El patio del pub invitaba al ocio. Espacioso, con varios sectores
apartados de dudosa oscuridad, era un oasis de aire puro en el páramo
del vicio. La atmósfera veraniega, sofocante durante el día, encontraba
en los pliegues de la pared de revoque grueso un atemperador del fresco
de la madrugada. Había en toda su superficie solamente un mueble, una
mesa de jardín, de duro plástico y un agujero en su centro. A las cuatro
de la mañana de un viernes de un fin de semana que no destaca en el
calendario, Lalo, uno de esos personajes asociados a la noche, de pelo
largo y peinados rulos se acercó a la mesa, arrimó una silla y con
mirada lánguida miró a Cele y Eloísa, invitándolas con discreción.
- Estuve a punto de cometer un error - dijo Lalo con un susurro-. Casi no vengo. Tenía un asado con los preventistas de Lever.
Eloísa
sonrió y emitió unos sonidos apagados mientras lo hacía. El vaso lleno
de fernet con cola mantenía el equilibrio en su mano derecha mientras
que con la izquierda pellizcaba a su amiga. Enseguida vino el Ciego, un
noctámbulo que trabaja en la confitería del centro y en sus noches
libres frecuenta los bares para mantenerse en forma y se sumó al grupo
de la mesa.
- ¿Qué hacen mis bellezas? - casi gritó. -¿Listas para casarse conmigo? - esto fue más como un suspiro mientras se sentaba.
-
Eso pasará el día que me crezca la barba - dijo Cele, una rubia
preciosa de ojos pardos, con finos cabellos y poco vello en su tersa,
suave piel.
- ¡Uy, que maldad! No seas así con el Ciego, rubia - la amonestó Lalo, aunque en su voz se entreveía su satisfacción.
-
Recién llego de afuera, vengo de ver al Gurí y me dijo que el lunes es
feriado administrativo. ¿Armamos algo para el domingo? - dijo sin más
trámite el Ciego.
- Todavía no animamos la noche - dijo Eloísa con evidente animosidad.- Estamos esperando que pase algo.
Estas
frases salidas de la boca de esa morocha delgada pero de formas
generosas, contundentes, fueron un mazazo en el balance de la charla.
- Ey chicas, ¿qué hacen con estos jovatos? - terció el Coti, uno de los dueños del pub. - ¿Les traigo algo para tomar?
- Algo más de lo mismo. Estamos con mucho calor y sed.- dijo Cele mientras hacía un guiño que vio solamente Lalo.
Al
fresco de las bebidas, la charla se animó un poco más, dejando de lado
las tensiones. Sin apuro, Lalo sacó un cigarrillo de esos con filtro de
cartón y lo encendió cubriendo la llama del viento con su mano
izquierda. El Ciego estaba contando una pequeña discusión de clientes en
la confitería mientras las chicas lo escuchaban sin interés. De
repente, un grupo de chicos salió al patio arrastrando a un amigo que
necesitaba un poco de aire fresco. El ánimo de la mesa no se alteró,
miraban muy divertidos la escena.
- Las veces que te habrán tenido
que sacar así, en ese estado.- comentó divertida Eloísa a su amiga.- De
las mías, la verdad que no me acuerdo. -agregó y luego largó una
graciosa carcajada que hacía estremecer su generoso pecho, y por
consecuencia los globos oculares de los hombres.
- No te hagas la
boluda, si el fin de semana pasado terminaste así. - la condenó Cele. -
De hecho, podrías hacer un libro, con varios tomos.
-¡Uh, qué bárbaro! Que amiguita que tenés, cómo te mandó al frente.- dijo el Ciego desde atrás de un vaso de cerveza.
- Hay que mantener la dignidad. Y si no se puede, que sea ahogada en alcohol.- Lalo cerró el diálogo con energía.
El
patio comenzaba a iluminarse, el ruido era cada vez más lejano. Los
ojos cada vez más escondidos tras los párpados. La mesa maravillosa
estaba callada, hundidos los pensamientos en el regreso a casa. Otra
noche de fin de semana se acababa. Aunque tal vez, lo realmente
maravilloso recién empezaba.
Bueno, le estoy choriando el wifi al vecino.
ResponderEliminarLo de "dignidaD AHOGADA en alcohol" es glorioso.
Un abrazo.
Los fines de semana pasan así... repetidos, uno igual que otro, menos mal que la memoria olvida lo que no necesita recordar.
ResponderEliminarUna buena historia, escritor :)
Y si en vez de agarrármela con la pobre dignidad,hago patria y estrangulo a unos cuantos,califica??? ¬¬
ResponderEliminarjajajajajajajajajajajaj
P.D.:Si cada uno se psiera a escribir sus andanzas,tod@s tendríamos un best seller,no?? ://
jajajajajjaj
BESOS A LA CARTA ;)
Cuando la sobremesa se estira mucho, siempre pero siempre hay pérdida de dignidad.
ResponderEliminarSaludos van, Etienne
Lo importante de ahogar la dignidad en alcohol es que el resto de los presentes esté haciendo lo mismo.
ResponderEliminarSino corremos el riesgo de que queden testigos demasiado conscientes de la caída estrepitosa de la misma.
Gaucho, de la misma forma que usted me comenta, yo le respondo, usando la banda ancha inalámbrica de nuestros respectivos generosos vecinos...
ResponderEliminarAbrazos!!
Esil, hay dìas, incluso aquellos que ni siquiera son fines de semana, que son anodinos, llanos, insulsos, aburridos (me comí un diccionario de sinónimos y lo estoy dejando acá...)
Besos!!
GABU, el aturdimiento por alcohol es el más popular amnésico que conozco, aunque la dignidad, bueno, si ni siquiera existe, menos podemos perderla o ahogarla, no te parece?
No digas un best seller, decí una buena anécdota!
Besos!!
Sandra, me parece a mi o has presenciado varias de esas sobremesas, jeje??
Besos!!
Nefertiti, es una precaución prudente, pero bastante difícil de certificar, es decir, ¿quien anda demorando la ingesta líquida por esa razón? Aquel que tiene algo que ocultar o que se sabe ridículo en esa situación. Yo no tengo problemas, me agarra sueño y palmo al toque...
Besos!!
Excelente lección para quien suscribe (estoy en una etapa de intentar extraer un aprendizaje de cada experiencia).
ResponderEliminarLos mejores momentos en general terminan pasando cuando no prentendemos nada de ellos.
Nuestros mejores recuerdos también suelen estar en pasado imperfecto, ahora que lo pienso.
La rutina, aún la de fin de semana, está bastante subvaluada, y eso que es lo que en general es la forma de vida que elegimos.
Mirá que me hiciste reflexionar eh!
Besos!
:)Gracias por tus palabras...
ResponderEliminaresa exposición o instalación me resulta familiar... jajaja.
Un fuerte abrazo
Uy pues claro que nos han sacado a todos así, al menos a mí unas cuantas veces que cada vez se distancia más el tiempo entre ellas a medida que avanzo en dirección de adultez. Pero bueno, lo importante no es que pase seguido sino que pase con los que debe pasar. ¡Un abrazo! F:
ResponderEliminarEsta es una mesa de los 80'-90', aunque el texto no hace referencia al tiempo. Digo, porque tiene una cierta coherencia, es una charla "normal" de una noche de fin de semana. Si presta atención a las charlas de los pibes de 20 hoy comprenderá lo que le digo. La comunicación se ha vuelto críptica y absolutamente pelotuda (perdón por el exabrupto). Las borracheras eran un episodio generalmente divertido, no un estilo de vida. O será que yo ya estoy vieja (y criticona) y he quedado afuera.
ResponderEliminarRaro che, tanto tiempo cruzándolo por ahi y nunca había pasado por su blog.
un saludo
Aquí como es un día caluroso de verano mejor que me ahogo en el agua.
ResponderEliminarEs chispeante el texto.
Un abrazo.
Lola, aunque sé que los recuerdos suelen teñirse de cierta subjetividad a medida que pasa el tiempo, en definitiva es lo que nos va quedando en la vida con el paso del tiempo. Atesoramos objetos, amigos, familiares, fotos con el afán de darle una esencia a la existencia.
ResponderEliminarLa rutina es aquella repetición que nos da seguridad, esas pequeñeces de las que se componen nuestros días.
Besos y feliz día del niño para el clan!
Esil, si la instalación te resulta familiar, entonces significa que estuviste en Argentina, eso o el concepto se ha globalizado notablemente, jaja!
Besos y feliz dia del niño!!
Felipe, has dado en el clavo, si tiene que pasar que sea con aquellos que ocupan un lugar importante en nuestro corazón (estamos seguros que no aprovecharán el momento en que nuestra conciencia se desvanezca, jaja)
Abrazos y feliz día el niño!!
Any, aunque la mesa ocurrió ya entrado los 2000, los protagonistas eran de nuestra generación, concepto que excede la edad. Los diálogos teñidos de nostalgia y los códigos presentes los delatan.
Gracias por pasar por esta Ciudad!
Besos y feliz día del niño!!
MJR, como se podrá adivinar, esto ocurrió en verano, tan lejos para nosotros en esta época del año. Chispeante, adjetivo que no se me ocurrió, pero que las burbujas suelen sugerir...
Abrazos y feliz día del niño!!