La copa de champagne sobre el piano... Do, re, mi... Mi, fa, sol. Mis dedos se deslizan sobre las teclas con miedo, como si las acariciara, como te gusta acariciarme, dejando que cada nota llene el salón. Sol, la, si... De golpe, volteo la mirada y estás ahí, parada en la puerta, con tu vestido negro, que hace juego con tus ojos en la penumbra, y comenzás a acercarte lentamente hacia el medio de la sala... Hacia el piano... Hacia mí.
Bebo un último trago y descubro la flor en tu mano. Jugás con la rosa como si fuera un florete y te alejás del piano y vas contra la pared. Contra el espejo. Y comenzás a hacer figuras apoyada en la baranda mientras te reís y bailás al compás de las notas. Y te movés y saltás y gritás y te acercás y te alejás.
Volvés contra el espejo y no puedo adivinar tu reflejo. Desaparecés en la oscuridad y reaparecés a mis espaldas. Pasás tus brazos a través de mi cuello y depositás la rosa en la copa. Re, mi, sol, fa, la, la... Y cantás. E inundás el salón con tu voz maravillosa mientras te subís arriba del piano y finalizás tu acto. Agradecés al inexistente público sus sordos aplausos y te agachás frente a mí y me invitás a bailar.
Y nos perdemos en un tiempo de tango. Tu mano derecha en mi nuca... mi mano izquierda en tu cintura. Las dos restantes juntas, a la altura de nuestros cuellos, con los dedos entrecruzados. Y tus ojos en los míos y los míos en los tuyos. Silencio. Que nuestra música nos lleve. Dos pasos a la derecha y uno atrás. Y un intento de ocho que termina con nuestros cuerpos en el piso, riendo como dos chicos. Y me ayudás a levantarme y te acercás al piano nuevamente y tomás la rosa en tus labios.
Y tus ojos vuelven a los míos, y la melodía nos vuelve a dictar los pasos. Y te hago dar una vuelta y te caés, entre cansada y borracha. Y tus ojos quedan en el techo mientras vuelvo a acariciar las teclas, casi dejando escapar las notas de aquella canción que tanto te gustaba. Y musito en voz baja la letra.
Y vuelvo como cada noche a tomar el último trago de la copa, que ya no sabe a champagne ni a rosas, sino a sangre. Y vuelvo a mirar, como cada noche, a la derecha del piano y te veo tirada con la rosa clavada en tu pecho. Y tus ojos vuelven a mirarme, por más que yo los esquive, y de pronto tu fantasma comienza a elevarse y pasea por toda la sala, volando, pasando sobre el espejo, colándose dentro del piano, acercándome un sonido de violines desafinados. Y llevo mi mirada a mi mano, y el cuchillo todavía está sangrando. Y escucho a tu amante que corre y salta a través de la ventana, pidiéndome que respete su vida. Y tus ojos muertos que continúan mirándome, expresando tu incomprensión. Y volvés a pasar tus brazos a través de mi cuello y te vas alejando, como cada noche, a medida que la canción termina y la noche se muere. Y yo vuelvo a gritar como un loco.
Termina la canción, y las primeras luces del alba se filtran a través de la ventana. Y tu reflejo vuelve a estar ausente. Sólo queda la rosa en el piso, y tu promesa al oído, como cada vez... Y el enfermero que vuelve a entrar por la puerta y el salón que de golpe se convierte en una habitación acolchada. Y la aguja de la jeringa que nuevamente me induce a la oscuridad. Y siento que mi camisa me aprieta un poco más, produciéndome un leve dolor.
Y, como cada noche, saludo tu fantasma, prometiéndote lo mismo: hasta mañana por la noche, mi amor.
Sin su permiso, como hago todo en mi vida, publico un texto escrito por mi Secretario de Prensa y Difusión y debería ser él el que reciba los comentarios de acá abajo.
ResponderEliminarPermitanme decir que tiene un talento increíble, una percepción de lo cotidiano alucinante y un alma sensible que se trasluce en cada párrafo de este artículo.
Disfrutenlo!
Un relato estremecedor,
ResponderEliminarbien argumentado,
que transmite desolación.
Me dejó emocionado.
ResponderEliminarY sin palabras.
Gran Abrazo
ya sabe que fui yo la que suprimió comentario, XD estaba tan mal redactado que ni yo lo entendía, ahora creo que sí
ResponderEliminarrecordarla de esa manera es lo más terrible de todo, porque fue señalando aquellas cosas que lo habián enamorado hasta la locura y aún así no pudo perdonarle una infidelidad y la arrancó de su pobre existencia sumiéndose en una locura que lo castiga cada noche recordándosela
le pido un favor? revuelvale los cajones al Secretario porque debe tener más relatos por allí y subalos
me encantó y sobre todo me sorprendió
beso enorme, a pesar de lo duro de la historia me voy con una sonrisa porque de verdad me pareció buenísimo
MTeresa, gracias por tu comentario, creo que lo que estremece es cómo administra y cómo va soltando la información y lo que se percibe en la escena le estalla en la cara al lector.
ResponderEliminarBienvenida a la Ciudad!!
Hierba, mire que es difícil dejarlo sin palabras a usted, emocionarlo creo que es algo más factible!
Gracias por pasar!!
Abrazos!!
Laura, tuve que sacar la escoba y el trapo de piso para limpiar el desastre que me habias dejado! Jaja!!
Es terrible no poseer la capacidad del perdón porque siendo humanos todos estamos condicionados a cometer errores todo el tiempo.
No te sorprendas, este señor tiene mucho talento!!
Besos!!
Emotivo.
ResponderEliminarmuy fuerte.
Excelente texto.
Un abrazo.
tristemente bello (:
ResponderEliminartristemente bello (:
ResponderEliminarCoincido con ud estimado, este señor tiene mucho talento.
ResponderEliminarY del bueno.
Ustè sabe que por estos dìas uno esta por demàs susceptible anque sensible a los sentimientos tan intensos,no?? :/
ResponderEliminarLa senilidad tiene ese particular Don de transmitir devastaciòn y tanta tanta esterilidad...
P.D.:Sepa que tiene un Sebretario talentosìsimo que,seguramente le pasarà factura cuando se entere de los crèditos ganados con un texto pleno de matices!!
BESITOS Y FELICITOLÈ :)
Un texto muy poético el suyo. Lo felicito realmente.
ResponderEliminarUn saludo.
Gaucho, gracias por sus palabras, se las voy a comunicar!!
ResponderEliminarAbrazos!!
La Salo, se ve que te impactó porque me comentaste dos veces! Jaja! Gracias por tu visita!!
Besos!!
Flaco, no lo dije por decir, es verdad, pasa que el género periodistico no se presta para el desarrollo artístico!!
Abrazos!!
GABU, cada vez que leo el texto me transmite diferentes cosas, soledad, añoranza, vacío infinito, devoción, sumisión, rutina...
Será que son esos matices revelándose...?
Besos con sal!!
Yoni, no es a mi a quien felicita, puesto que yo no lo parí, salvo que quiera agradecerle a quien lo publicó!
Abrazos y gracias por sus palabras!!
Sr. Secretario de Prensa y Difusión...
ResponderEliminarLas letras que acá el amigo Etienne acaba de postear en su nombre son maravillosas, trasmiten profundas sensaciones, es un relato muy bellamente escrito, estremecedor y le juro que sobre el final se me cerró la garganta, vea...
Lo felicito y siga permitiendo al amigo E. que nos deleite con sus letras...
Un saludo para el Secretario...
Y un abrazo para el descubridor...
Beso
Me encantó Eti!! no imaginaba semejante final... muy buen texto, re bien relatado!
ResponderEliminarBesotes!
Novia, por supuesto que él agradece sus bellos comentarios sobre su texto! Y yo agradezco el pobre crédito de publicarlo, que me cuesta bastante poco!!
ResponderEliminarBesos!!
Conta, el chabón tiene esa cosa que transmite de a poco, te va metiendo en la historia y te suelta, de una, el final, así sin darte tiempo a reaccionar.
Y es así en la vida real también...
Besos amigaaa!