La raíz de toda venganza (y su fruto) es la muerte.
Después del cierre precipitado de
la fábrica que pertenecía a los hermanos García Maldini fue como si la realidad
hubiera agarrado un tobogán vertiginoso, interminable. Las causas de la quiebra
quedaron en duda, se supuso una maniobra para evitar impuestos, de esas que en
la historia abundan y los empleados fueron el eslabón más perjudicado. Juan, un inmigrante de esos que se arremangan
para todo, era el sostén de su familia y sus sueños se oscurecieron de pronto
cuando el telegrama llegó a su puerta. En cuestión de meses se desmoronó, se
rindió al alcohol, un camino que pareció sencillo; más tarde a la violencia
doméstica y finalmente a los fantasmas. En tanto su mujer Alicia soportó ver
esfumarse sus ahorros que había juntado de soltera, se hizo inmune a los golpes
pero no pudo esquivar la tristeza y la soledad; su última esperanza fue desear
que Hernancito pudiera olvidar esta desgracia y seguir adelante.
Sus ojos se mantuvieron abiertos,
sin parpadear, viendo como la vida escapaba de sus cuerpos, en trémulos
estertores, temblores que nunca olvidaría; de esos ojos incrédulos cayeron sin
obstáculos dos pesadas lágrimas. Quiso contenerlos pero sus pequeños brazos de
niño de 7 años no podían cumplir esa hazaña, de a poco recibían el inevitable
frío de la muerte. Su espíritu murió con ellos y desde ese mismo instante
comenzó a planear su desquite.
tiene buena "pinta"
ResponderEliminarespero el segundo
un besote
Ña, sé que un comentario tuyo había por acá pero parece haberse desvanecido.
ResponderEliminarNo te pongas ansiosa, es en tres capítulos, la idea es que haya suspenso!
Y bueno, cuando hay talento (y del bueno) no alcanzan las buenas palabras para elogiar!!
Besos!!
Laura, esta historia viene de un proyecto en común, ¿te acordás?. Hoy me la encontré de vuelta y me dio pena que no viera la luz; la terminé y acá va!
Besos!
Hola. vine por recomendación del sr. Humberto Dib, me gustó tu blog, me quedo sin falta.
ResponderEliminarUn abrazo desde Córdoba la docta.
Chris.
Bueno....es de las historias que me gustan. Espero confiado.
ResponderEliminarAbrazo Intendente!
Christian, bienvenido a la Ciudad! La verdad es que es un gran compromiso semejante recomendación! Espero llenar la medida!
ResponderEliminarAbrazos!!
Dany, es de tu estilo, si si!
Tal vez no sea demasiado espectacular, te aseguro cantidad, eso si!
Abrazos!!
Me gusta tú manera de contar y esta historia parece que cala hondo.
ResponderEliminarTe sigo!
Upa ¡qué introducción! ¿Qué lleva a cometer una vengaza a los vengadores? ¿Vengan su propio dolor? ¿El ajeno? ¡Vamos a ver qué nos contás!
ResponderEliminar¡Un abrazo!
F:
Magah, es una historia sobre lo más básico del hombre, la familia, el lazo sanguíneo y la perseverancia de un hombre por lograr un objetivo.
ResponderEliminarLas conclusiones las elabora el lector!
Besos!!
Mista, siempre me pareció muy poderoso el dolor como motivante, como movilizador de un hombre hacia su meta final. Y si lo alimentamos como una venganza, entonces tenemos a alguien que no dejará de luchar por lograrlo. Vamos hacia el medio de la historia!
Abrazos!!
El niño está pensando en acabar con el padre que maltrata a su madre y les hace ser inefelices a todos?
ResponderEliminarte leeré.
un abrazo
Cuánta expectativa generaste, intendente!!
ResponderEliminarLeía, y me decía: historia conocida, pero pocas palabras y precisas.
Por lo pronto, me quedo por acá, cayado y a la espera de próximas entregas.
Saludos!
Esil, lo del maltrato era la idea consecuencia del desastre económico, pero el hijo comprende que no es necesariamente su culpa, que hay algo más atrás...
ResponderEliminarBesos!!
Alejandro, bienvenido a la Ciudad!!
La historia daba para mucho detalle, incluso para un blog entero, lo dejamos en 3 capítulos!
Abrazos!
Agustín, es verdad que la historia es conocida, de hecho hasta hay un súper héroe de cómic que se inicia de la misma forma!! Quédese que hay más en los capítulos que vienen!
Abrazos!!