Ciudadanos, amigos de la casa: hace mucho tiempo que vengo pensando en este post, en este momento en particular y a pesar de eso no he podido pensar nada elaborado, nada trabajado. Entonces va a ser como siempre, un texto que brota desordenado y a borbotones pero honesto y sentido por demás aunque ese no sea el objetivo.
Miro por la ventana de la Intendencia y veo gente anónima que camina a paso cansino o apurado, del brazo de una señorita o tirando una correa con una mascota. Veo gente en bicicleta y en moto llevando en el portaequipaje elementos de estudio o de trabajo. Puedo intuir sus dudas y sus miedos pero también sus esperanzas y sus energías. Pueden ser algunos de ustedes los que también levantan la vista y miran hacia esta ventana e intuyan las ansiedades de quien se oculta tras ese vidrio esmerilado.
Camino por las veredas desparejas esquivando charcos, mirando de frente a quien se cruza conmigo para descubrir en el fondo de sus ojos qué desearía pedirle de regalo a la vida. Ninguno de los caminantes alza la voz, casi todos se demoran en un silencio atronador, los más se cubren los metejones con auriculares y los menos los exorcisan cantando entredientes.
Atravieso la calle por la esquina y recibo de frente el tufo de los radiadores que nada tienen que ver con quien los conduce. Lo que si me revela muchas cosas es la forma en que agarran el volante: imposible encontrar la mirada de quien aferra el volante con las dos manos a la altura de los hombros. Más fácil es conectarse con quien tiene el codo sobre la ventanilla, aunque ahora en invierno no sucede demasiado.
Este espacio, esta ciudad de mentira que ha cobijado sueños inverosímiles, anécdotas oscuras, cuentos terribles, textos robados, se ha nutrido de lo cotidiano, de lo que nos pasa a vos, a ustedes y a mi también y por qué no de cosas que deseamos que sucedan alguna vez. Es terriblemente frustrante ver ciertos vicios que supusimos extintos, delicias que ocurren solamente una vez y gestos que son imposibles de reproducir con palabras; algunas de estas cosas han visto la luz, o quisieron hacerlo, en este humilde villorio virtual.
En este sencillo pero emotivo acto doy por publicada la entrada número 300, esperando que nuevos vecinos se apropien de mis veredas, mis plazas y mis balcones y que las hagan suyas de la mejor manera posible, que la cuiden y la protejan porque la Ciudad les pertenece a quienes la habitan y transitan todos los días de sus vidas.
Saludos!
Int. Etienne
Miro por la ventana de la Intendencia y veo gente anónima que camina a paso cansino o apurado, del brazo de una señorita o tirando una correa con una mascota. Veo gente en bicicleta y en moto llevando en el portaequipaje elementos de estudio o de trabajo. Puedo intuir sus dudas y sus miedos pero también sus esperanzas y sus energías. Pueden ser algunos de ustedes los que también levantan la vista y miran hacia esta ventana e intuyan las ansiedades de quien se oculta tras ese vidrio esmerilado.
Camino por las veredas desparejas esquivando charcos, mirando de frente a quien se cruza conmigo para descubrir en el fondo de sus ojos qué desearía pedirle de regalo a la vida. Ninguno de los caminantes alza la voz, casi todos se demoran en un silencio atronador, los más se cubren los metejones con auriculares y los menos los exorcisan cantando entredientes.
Atravieso la calle por la esquina y recibo de frente el tufo de los radiadores que nada tienen que ver con quien los conduce. Lo que si me revela muchas cosas es la forma en que agarran el volante: imposible encontrar la mirada de quien aferra el volante con las dos manos a la altura de los hombros. Más fácil es conectarse con quien tiene el codo sobre la ventanilla, aunque ahora en invierno no sucede demasiado.
Este espacio, esta ciudad de mentira que ha cobijado sueños inverosímiles, anécdotas oscuras, cuentos terribles, textos robados, se ha nutrido de lo cotidiano, de lo que nos pasa a vos, a ustedes y a mi también y por qué no de cosas que deseamos que sucedan alguna vez. Es terriblemente frustrante ver ciertos vicios que supusimos extintos, delicias que ocurren solamente una vez y gestos que son imposibles de reproducir con palabras; algunas de estas cosas han visto la luz, o quisieron hacerlo, en este humilde villorio virtual.
En este sencillo pero emotivo acto doy por publicada la entrada número 300, esperando que nuevos vecinos se apropien de mis veredas, mis plazas y mis balcones y que las hagan suyas de la mejor manera posible, que la cuiden y la protejan porque la Ciudad les pertenece a quienes la habitan y transitan todos los días de sus vidas.
Saludos!
Int. Etienne
Trescientas entradas!!! Como para no mirar hacia adelante, usted, justo usted, que es el dueño de la ciudad, y que, generoso, le pide a sus habitantes que ocupen el espacio, que tomen el lugar, que lo desalojen de ese balcón infame.
ResponderEliminar¡Larga vida, Intendente!
Reelección indefinida!!
Patria o muerte!
Por un momento pensé que se estaba despidiendo, pero no; creo que es justo conmemorar estas 300 publicaciones, trescientos pensamientos tejidos por sus dedos, trescientas historias particulares y exclusivas de persona anónimas o públicas que disfrutan, viven y sienten en su mundo y en el que a través de estas vías, compartimos. Por tanto, enhorabuena y que siga escribiendo, siempre habrá alguien que le lea.
ResponderEliminarun saludo
Felicidaaaaades!!
ResponderEliminarNo he leido las 300 porque no soy muy vieja ciudadana, pero pongamoslé que apurando el paso he llegado a la mitad y cada entrada a ésta ciudad ha sido un placer.
Por otras 300 Sr. Intendente Chin chin!
Besote!
Agustín, que los inste a copar la ciudad no implica mi erradicación: a mi no me corren ni con fluido desratizador!!
ResponderEliminarEs mi intención que la gente se amontone en las calles, no en mi despacho!
Acá seguiré, firme como rulo de estatua!
Abrazos!!
Esil, puede que el texto te haya dado esa impresión pero no es mi intención abandonar el barco en este momento!
Es mi idea seguir subiendo estos textos que tienen la vida que fluye por las calles. Y si alguien los lee, se ganan con eso la eternidad!
Besos!!
Pé, no te voy a pedir que leas los 300, no soy tan mala gente! Hay algunas series interesantes y varios cuentos que particularmente me gustaron, auqnue seguro ya los has leido!
Brindo contigo... Salud!!
Besos!!
EH! felicidades! cuantos!!!
ResponderEliminary la verdad, es que estan tan bien escritos y haces unas descripciones tan perfectas, que los que te leemos, habitamos siempre esa ciudad.
besos!
Felices 300!!! No es poco, caballero. Brindo por 300 más.
ResponderEliminarUn saludo.
Brindo por las trescientas entradas!!! No es cosa fácil de conseguir, y las suyas han sido de excelente y parejo nivel.
ResponderEliminarAhora, como gesto de celebración, me voy a plantar estos trescientos plantines de prímulas y conejitos por los distintos rincones de la ciudad, con su permiso.
Lila, muchas gracias por tus palabras, aunque diría que a la perfección la perseguimos nada más!
ResponderEliminarBesos para vos!!
Yoni, brindo con usted por ese motivo y si quiere, le agregamos algún otro!
Abrazos!!
Epístola, tiene el permiso de decorar, adornar, plantar, podar y pintar a gusto, sientase como en su ciudad!!
Besos y gracias!!
todo muy lindo vio?...me refería a su intro pero lo mejor de todo son las 300 entradas. Pavadita no?
ResponderEliminarfelicidades Intendente, le dejo un beso por cada posteo. Tiene resto?? espero que sí
Gracias por tus comentarios, siempre hacen pensar...
ResponderEliminarun abrazo.
En mi vida no supe tener el don de ser visionaria, pero en este caso me alegro de no haberme equivocado cuando allá por 2009 decidí comprar un terrenito en la ciudad; a la vista de todo lo que a prosperado en este tiempo, veo que no me equivoque´cuando pensé que la ciudad no iba a quedar abandonada.
ResponderEliminarFelicitaciones por estas 300 hectaras, digo entradas!
Intendente,
ResponderEliminarComo ciudadano cuasi vitalicio de su hermosa ciudad (aunque poco participativo) le puedo asegurar que su gestión ha sido impecable.
Estos 300 posts no hacen mas que preparar el camino para todo lo que vendrá en el futuro.
Estoy con usted y le deseo un futuro colmado de "Ciudad Visible".
Suyo,
Thamaz
Guauuuuu, ya falta tan poco para las 600 entradas.
ResponderEliminarBien, si es que las disfrutaste!
Abrazo Grande!
Cada vez (menos,ja!) que escribo un apostulado me olvido sistemàticamente de fijarme cuàntos son los que escribì hasta el dìa,y eso que descreo de las casualidades... ¬¬
ResponderEliminarP.D.:Le dejo mis màs sinceras felicitaciones por si INgenio y... ¡¡A POR MÀS!!! =)
BESOS Y FESTEJOS
Laura, es todo muy lindo, la cantidad (y espero que la calidad también), la intro, la Ciudad que vos contribuiste a mejorar...
ResponderEliminarGracias por estar y por continuar ahí!
Besos que me la banco!! Tengo resto para el re-truco!
Esil, mis comentarios son usualmente más elaborados que los propios posteos, suele ocurrir!
Gracias a vos por pensar con ellos!
Lola, tengo el enorme orgullo de contarte entre las más antiguas, casi fundadoras diría yo, ciudadanas de este antro que, como toda yerba mala, tiene certificado de vida eterna!
Gracias por tus siempre presentes palabras!!
Besos!!
Thamaz, muchas gracias por estar, aún a través de su silenciosa lectura.
Por un momento me preocupé y pensé que enarbolaría la antorcha de su profeta pero no, menos mal...! Ja!
Abrazos!!
Magah, porque disfruto mis posteos es que he llegado a esta cantidad y porque necesito hacerlo, es que llegaré a esa cantidad!
Gracias por estar y besos muchos!!
GABU, no pienso en términos de cantidad pero había deseado escribir una especie de "obra demarcatoria", un hito por así decirlo y por eso la introducción. Después decantó en mi siempre añorosa prosa, decorada de excesivos adjetivos...
Aún no entendí lo de las casualidades, creo que ustét andará por esa misma cantidad, tal vez?
Besos y gracias por estar SIEMPRE!
Felicitaciones y saludos cordiales desde vuestra vecina República.
ResponderEliminar¿Puedo poner flores en sus balcones?:
ResponderEliminarGeranios rojo carmín colgantes, jazmines del cabo blancos y azaleas de la isla fucsias.
Abrazo
Catto, gracias por sus salutaciones y por respetar siempre los límites que nos unen. Siempre ha sido un vecino cordial y respetuoso de los acuerdos bilaterales.
ResponderEliminarAbrazos!!
Hierba, haga con los escasos (aunque cada vez mas abundantes) balcones citadinos lo que le plazca, pero sujete bien esos plantines y esas lindas flores porque está arreciando el viento.
Abrazos!!