domingo, 5 de diciembre de 2021

El peso del mal

Abrí los ojos que tenía apretados con excesiva fuerza, miré hacia el horizonte y vi oscuras nubes que derramaban su acuosa carga, dejando ver tras la cortina gris la dorada bola de fuego, apenas su acariciante luz traspasa y se pierde sobre la superficie de la tierra. 

Giré la cabeza por sobre mi hombro apenas húmedo por las gotas que empezaban a caer sobre mí; miré en búsqueda de algún refugio que el cordón de la vereda no podía ofrecerme y a lo lejos divisé una cortina de álamos que indicaba la presencia de una chacra y tal vez, una acequia por la que seguramente fluía un hilo de agua con la que se riega la verde mata de cereal o el árbol de fruta. 

Me levanté y sin mirar los hoscos rostros de los automovilistas apurados montados en sus vehículos veloces crucé la calle con pasos largos y rápidos convencido de que ahí lo encontraría. Al llegar, sin perder un segundo busqué entre las raíces de los árboles, entre las ramas de los arbustos del boulevard, bajo la alcantarilla, detrás de la compuerta del derivador. 

Después de tanta búsqueda inútil, de tanto creer en su existencia, con el brazo extendido y la mano mojada por el agua del pequeño canal, mis dedos tocaron el material frío y siniestro de ese objeto que siempre supe que encontraría.

Lo saqué del agua y lo miré. La fuerza del mal contenida me pesaba en la mano, mis rodillas temblaron y estuve a punto de resbalar. De pronto escuché una voz que me preguntaba si me pasaba algo. Y yo, poseído por esa fuerza desconocida y sin tiempo a reflexión, levanté los ojos, vi un rostro que no reconocí y simplemente apreté el gatillo.

4 comentarios:

  1. Un relato de inesperado final!
    Pensé que buscaba algo satánico,o un cadáver "incómodo" para él..
    Me ha encantado! Muy buen relato corto Etienne!
    Un abrazo grande.

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  2. Hola Luna!
    Te confieso que el origen de este texto fue otro mucho más inocente y naïf, lo readapté y pensé en el efecto de cierto anillo que debía ser destruido y bueno, esto fue lo que salió!
    Y de paso te comento que todo lo que dejo en los comentarios les pertenece a los dueños de los blogs (más considerando de donde sale la inspiración) así que no necesitas pedir permiso!
    Gracias por pasar y dejar huella!
    Besos!!

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  3. Oh. Seguí atento hasta el final. Al principio ya empezaba a imaginarme algo Lovecraftiano.

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  4. "la fuerza del mal contenida..."
    Carambas, sí. En estado potencial, esperando desparramarse como los venenos en los vasos servidos, como los silencios de quien ya casi grita el insulto.
    Tremendo, Etienne!
    Abrazos.
    F.

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