Éxodo al final del estío

(El Intendente aparece en escena - Living desordenado y muebles cubiertos de cosas)
- Ehm, perdonen tanta desprolijidad pero como ustedes bien saben, la organización de los viajes vacacionales requieren de mucha logística, orden y ...
- Ah! ¡No encuentro la malla! (grito desesperado)
- Fijate en el segundo cajón, bajo las toallas de mano...

La ventaja de tomar vacaciones en esta época del año es que disminuye la posibilidad de encontrarse con esos malones que son las familias numerosas, pibes gritando y corriendo entre las piernas de la gente y pañales llenando los tarros de basura. Si, tienen razón, digamos que no es una época calurosa y la temperatura hará que los labios se pongan morados, jugaremos tejo con guantes y campera y tomaremos mate en lugar de tereré. O no, podríamos subirnos al parapente y...
- ¿Me harías el favor de alcanzarme los cepillos de dientes, los desodorantes y el bronceador?
- Estoy ocupado ahora, ¿no puede esperar? (murmurando entre dientes)
- ¡NO!

Documentos, dinero, tarjetas, seguro de viajero, lentes oscuros, remeras, ojotas. La lista es interminable y eso que los varones economizamos equipaje. Necesitaba cortar el año (lo que va de él) para despejar la cabeza, es que tantas cosas que han pasado en la Ciudad me han abrumado y un poco de arena, mar y tragos con sombrillita no me vendrán mal. Dejo con llave el despacho y no es que desconfíe de ustedes, simplemente no quisiera que cualquier extraño se siente en mi sillón de cuero...
Las cosas urgentes, las gestiones de contingencia y los programas regulares se efectuarán como siempre, de cualquier manera. No sufrirán mis delirios megalomaníacos en indescifrables comentarios, les doy a ustedes también un par de semanas de descanso, supungo que se las merecen.

- Alcanzame el pijama, mi amor...
- No lo vas a necesitar, querida...
(El Intendente, con las manos ocupadas, se retira tras bambalinas...)