domingo, 30 de mayo de 2010

Perdido en la zona rural

Si bien las ciudades tienen un centro conocido, quizás ordenado y con una cierta lógica de inicio de pueblo, a medida que van creciendo se someten a barreras naturales, desniveles geográficos y caprichos varios, además de la ineptitud craneal de la gente de planeamiento urbano si la hubiere y termina habiendo barrios parque con calles circulares, barrios residenciales con pequeñas diagonales cortando una plaza o calles zigzagueantes que forman esquinas asesinas.
De vez en cuando se me ocurre la perturbadora idea que esos barrios están habitados por gente que no conoce el centro de su ciudad, que realizan sus compras primordiales en almacenes añosos y que subsisten a base del delivery solamente porque no pueden encontrar la salida. Gente que arma su vida en clanes y que cada vez que pueden regalan a sus hijos a los extranjeros para que les den una mejor vida fuera de allí.
También, el límite del ejido urbano de una ciudad es materia de discusión enardecida, todo por beneficios tributarios, por supuesto.
Al intentar determinar la población llevando a cabo un censo se han perdido cantidad de valiosos ciudadanos que se han ofrecido a relevar las casas y nunca han podido volver con sus resultados; estimo que han podido convencer a algún vecino y han construido una piecita sobre el garage y comparten mateadas eternas bajo el dintel de la zapatería, imaginando que algún día vuelven a entrar a mi despacho con las carpetas llenas de encuestas.
Juan Murguía es un nombre de un barrio en un mapa, como lo es también Valentina Sur Rural; sin embargo no hay nadie que pueda decir que lo conoce o siquiera que conoce a alguien que vive allí. Dicen que entre el río y las vías se ocultan calles con sauces llorones en las veredas y casas bajas con galerías frescas y aljibes en los patios.
De todas las calles que conozco, prefiero aquella que me enseñó a jugar al fútbol con el portón del garage como arco, que me protegió del delincuente de la vuelta, que tenía veredas perfectas para una carrera en bicicleta y saltos con rampa en un kárting, que tenía árboles cuyas ramas eran un perfecto escondite y que aún guarda entre las grietas del asfalto un poco de mi niñez.

viernes, 28 de mayo de 2010

Proyectos de fin de semana

Ahora que el frío y el viento se han apoderado de la Ciudad, justo ahora vienen los fulanos de la oposición a proponerme la construcción y desarrollo de una costanera. Una de dos, o tienen visión de futuro o el frío les congeló el cerebro.
Vamos a estudiarlo.

Con los maestros tengo una lucha sin cuartel; por supuesto que son fundamentales para la formación académica de las generaciones futuras, además de favorecerles el sentido común, la lógica y el razonamiento argumental, sin embargo que pretendan cobrar sueldos que se asemejan más a premios de lotería me pone honestamente de los (pocos) pelos.
Seguiremos negociando.

El estacionamiento medido y pago es una buena forma de recaudar dinero para las arcas ciudadanas, debería de reconocerse. Sin embargo, para que sea efectivo, hay que contar con recaudadores honestos y justos, lo cual se me está complicando de conseguir y haciendo inviable el proyecto.
Esperaremos mejores tiempos.

De alguna manera debería aprovecharse la fiebre mundialista y el enardecido sentimiento nacional: estoy entre una cancha de pelota-paleta o un monumento al atleta local (sub-campeón regional de bowling), hecho en madera de araucaria tallada (para ahorrar recursos).
Lo someto a votación de los comentaristas.

Tengo el fin de semana para pensar en esto.
Escucho sus opiniones, ya que al fin y al cabo, pagan impuestos...

Int. Etienne

domingo, 23 de mayo de 2010

Cuentos

Inundada de olvido vaga mi mente por parajes sin identificación, como queriendo perderse en el anonimato, negando todo aquello que se empeña en intentar herirla, ignorando con el mismo esfuerzo aquello que su bien pretende.
No se da cuenta que la capa protectora, el escudo benefactor la aisla también de todos los intentos de rescate porque en definitiva ella está perdida, ahogándose en ese océano infinito sin intentar siquiera levantar la voz pidiendo socorro.
Y es que ciegamente erra por el laberinto desconocido, por esa maraña de encrucijadas que se multiplica por doquier y no puede escapar; esa intención de imaginarse un cuento le impide concentrarse en esa tarea vital.
Se va hundiendo cada vez más, sin remedio, arrancado de cuajo el bosquejo incipiente de libertad.
No se entera que ese otro espacio más luminoso, más vivo está allí, del otro lado de ese ínfimo lienzo, piensa que es vano empujarlo con la punta del dedo, que jamás cederá, que jamás la indultará.
Prefiere quedarse en el interior, buscar excusas para calentarse en los duros inviernos, prefiere no luchar arropándose con cuentos que adora como íconos incontrastables.
Prefiere la oscuridad segura al desafío de rasgar la frontera y ocupar la frontera en derramar secas lágrimas a vivir y aferrar momentos de lujo, vidas mejores, alientos de bocas sinceras, vientos renovadores del sur.

jueves, 20 de mayo de 2010

Literatura, ficción y más ciudades [14]

La Cruz Azul.

Apeóse en la calle de Liverpool, enteramente seguro de que, hasta allí, el criminal no se le había escapado. Se dirigió a Scotland Yard -la oficina de policía- para regularizar su situación y prepararse los auxilios necesarios, por si se daba el caso; después encendió otro cigarrillo y se echó a pasear por las calles de Londres. Al pasar la Plaza de Victoria se detuvo de pronto. Era una plaza elegante, tranquila, muy típica de Londres, llena de accidental quietud. Las casas grandes y espaciosas, que la rodeaban, tenían aire, a la vez, de riqueza y de soledad; el pradito verde que había en el centro parecía tan desierto como una verde isla del Pacífico. De las cuatro calles que circundaban la plaza, una era mucho más alta que las otras, como para formar un estrado, y esta calle estaba rota por uno de esos admirables disparates de Londres: un restaurante, que parecía extraviado en aquel sitio y venido del barrio de Soho.

El candor del Padre Brown - GILBERT KEITH CHESTERTON

martes, 18 de mayo de 2010

Las patas de la mentira

Decir mentiras para cualquier ser humano implica un proceso de aprendizaje (algunos tienen mejores condiciones, por supuesto) que generalmente dura toda la vida. Arranca con esa carita de fingida felicidad cuando el tío Rolando nos regala un vaso de plástico color verde raído cuando en realidad queríamos ese autito a fricción con un rayo pintado en el costado; continúa cuando ese florero cae al piso rompiéndose en mil pedazos por "culpa del viento", lo mismo que los aullidos del perro y los mechones de pelo castaño de nuestra hermanita menor que se caen por "causas naturales", mientras miramos con carita de pobre niño a nuestros progenitores.
La adolescencia es terreno fértil para la mentira, ya sea para justificar el faltazo a clases, para lograr que esa niña esquiva aunque sea nos sonría o pedirle al profesor de gimnasia que nos perdone la falta.
Todos han (hemos) mentido alguna vez, pero esto no es pergamino suficiente para considerarnos buenos mentirosos (por eso, no todos somos buenos jugadores de truco): nos transpiran las manos, millones de tics nerviosos pueblan nuestro semblante, miramos para cualquier lado, menos a los ojos de nuestro interlocutor.
Además, ¿quién no duda cuando alguien empieza la frase con un: "Te lo digo honestamente..."? Por lo menos a mi me genera más dudas que certezas cuando me aseguran que me están diciendo la verdad. Podrán intentar decirme una mentira con la boca pero el cuerpo me va a estar diciendo la verdad todo el tiempo, porque hay cosas que lo van a delatar.
Las emociones también juegan un papel importante a la hora de mentir ya que nos pueden traicionar: es que estamos también mintiéndonos a nosotros mismos y eso genera un sentimiento de culpa que es difícil de superar.

Dicen las estadísticas que después de cumplidos los 30 se miente menos...
¿Será verdad?
Entonces, ¿por qué hay tanto político que sigue volviendo después de que se fueran todos? Dejenmé a mí que solito me las banco!
Int. Etienne

viernes, 14 de mayo de 2010

Vicente, el ario

El Bicentenario de la Patria ya es una realidad en el calendario. Son 200 años de historia, de idas y vueltas, de logros importantes, de frustraciones, de permanente búsqueda.

Una historia llena de hitos importantes, remarcables todos. Pero no es sobre historia lo que quiero ahora escribir.

La web es ahora 2.0; antes tardábamos como 200 minutos para acceder a la conexión.
200 metros (o más) tiene de ancho la Avenida 9 de Julio...
200 litros de sangre, sudor y otros fluidos transpiraremos por partido en este mundial...
Hace 10 años (y 2 más) que pasé los 20, que son como mucho más de 200 meses (exactamente 390, casi el doble, caramba).
Hago todos los días un poco más de cuatro veces 200 metros para ir caminando de mi casa hasta el despacho de la Ciudad Visible.
Allí atendemos más de 200 consultas diarias, de los cuales muchos menos de 200 agradecen el servicio.
Mi escritorio de trabajo diario tiene muchísimo menos que 200 centímetros cuadrados y está cubierto de cosas por hacer.

Me gustaría tener como mínimo 200 días de vacaciones...


Y si, aprovecho el viernes a la noche para anunciar acá, que con este son 200 (por ahora) los posteos en la Ciudad ...

Nunca creí que llegaría a esta cantidad de publicaciones, y menos aún con gente que realmente los lee y los soporta (por supuesto, no llegan a los 200) e incluso comenta!

Algunas entradas son definitivamente ladris; otras, a falta de inspiración, recortes de libros y textos escritos hace tiempo. Las menos hasta parecen bien escritas. Todas sin embargo reflejan la esencia del Intendente, la forma de ver e interpretar las cosas y la infatigable idea de transmitirlas.
La visión, como cualquier otra, es parcial, viciada por mis prejuicios (que los tengo) y absolutamente arbitraria. Y es mía.
Y me alegro que ustedes que leen estas atrocidades sean capaces de continuar al lado de este político virtual, renovando su compromiso y su voto cada vez que se los pido.
Gracias por estar en este bicentepostario y espero poder torturarlos con otros 200 más!!

QUE EMPIECE EL BAILE!! Música DJ!!



Bueno, el título no tiene nada que ver con el contenido pero me pareció de rima asonante...

miércoles, 12 de mayo de 2010

Administrando ausencias

Encontré una nota de mi secretario administrativo sobre mi despacho esta mañana avisándome que se iba de vacaciones. En ella me decía que no me preocupara, que iba a volver en un mes, justito para el mundial. Además agregó un detallito de lo que había que hacer en su ausencia, a saber:

-Cargar los datos de los reportes de venta en la planilla “Ventas mes de Mayo” (F:\Documents and Settings\Mis documentos\Ventas por mes) y en la planilla “Caja Mayo 2010” (F:\Ciudad Visible\Prosegur)

-Los sobres se mandan por correo a nombre de Nelly Farinelli.

-Cuando venga algún proveedor a pagar, cargar los datos de las facturas en planilla Excel “FACTURAS PENDIENTES DE PAGO” en D:\Documents and Settings\Mis documentos\fact pendientes, y guardar escaneo de las mismas en la carpeta correspondiente a cada proveedor en D:\Documents and Settings\Mis documentos\Fact Proveedores.

-Las constancias de crédito fiscal se hacen con el Excel “Crédito Fiscal base de datos”(F:\Ciudad Visible\crédito fiscal)

-Por correo devolver copia firmada (Hoja blanca) de la guía de correspondencia oficial y de planilla de trazabilidad. Al enviar agregar original y copia de guía (hojas blanca y amarilla) y planilla de trazabilidad (en MIS DOCUMENTOS). Confeccionar e imprimir planilla “contenido correo interno” (en MIS DOCUMENTOS).

-El viernes si o si hacer depósitos de las cajas de las delegaciones municipales en el banco (boletas de depósitos manuales). Después hacer copia de los comprobantes y pasarlo por mail a César Castro con copia a Mauricio Fellaci y Guillermo Mocorena. Enviar los originales por correo a Castro en Centro de Contaduría y copia a Marianela Finkelstein. Otra copia queda para nosotros.

-Preparar planilla para el retiro de Caudales (controlar con la planilla “Caudales Ciudad Visible”). Controlar Nº de bolsa y precinto en la planilla. Enviar por mail copia planilla de retiro a Franco Malabar.

PREPARAR MATE A LA MAÑANA, TERERE A LA TARDE Y AGUANTAR A MARCE.

Lo digo y lo repito, no me gustan las actividades administrativas. Me gusta más la política...

Esto es lo más importante!!

domingo, 9 de mayo de 2010

Oh, Lucho, no me abandones!!

Ciudadano, recuerda:

Cuando el miedo te acorrale, te impida pensar fríamente y pienses que no tenés salida, acordate que tenés una posibilidad.

Cuando la injusticia te agobie, te oprima con sus largos brazos y sientas que estás solo, acordate que tenés una mano tendida.

Cuando la soledad invada la alegría, te encierre en un pozo profundo y creas que nadie te sacará, acordate que alguien te puede tirar una soga.

Cuando la inmadurez cegue tus ojos, te haga perder el rumbo y el cariño de tu gente querida, acordate que tiene mucho tiempo para escucharte.

Cuando el egoísmo te tienda una trampa, te tiente y no sepas cual es la elección correcta, acordate que a él le puede haber pasado.

Cuando la mentira sea uno de tus recursos para lograr algo y pretenda convertirse en tu aliada, acordate que tiene las patas cortas, es muy petisa para vos, no te rebajes.

Cuando la ingenuidad te quiera engañar como a un bebé y te quiera pasar por encima sin respetar tusdecisiones como persona, acordate que él lo puede hacer también.

Y si la vida lo permite, cuando estés alegre, te hayas sacado el loto o simplemente perder el tiempo tomando una cerveza, acordate de él que te está ofreciendo su amistad.

jueves, 6 de mayo de 2010

Advertencias mundanas

Parte de prensa de la Ciudad Visible, a varios días de iniciado el mes.

Antes que nada, quiero desearles que hayan pasado un muy feliz día del trabajador (menos para ustedes, zánganos vividores) y que hayan renovado el espíritu para poder continuar con este arduo camino que es la producción capitalista y sus derivados comerciales, la línea de producción en serie, la revolución industrial y todas esas cosas, ideas de Marx que le dicen (ejem, carraspera).
En la medida en que se sigan moviendo los del fondo y cada uno que entra siga hablando, no nos vamos a entender (golpes con la punta del dedo en el micrófono).
SILENCIO!!

En los comienzos (voz de acá no ha pasado nada) fue una gran explosión (sonrisa y silencio para ver si captaron el chiste) y luego todo ocurrió rápidamente, o no. Se fueron formando esto y aquello sin demasiado orden ni propósito. Al final, que no es ahora, ocurrirá el proceso inverso.
En el medio, que sí es el ahora, más o menos, están sucediendo cosas dignas del propio infierno (aunque podría ser invierno, por el frío que se avecina). Mares de escombros, hojas revueltas por el viento, tejas destrozadas, ramas por todos lados. Máquinas mezcladoras, camiones llevando materiales, motoniveladoras todo para que? Para demostrar que no hay nada que temer.
También ocurren catástrofes individuales como divorcios, carreras políticas truncas, bailes arruinados por el retorno del sonido, peleas chabacanas y denuncias por TV.
...A ver los del fondo, dejen de golpear esos redoblantes POR FAVOR!!!

Si lo que buscan es hacerme desconcentrar, descentrar, enojar, están cerca de lograrlo (voz profunda, tono de celador).
Les decía que las malas vibraciones tienen eco y poderosos efectos negativos en nosotros. ¿O se piensan que el efecto invernadero se produce solito?. Vamos, no sean como Poncio que se lavó las manos cuando las papas quemaban, estamos?
La cuestión es que los ciudadanos debemos estar advertidos. Y no digan después que yo no se los dije (dedito levantado y tonito sabelotodo).
Otra cosa: preparen coyunturas de rodillas y caderas y renueven sus vestidores porque se viene el bailongo.
Y les aviso con tiempo.

Salût mes citoyens!!
Int. Etienne

lunes, 3 de mayo de 2010

Persona, cambio por otra persona

Como cumpliendo una promesa que nunca mi boca pronunció pero que yo todo gritaba a los cuatro vientos, soy una persona distinta que confía, que cree en sí misma, que no se ata al siempre seguro pero incompleto, vacío mutismo.
Soy ahora una persona abierta, no rechazo conocer un espíritu nuevo, un pensamiento diferente, una palabra desconocida, una voz melodiosa.
Desde que pagué con abultado interés mis cuotas de personalidad, desde que enfrenté ese pequeño lienzo que me encerraba y pude trasponerlo emergiendo a otro mundo, desde que superé mi propio encierro me siento más libre, más confiado, me creo un individuo con ideas, con una fuerza interna (puede llamarse de voluntad) que no conoce límites, que traspone barreras conocidas, que no se acobarda ante los fracasos, aprendiendo de ellos en lugar de avergonzarse.
Y el miedo de sufrir fue superado y reemplazado por energía positiva, por ganas de vivir, por deseos de enfrentar nuevos desafíos, agradeciendo al mundo exterior su deferencia por tratarme mucho mejor de lo que yo me temía.
Sin embargo, y a pesar de todo este cambio que ayudé a operarse en mi mismo, conservo pequeños resabios de mi anterior presidio, viejos pero útiles principios que actúan como un sistema defensivo presto a cubrirme, dispuesto a ponerme a cubierto ante cualquier indicio de urbana hostilidad, ante ataques malintencionados de gente que no soporta ver personas felices tratando de mejorar su propia vida.

sábado, 1 de mayo de 2010

Otras ciudades [14]

Frías (SANTIAGO DEL ESTERO)

En unas vacaciones familiares, a principios de los '80s, íbamos los 5 más una tía, hermana de mi papá, embotellados en un R12, rumbo al norte argentino.
Salimos temprano desde casa y alcanzamos a hacer más de la mitad del camino durante el primer día. De noche ya, buscando un lugar donde dormir, transitábamos una ruta en construcción (o repavimentación, nunca lo supimos...) al tanteo, ya que el GPS no existía ni en mi loca imaginación de nene curioso, cuando de repente, el mundo pareció volverse loco, la gravedad pareció desaparecer y nos vimos eyectados hacia el techo que recibió nuestras cabezas con indiferencia, golpeándolas.
Un poco más adelante mi viejo paró el coche, revisó el cárter, las valijas y nuestro estado físico (en ese estricto orden) y luego continuamos la marcha en la noche cerrada.
Al otro día, continuando el viaje, pudimos ver el barranco del cual caímos, que en realidad era la terminación del asfalto nuevo. Nunca pusieron señales ni carteles. Espero que hayan terminado de una buena vez la ruta...