martes, 4 de marzo de 2014

Así que...

En la ciudad, ahora inclemente por el calor agobiante, muy poca gente va al cine, ni siquiera para aprovechar las bondades del desesperado aire acondicionado. En realidad, tiene más convocatoria un piquete para cortar una calle y reclamar cualquier cosa que un estreno de Harry Potter (aunque esto no es medida para cierto target de llanura). 
Recordemos al paso que en tiempos estivales en esas inmensas salas es fácil igualar la temperatura de dos cuerpos teniendo sexo y, a título personal, prefiero quedarme en casa muy cómodo sentado en un sillón mullido mientras con una mano juego con el control remoto satelital y con la otra agito indolente dos cubos de hielo en un vaso de whisky que hacerme un viaje al mismísimo infierno.
Lo que sí reúne mucha gente es la comida y consecuentemente, la bebida. He visto a individuos conformando una extensa cola a la intemperie esperando por una mesa en un tenedor libre. Ahora digo yo: rezongamos a voz en cuello cada vez que la cola del supermercado tiene enfrente nuestro a más de dos carritos pero dejamos que se nos vaya la vida haciendo tiempo para entrar a esa parrilla. Si, ya sé que la comparación ni siquiera es mala literatura pero es la realidad y no estoy haciendo más que describirla. Esto lo hacen muy bien ciertas personas que hacen de un buen guión una mejor historia.
El arte de proyectar imágenes fijas a cierta velocidad para inducir al observador a creer que tienen movimiento es antiguo, casi tanto como el amor pero me gustaría decir que no tan vigente.

2 comentarios:

  1. Buen relato amigo, genial la parte de que es preferible quedarse con el whisky y dos cubos de hielo, saludos.

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  2. Hola intendente!!! He vuelto por estos pagos. Debo algún impuesto? Hay moratoria al menos?
    Respecto a la espera en los restaurantes, tengo una politica de dos opciones: o la paso bien mientras espero (es posible hacerlo!) o me voy a otro. Lo malo es cuando no la estás pasando bien, tenés mucha hambre, no hay comida en casa y en todos los lugares cercanos también hay mucha demora (leáse lugares de vacaciones). Precisamente estoy leyendo un libro que se llama "la cena" de Herman Koch en donde el protagonista dice que el el futuro medirán la estupidez humana de esta época viendo los meses que la gente esperaba para una reserva en un restaurante de moda (ok, la espera de unos meses es más cómoda que la de horas parado, pero aún así es un desproposito pensar en comida con meses de anticipación!)
    Respecto del cine no coincido. Tal vez lo que debería hacer es reconocer su capacidad de concentración, ya que creo que la única manera que me concentro para ver una pelicula es yendo al cine... pero como sea, aunque hoy sea una antigüedad, me encanta ir al cine: el sonido, la calidad de proyección (nunca igualada por esos proyectores caseros), ver la reacción de las demás personas: si se ríen al mismo tiempo si no se rien, de qué rien, qué comentan cuando se van. En fin, adoro ir al cine (de hecho voy una o dos veces por semana ultimamente).
    Como siempre un placer pasar por acá. Como con el cine, no sé por qué iba tan poco cuando me gustaba tanto.
    Saludos!!!

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