Allá lejos y hace un montón de tiempo, escribí un post que merecería una relectura, o mejor dicho una primer lectura, ya que no registró ningún comentario, a pesar de que es una sensación que puede resultar muy común a mucha gente.
Se puede leer acá...
Sigo teniendo esa sensación y cuanto más grande es la ciudad, más lejana la persona que me cruzo, más seguido me pasa.
En el despertar del día, todos somos muy parecidos, con los ojos apenas abiertos. En el transporte público somos uno solo, apiñados en el pasillo. En la carrera por llegar a horario somos atletas con un solo fin. Ese parecido no me asusta, es apenas una motivación.
En cambio, los rostros cotidianos me llenan de temor porque son imposibles y el hecho que se me presenten frente a mi, tan concretos, tan reales es terriblemente pavoroso.
Hoy en dìa todo esta tan ensimismadamente egoìsta que todos a pesar de conformar y darle forma al mismo entorno somos como pequeños potus aislados...
ResponderEliminarP.D.:Muchas veces le aseguro que lo màs preferible y hasta saludable es NO conocer tanto a la gente!!
SENSACIONES Y NO TÈRMICAS
Olvidè dejarle mis CHUIKIS!!!
ResponderEliminarY que tengas un excelente finde... :)
calcule entonces la sensación cuando se vive en una city como baires, uno siempre se siente como recién llegado y le digo más aún, en algun momento , por algun extraño motivo hasta se comporta como los demás...cuando es tarde para llegar donde sea, cuando uno viaja interminables minutos en el subte o el bondi queriendo llegar....eso, el deseo de llegar y sacarse la mochila de encima a veces hace que uno se haga tan egoista como los demás
ResponderEliminarbesotes
Pasa muchas veces con las primeras entradas de un blog: hay años y años de excelente material acumulado (¿?) y todavía nadie nos lee, y cuando conseguimos algunos suscriptores ya no se nos ocurren ideas tan brillantes.
ResponderEliminarYa que hablamos de sensaciones, lo digo porque reconozco la sensación, no porque en éste post se note menos calidad de la que nos tiene acostumbrado.
besos
Y a mi que me daba cosa casi no conocer a mis vecinos...
ResponderEliminarAunque cuando se ponen molestos, se perfectamente quienes son!
Abrazotes, buen finde.
GABU, no me refería a conocer en el sentido de ser amigos sino de reconocer los rostros o un gesto o un rasgo físico familiar. Pero adhiero notablemente a su percepción!!
ResponderEliminarBesos de fin de semana!
Laura, voy muy seguido a la capi por trabajo y es allá donde me pasa más... Viajo en subte y me entretengo mirando a la gente, lo mismo cuando camino por la calle. Claro que yo la veo como "extranjero"...
Besos!!
Lola, igualmente no voy a hacer eso con todas mis entradas antiguas, jaja! Incluso se nota el cambio de tónica, de estilo y hasta de dirección. Vamos mejorando, no?
Besos!!
Tildi, los vecinos es una casta totalmente diferente, porque aunque no sepamos siquiera sus nombres, estamos perfectamente enterados de sus movimientos!
Besos!!
jeje, me hizo gracia el señor peinado "a la humedad".
ResponderEliminarCreo que esa sensación tuya, que tan bien transmitís, se parece a la que yo tengo sobre las coincidencias...eso de andar buscando el escenario correcto y los actores familiares tiene bastante que ver con que compartamos el mismo signo del zodíaco o el mismo gusto por el café con crema y el sacarnos los zapatos apenas llegamos a casa.
Tantos besos como quepan en este cuadradito.
Muack!
Blonda, en conclusión, lo que nos hace sentir extrañados por lo familiares son esas pequeñas coincidencias (diferente a la extrañeza de lo exótico) y esos detallitos inician la magia!
ResponderEliminarMe llenaste el cuadradito de besos; ahora yo hago lo mismo!!
Miles de besos para vos!!