Hay veces que paso de largo. Esas veces voy apurado, con cosas en la cabeza, tal vez hasta llegando un poco tarde al trabajo. Pero en general aminoro el paso, me hago el ocupado en mis pensamientos y hasta simulo escribir un mensaje de texto en el celular. Y tiene lugar el acto...
La escena es siempre la misma. El auto estaciona frente a la guardería de niños, se bajan una mujer y una niña con la intención de ingresar al establecimiento del cual emerge otra mujer con delantal y camperita de hilo. Primero son algunas lágrimas tímidas que bañan las mejillas, los brazos siempre extendidos como buscando refugio, luego empiezan los gimoteos y las palabras que apenas se entienden, ahogadas por el llanto que empieza a ser más ruidoso y por los mocos que asoman por la nariz; la señorita del establecimiento intenta con suaves palabras pero firme tono de voz convencerla de que es lo mejor, que no pasará nada, que más tarde se podrán reencontrar y jugar juntas y otros argumentos que varían de acuerdo a la imaginación de la docente. De a poco va dejando el refugio, el hombro de la docente y ya más calmada recibe ayuda para limpiarse la nariz y secarse las lágrimas, hipando con un poco de vergüenza y mirando por el rabillo del ojo, agradece y se sube al auto rápidamente.
Su hija, testigo de la escena, corre rauda y feliz al interior del jardín para encontrarse con sus amigos.
Que épocas tan linnnnndasssss!!!
ResponderEliminarSi uno pudiera volver el tiempo atrás maunque sea para acaparar tanto mimo,no??
P.D.:Lo único que recuerdo como si fuera ayer,es cuando mi padre me pasaba a buscar y yo le decía a todo el mundo que era mi novio... :$
Sip,con el Edipo a full!!
jajajajajajaaj
BESOS SIN COMPLEJOS :)
Yo estoy viviendo esa etapa. A veces pasa que me quedo triste cuando es mi nena la que hace pucheros porque yo no me quedo. En cambio cuando entra corriendo a encontrarse con sus amigos sin siquiera saludarme la sensación es ambigua. No lloro, claro, porque los machos no lloramos. Sufrimos, pero sin escándalo.
ResponderEliminarDe los dos lados de la puerta la experiencia es diferente. Como mamá se me estrujaba el corazón de dejarlos mientras ellos entraban felices y lo más campantes. Como docente, y... es comprensible que a los papás les cueste desprenderse de los hijos. Lo peor no es la entrada. Lo que se ve mucho ahora es los padres que cuelgan hiperocupados y vienen a buscarlos una hora después. Saben lo que representa eso para un chico? Que se los olviden? He visto llantos antológicos en primaria y una que inventa mil cosas, que el tráfico de Baires, que mamá está trabajando pero ya viene...
ResponderEliminarEl texto, impecable y cien por ciento emocional.
Saludos van, Etienne
Yo pasé algo así, pero ahora mis hijos me dicen que no les rompa las pelotas.
ResponderEliminarMe estaré poniendo viejo?
Un abrazo.
Te iba a decir qué bueno, lo de siempre. Pero nada, el Gaucho siempre con su impronta.
ResponderEliminar"uno es viejo cuando el pibe te pide que no lo acompañes más al cole".
Qué preciosidad. Me gusta especialmente porque es una escena que conozco de sobra y nunca se me a ocurrido escribir sobre ella. Y lo más realista y a la vez irónico es que el mayor sufrimiento es de la madre porque su pequeña/o rápidamente olvida la ausencia.
ResponderEliminar:))
Un abrazo
ps: tu pequeña aún no está en la guardería, no?
Tan real!!!!!!
ResponderEliminarPero como siempre decimos, mejor sufrir nosotros los padres y no los niños. En este caso muchas veces se cumple, en general siempre, aunque el niño llore, los padres lloran más, para afuera o no... y está bueno que así sea.
Cuidadosa observación, como siempre.
Besos
patada en el culo, buscate un amante.
ResponderEliminarno se, se me pasan por la cabeza tantas cosas, dado q no soy madre...
xD
Upsss.....lo que se viene.....lo que se viene..
ResponderEliminarUn abrazo intendente!
Si te concentraste en los besos es porque tienes muchos que dar y regalar, aprovéchalo!! llegará un tiempo en que tus mujeres no te necesiten tanto, sobre todo tu pequeña...
ResponderEliminarUn beso para ti también :))