De ti amo esa dulzura
con que tus ojos me miran,
esa ternura que me brindas
en cada abrazo, en cada beso,
la paz que siento cuando
los dos estamos juntos
y somos un solo cuerpo enamorado.
De ti amo esa impaciencia
que te llena el corazón
cuando no estamos juntos
la sorpresa que implica
descubrir cosas de a dos
que nunca antes valoraba
un amanecer, un beso apasionado,
una tarde sentados, una cena íntima.
De ti amo esos ojos moros
que cuando se posan en mi
producen una cosquilla maravillosa
tus manos que son fuego
cuando me tocan
y convierten mi piel
en una tela suave y ardiente,
tu cabello lleno de vida
fiel reflejo de tu energía.
De ti amo tu cuerpo
sencillo y sin rodeos
llano y básico
pero capaz de complacer
mis más ocultas pasiones.
Pero más aun amo tu alma blanca
tus palabras a veces amables
a veces celosas
tus besos sinceros
tus miradas de amor.
Te amo toda entera
sin excepciones
sin vergüenzas.
Se lo voy a mandar a la persona que más amo y lo titularé: "Querido conejo pestilente:"
ResponderEliminarEl amor debería ser un todo, ¿verdad? un pack, una totalidad que sólo se explica en el conjunto.
ResponderEliminarWuauu qué maraviloso poema has escrito, Etienne, esos versos tan profundos, un amor sin excepciones, no hay como amar de esta manera. Se ama entero a medias no vale. Desde la profundidad del alma. Me ha encantado.
ResponderEliminarBesos.