gente (demasiados) piensa que está habilitada para el uso y abuso de ciertos derechos que nadie les confirió, para la emisión de una pobre opinión que nadie les pidió, para la adjetivación de una acción que no es de su incumbencia.

Demasiadas personas están (pre)ocupadas por sus cuestiones personales, los problemas familiares, la escasez de fuentes laborales y el sobregiro de su cuenta bancaria sin saber que con sólo escuchar la voz de quien les da validez en este mundo, que solamente con hacer realidad esos sueños locos, que con ser felices hace relativos y pequeños esos vanos problemas.