Profundo y sostenido, desde el alma, con el alma, fue el alarido que el gaucho profirió en medio de la noche oscura.
Había en esta vida muchas cosas que desconocía y por esas no se preocupaba, no era ésa la razón de su pesadilla.
Había en este mundo muchas injusticias, incluso él mismo sufría alguna que otra aunque no lo incomodaba en demasía.
Había también cosas que no entendía y eran estas incomprensiones las que lo desvelaban en las noches calcinadas de la pampa estival.
Escapaban a su entendimiento, por más empeño que le pusiera, por más tiempo que le dedicara a examinar la cuestión, llegaba en cada oportunidad al mismo callejón sin salida de su campera reflexión.
No era limitante su escasa instrucción, sustituida por un agudo sentido de la realidad; no era obstáculo la soledad del horizonte acentuada por la huida de su compañera, siempre encontró predisposición en su perro para auditorio de sus cavilaciones.
Nunca se imaginó que la idea se le hiciera carne y al momento siguiente a su alarido infernal que cortó con filo inapelable el silencio sacro de la noche infinita comprendió su condición de célula, de ser minúsculo en la grandeza de un mundo que lo excluía con firmeza y se perdió en el camino que remontaba la loma del sur rumbo al corazón del monte huraño, quizás para siempre, quizás sumido en sus cavilaciones.
Me sale un "No somos nada" un " somos tan insignificantes en este universo"...
ResponderEliminarSimples cavilaciones.
Me gusta este relato antitético: una célula en la inmensidad de la pampa. Muy, muy lírico, Etienne.
ResponderEliminarUna joyita de texto.
Saludos van
Uh! Lo veo al paisano mirando la tierra y gritándole "Qué mal la estoy pasandooooo!!!".
ResponderEliminarExcelente, como siempre.
Demasiasa soledad como para poder impedir que te asalten esas cavilaciones. Sería algo asi como
ResponderEliminarla "inseguridad" del solitario jaja.
Abrazo!
Es como si se tratara de algún animal de la Pampa, tal vez un caballo que echa de menos a su pareja o su vida anterior, en la que podría no ser libre, estar sometido a un trabajo diario y repetitivo y sin embargo, sentía nostalgia por el pasado tan diferente al ahora... ésto podría ser otra interpretación de tu texto, que me gustó mucho. Es muy argentino :)
ResponderEliminarun abrazo
Fá,
ResponderEliminar"Nunca se imaginó que la idea se le hiciera carne..."
éste es uno de los que más me gustó.
saludos enormes, desde aquí.
Magah, no necesitamos que nos caiga un meteorito en la cabeza para ser conscientes de esa verdad, expuestos y vulnerables vivimos sobre este pedazo de roca.
ResponderEliminarBesos!!
Sandra, una joyita tu comentario, la imagen de la célula, ínfima, es la posta.
Besos!!
Agustín, la diferencia estriba en que nadie llamaba a este gaucho pidiéndole que atienda el teléfono, jajaja! Comentario con top!
Abrazos!!
Dany, el aburrimiento y el tiempo sin límite son tóxicos. Eso y las retenciones, jaja!
Saludos!!
Esil, libres interpretaciones están absolutamente permitidas. El gaucho es un personaje típico argentino y en cada sociedad existe uno similar que añora mejorar su existencia.
Besos!!
Ña, cuando eso ocurre, aparecen las obras de arte, los descubrimientos que cambian al mundo o las matanzas sin sentido. Supongo que depende de la dirección en la que uno use esa idea...
Besos!!
jJAJA....lo de las retenciones es mortal jajaj.
ResponderEliminarIntenso el último párrafo.
ResponderEliminarSaludos
David
A veces siento tanto ruido alrededor, que querría se ese gaucho solitario que grita sus cavilaciones en el medio de su nada.
ResponderEliminarUno de los que más me gustaron.
Un abrazo.
HD
Creo (solamente creo, valga la redundancia, no lo sé) que es mejor sentirse tan pequeñito estando solo que rodeado de un montón de gente. La naturaleza suele ser tener más misericordia que los seres humanos... muchísimas más!
ResponderEliminarSe extrañaba esto que me hicieran pensar un rato (no lo tengo por costumbre, evidentemente, y menos en vacaciones!)
Besos!
"desde el alma, con el alma" Joder, esta frase tuya deberían ponerla en humo en el cielo un día que otro. Sí que hay días en que uno se siente así tan preposicional: desde y con.
ResponderEliminar¡Un abrazote pues Etienne! Ese nombre tuyo me parece siempre un anagrama, ¿sabés?
F:
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