Mabel, la que sabe todo...

Mabel está encargada de la Mesa de Entradas de la Municipalidad. Su lugar de trabajo se encuentra en una puerta a la izquierda del pasillo que desemboca en el hall central. Allí se recepciona todo trámite: solicitudes para carnet de conducir, proyectos ciudadanos, denuncias, entre otros. Incluso allí se entrega en forma gratuita veneno para ratas para aquel vecino que lo solicite.
Ella es un libro abierto. Pero no de conocimientos útiles, no. Ella sabe todo de todos. Sabe con quién se acuesta fulano, cuanto se ganó mengano en la lotería, y dónde esconde zutana a su hijo para que su padre no lo vea. Las preguntas que realiza sobre la vida privada son pura fórmula: ya sabe lo que uno le va a contestar.
Personalmente la veo poco y nada pero sé que sabe de memoria mi agenda. La gente que necesita saber dónde estoy para ubicarme para algún pedido o solicitud va a preguntarle a Mabel.
Es un personaje que heredé de la administración anterior (es decir, del partido opositor) y normalmente no tiene buenas intenciones. De hecho, un matrimonio estuvo a punto de separarse por sus habladurías. Ya sé que no tiene nada que ver con su tendencia partidaria. Simplemente se mantiene en su puesto porque le quedan poco tiempo para jubilarse y no soy tan cruel para despedirla en este momento. Además, conoce el procedimiento de ingreso de expedientes mejor que nadie. Aunque es bastante haragana (como cualquier municipal) y se toma su tiempo para hacer su tarea.
Tiene parientes por todos lados, por eso no voy a seguir describiendo sus "virtudes". Suficiente por hoy.
Ustedes no digan que soy yo el que les contó esto.