Iba con los ojos entornados, castigados suavemente por la claridad
del sol de media tarde que entraba por la ventanilla del auto, y pensaba
que no había casualidad en nada de lo que le pasa a las personas, que
de todo se saca una enseñanza y está en uno aprovechar ese conocimiento
extra que la vida se digna proveerte, y me dije que no estaba mal hacer
lo que nos hace sentir bien y tratar de olvidar aquello que pesa en la
conciencia y que enturbia los sueños.
El Renault 12 aceleró en un
espasmo de energía y la sonrisa irónica de Leonardo me devolvió a la
realidad, En qué estabas pensando marmota? inquirió en forma poco sutil,
En nada contesté con una mentira que luego aclararía, Lo que pasa es
que si te cuento te vas a cabrear. Me miró como quien conociendo más de
lo recomendable a una persona, penetra en forma casi instantánea en sus
pensamientos y me dijo muy serio, Gordo, ni se te ocurra siquiera
pensarlo. Al hablarme, giró su cabeza para enfrentarme y hacer ese gesto
de pretender intimidar con la mirada que utilizaba en todas las
discusiones en que el culpable era el de enfrente. Yo desvié mi atención
hacia la rotonda de acceso a Puan que se aproximaba y dije Ya llegamos y
empecé a hablar de un amigo y compañero del secundario que vivía por
estos pagos.
Pasamos el centro desierto y nos dirigimos
directamente al balneario, bajamos todo lo necesario y algo más,
encendimos el viejo Johnson 25 y salimos, pensando navegar unos treinta
minutos, lo necesario para llegar a la parte más alejada de la laguna,
atrás de la isla, es decir el mejor lugar para asegurarnos una buena
pesca.
Tiramos el ancla para evitar el gareteo de la embarcación y
armamos en silencio las cañas. Pensaba que había evitado el
enfrentamiento hasta que lo vi encender con parsimonia un Marlboro y
mirando la punta de la línea de pesca me dijo Contámelo todo. Ante el
pedido casi imperativo me resigné a entrar en detalles, Ok te acordás
hace como tres meses más o menos que nos juntamos a comer un asado, creo
que en la casa del Chato, Si era porque inauguraba la parrillera, Bueno
la cosa es que me pasó la dirección de un tipo que buscaba un chofer
para repartir encomiendas y paquetes y lo fui a ver, necesitaba el
laburo y enganché para los fines de semana. Entonces, al tercer viaje
tuve que ir a Saavedra a una farmacia a buscar unos bultos, iba a ser un
trámite normal pero se complicó porque pinché una cubierta, Eso no es
una complicación acotó muy firme, No pará, es que el celular no tenía
señal y estaba en el camino viejo y se trataba de llegar a eso de las
nueve de la noche para enviar el paquete a La Plata. La cuestión es que
no llegué a tiempo... La caña de Leonardo tembló y el reel anunció la
presencia de una buena pieza, un pejerrey que lo entretuvo por casi diez
minutos, resistiendo con sabiduría la seguridad del pescador. Al
terminar, me miró y me espetó casi enojado, Ahorrate los detalles ya se
para dónde vas, yo hablé con el que debía recibir ese paquete, estaba
realmente muy enojado, era muy valioso el cargamento que llevabas, Si ya
sé, lo interrumpí, pero no hubo nada que yo pudiera haber hecho,
incluso intenté caminar pero estaba lejos, de todos modos no iba a
llegar a la hora que habíamos quedado, recordé en voz baja.
El sol
poco a poco caía hacia poniente y mermaba la potencia de su luz y el
abrigo de sus rayos y la tranquilidad que había sentido arriba del auto
desaparecía y era reemplazada por una inacabada inquietud que me
turbaba, que no esperaba de mi amigo. Me empezaba a sentir amenazado, en
peligro aunque nada concreto lo hacía palpable. No estaba asustado, me
deprimía el hecho de no poder identificar ese malestar, no había nadie
alrededor.
Un total de veintiocho pescados engrosaron la bolsa de
tela húmeda que habíamos llevado. Era una buena pesca considerando lo
tardío de la temporada, hacía calor y no pensé que pudiéramos superar
las quince piezas. Calculé eran las ocho y media de la tarde cuando
lentamente Leonardo empezó a sacar el ancla del fondo, Lo que pasa
Gordo, me dijo, es que arruinaste un muy rentable negocio y ahora se
necesita una compensación de tu parte, al mismo tiempo que enredaba el
cabo alrededor de mi cuello y me empujaba hacia atrás, Y tiene que ser
así, dijo sin dudar aunque con una mueca de nostalgia en el rostro. Yo
caí al agua de espaldas y sentí que el ancla volvía a buscar el lodo del
lecho de la laguna, arrastrándome sin remedio. Miré para el interior
del bote y vi a mi amigo con los ojos fijos en mi palma abierta, no me
pareció que sintiera culpa alguna. No hubo lucha ni resentimiento, sino
una insoportable sensación de que no valía la pena todo lo que me
preocupaba, darle de comer a la tortuga, pagar el alquiler, llevarle
flores a la tumba de mi hermano, maldecir al presidente de turno, hacer
el amor tres veces por semana, todo eran ahora circunstancias pasajeras,
banales, superficiales, nada me haría el favor de desquitarme de esta
vida vacía que llevé y que nunca podré rehacer. Aspiré con fuerza el
agua oleosa y oscura de la laguna y dejé que me llenara los pulmones.
Estimados Ciudadanos, debido a las cosas relacionadas con la paternidad, he estado un poco alejado de vuestros lugares de inspiración y bastante ausente aquí en mis funciones de Intendente. Les dejo un texto que ya he publicado anteriormente pero que a mi me gusta bastante.
ResponderEliminarPrometo (los políticos prometemos, es nuestra tarea) estar de regreso prontamente con mis deberes.
Salute!
mejor no prometas nada, no hace falta, una puede entender perfectamente que el p´resente ocupa todo tu tiempo, o al menos más del que te imaginabas
ResponderEliminarbesos
Recuerdo esta historia, pero ahora lo más importante es tu bebé, cuando tu niña crezca podrás dedicar más tiempo a tu escritura.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo papá :))
¡¡Nuuuuuuuuuuuuuu!!!!!!
ResponderEliminarNo prometa Usté también que de promesas ya estamos empachados loparió!!! ¬¬
P.D.:Y para no ser reiterativa yo también,hago de cuenta que no leí su póstulo,le parece?? ;)
Usté esta ocupado -y con justísimas razones- por ese sol que llegó a su vida,otros,somos víctimas de un desgano... ¡¡QUE PARA QUÉ LE VOY A CONTAR!!!
BESOS CON FIACA :)
Un amigo el Gordo ...
ResponderEliminarMejor no prometa como dicen mas arriba, haga lo que pueda (que ya sería un mérito porque los políticos no hacen ni siquiera eso). Y primero lo primero, laburar de padre es una tarea primordial.
un abrazo
Menos mal que anda ocupado en la paternidad y vuelven a la luz estos textos que no había leído. Excelente relato por el ritmo, como un buen matunguito cuando se va a pescar , se hace desear el desenlace. Bien bien, Etienne.
ResponderEliminarSaludos van!
Laura, prometo porque lo uso como mecanismo de presión contra mi mismo para volver al ruedo de la creación... Lo otro se justifica por sí solo!!
ResponderEliminarTe mando muchos besos!!
Esil, buena memoria la tuya, aunque es uno de mis pocos textos largos, fácil de identificar entre tanto párrafo corto!
Abrazo para vos!!
GABU, es una cosa preciosa, un espíritu rebelde en la estructura de mi vida, una cosita hermosa que me mueve sus brazos y me conmueve...
Besos babosos!!
Any, amigos son los amigos pero "business are business"!!
Prometo, prometo y hasta me juego a prometer que voy a cumplir!
Besos grandes!!
Sandra, como en botica, hay de todo en el archivo, sin embargo alguna perlita se descuelga por la fiaca paternal del autor!
Besos para vos!
Yo no lo había leído, o no recuerdo haberlo leído, así que bienvenida sea la republicación. Me gustó, principalmente que no fuera esos híbridos que suelen llamar 'micros'.
ResponderEliminarPor lo demás, viva su vida, amigo, los que lo apreciamos sabemos comprender. Antes que nada, esto de los blogs es diversión y placer, nada de obligaciones.
Un abrazo.
HD
Humberto, me gusta escribir, es parte de mi vida como también lo es leer o ahora, ser padre full time!
ResponderEliminarTe agradezco además el aprecio, lector fiel y comentarista incisivo como pocos!
Abrazos!!
Los niños se llevan siempre nuestro tiempo y cuando no son tan niños, igual.
ResponderEliminarMe gusta tu texto, ese medio presagio de que algo va a ir mal, y sobre todo la pesca, 28 peces...
Siempre se puede volver, bueno no siempre, pero para qué queremos la imaginación si no es para regresar siempre.
Un abrazo.
Ser fotógrafo profesional debe vivirse como una aventura.
ResponderEliminarUn abrazo