De pronto, el viento que golpeaba su rostro le hizo sentir una inesperada, desconocida sensación de liberación de esas trampas que lo atenazaban todo el tiempo. Ya los gritos de su hermana pidiéndole plata, los ruegos de su madre para que se consiga un mejor trabajo y crezca y los desplantes de Laura no le parecieron tan insuperables. De ahora en más, los problemas los tendrían que solucionar ellos.
La velocidad en el rostro le despejó aún más sus pensamientos; ahora estaba claro que huía de esa vida que había construido a costa de sus propios sacrificios y modelada y diseñada por extraños que decían interesarse por él. El pelo largo que tantos reproches le había valido por parte de su padre, alimentando sus infinitos prejuicios y sus hirientes comentarios, se tensaba tras su cabeza tironeado por la fuerza del viento.
Imprevistamente, un grito le brotó por la garganta, se fue agrandando a medida que avanzaba hacia afuera y se potenció en su paso sobre la lengua. Desde afuera parecía un grito de terror pero bien sabía él que era un grito de libertad, la contraseña que todos saben y que nadie usa. Se sintió poderoso, capaz de todo y se sumergió aún más en la velocidad.
Allí encontró que lo que siempre había sospechado, lo que nunca había podido ver con claridad, ahora se le presentaba sencillo, incluso hasta obvio. Desdeñó lo trivial y frunció el ceño menos de un segundo por algo que le pareció importante: ¿quién le daría de comer a Chester, su gatito?.
Pero incluso esta cuestión dejó de tener importancia en el momento en que su frente se estrelló contra la vereda.
Que buena descripciòn de un momento final.
ResponderEliminarY que justo, el hecho de pensar en cosas "accesorias", cuando se deberìa pensar en lo de "fondo2.
somos asì.
Buen texto.
Un abrazo.
buen escrito, corto e impactante
ResponderEliminarsalutes
Contundente relato. Qué triste lograr la libertad de esa manera.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un beso.
A veces pensamos en todas las cosas en un instante...espero recordar mis afectos si algo así em pasa.
ResponderEliminarHay mamporros y mamporros!!!!!!
ResponderEliminarCreo que preferirìa mil millòn de veces estrolarme de jeta completa contra la calle antes de llevarme puesto de narices,otra vez,el paredòn de la vida...
P.D.:Sì,sì,hoy estamos con los cables màs que pelados,sepa disculpar...
BESOS EN CORTOCICUÌTO
juro que no era yo la de los desplantes, creame
ResponderEliminarTerrible final. Para cualquiera. Lo trista es que son muchísimos los que terminan de esa forma. O con variantes muy similares. Me pregunto si se puede ser tan infeliz. Y me respondo que sí. Es evidente.
ResponderEliminarUn saludo.
Ay, qué lo parió, intendente... qué sopapo.
ResponderEliminarImaginé una actividad liberadora, "esas motos que van a mil", un galope por el campo con pelo pa' atrá' como indio último, una tirada en paracaídas...
Y esta frase: "...era un grito de libertad, la contraseña que todos saben y que nadie usa...", me pareció genial.
Saludos!
Que te soplo, que te empujo. Buenísimo: "la velocidad en el rostro le despejó aún más sus pensamientos". Todo lo que acaba bueno, se ha ido rápido. Como un buen martini..
ResponderEliminar¡Saludos caballero!
Felipe.
Gaucho, no sabría explicarlo pero te pasan cosas "intrascendentes" por la cabeza en momentos así; supongo que uno los considera importantes en ese contexto.
ResponderEliminarGracias por tus palabras!!
Abrazos!!
Artus, cortito como viraje de laucha, dicen por ahí...!
Abrazos!!
Epístola, es triste porque tenemos la cultura de sobrevalorar el cuerpo por sobre el espíritu, pero si lo que siempre añoraste es la libertad, supongo que pagarías el precio por eso, por más alto que fuera...
Me encanta que te encante!!
Besos!!
Eleanor, es difícil elegir los recuerdos para ese momento pero no creo que haya que sentirse mal si uno piensa en otra cosa, supongo que será cómo se presente...
Besos!!
GABU, supongo que esos mamporros de vida son acumulables como parte de un aprendizaje, mientras que el otro vendría a ser como una graduación!!
No te preocupes, ya va a venir el electricista y te va a pegar una patada...!! Jajaja!
Besotones!!
Laura, ah no? Vos le habrías cuidado al gatito Chester? Jaja!!
No lo pensé al momento pero debo confesar que me rodean las Lauras...
Besos!!
Yoni, no solamente imaginativas variantes de terminar sino que hay otras peores: antes de partir, invitar a cuantos puedas a que te acompañen en el viaje, que también abundan.
Abrazos!!
Jazmín, con la ciudadanía cada vez más exigente hay que esmerarse en el texto!! Era esa la idea, girar el timón a último momento...
Gracias por tus palabras!!
Besos!!
Felipe, ahi tengo que coincidir con vos, un buen martini y no hay nada más.
Abrazos!!
Jejeje Muy bueno!
ResponderEliminarla libertad!!!
ResponderEliminardesde un aspecto distinto, no logico pero distinto!!
pero aún asi me preocupa algo!
quien le dara de comer a chester???
jaja
saludos mi estimado ya vovli ..recargado!!
Lo importante a veces es tan sutil que muchos lo dejamos de lado por no darnos el lujo de sentir, aunque mas no sea ese instante fugaz de libertad.
ResponderEliminarBien narrado exelente final.
y 14
ResponderEliminarcomo me gusta cuando relata etienne. muy bueno, con un final contundente y diciendo algo de transfondo.
ResponderEliminarbesito
Afrodita, muchas gracias por la adjetivación por demás generosa!
ResponderEliminarBesos!!
Alexis, la libertad no es necesariamente lógica, por eso podés ser libre siendo un convicto o ser prisionero vivendo en plena selva.
El punto de vista se viene abajo, jejeje!!
Espero que te hayan venido bien las vacaciones!!
Bienvenido de vuelta amigo!
Brujis, a mi me gusta mucho relatar así, mostrar algo y esconder el resto, me gusta insinuar, describir y definir con un puntazo. Y me alegra mucho que te guste a vos también!!
Besotes!!!