En el principio no había nada, ni oscuridad, ni quietud, ni tormentas, ni movimiento. Eso se inventó después. En un lugar infinitamente infinitesimal confluía todo, desde lo noble y bello hasta lo infame y perverso y allí se formó de a poco lo que nosotros conocemos como universo. Había puesto "nuestro" pero me pareció un poco arrogante y lo borré. Con el transcurrir del tiempo, cada cosa fue adquiriendo su forma, cada elemento tomó o prestó electrones, cada ser fue moldeando sus características hasta llegar al momento en que el ser humano comenzó a pisotear esta roca. Atrás quedaron las hecatombes de polvo estelar, las explosiones masivas de nebulosas y la formación de galaxias y sistemas planetarios, grandes manifestaciones de energía que formaron las estrellas, que luego al ser vistas desde nuestra perspectiva cultural conformaron las constelaciones.
Ahora, todo se sigue expandiendo, buscando los límites infinitamente inmensos que el universo aún en su magnificencia desconoce. Las estrellas agotan su fuego interno, los agujeros negros empiezan a absorber con su poder hasta el más mínimo rayo de luz y se disuelven los planetas agotados de tanto girar. Después de tanto tiempo, de todo lo que ha ocurrido en cada molécula y átomo y célula y partícula, después de todo eso volverá a reinar la nada, porque nada será nuestro y nada quedará comprimido en un infinito en expansión.
Y los dados volverán a rodar otra vez.