Que este mundo está hecho para diestros es algo que no es novedad. Cuántos problemas hay con las tijeras que tienen el ojal preconfigurado, las asas de las tazas de café y algunos modelos de mates, para no hablar de los botones de las camisas, los cintos y un montón de cosas más de todos los días.
Y más. ¿Por qué a los malos se les dice que son personajes siniestros? Y siniestros son los desastres o los accidentes también, todo con una connotación negativa. Claro, los que son hábiles en algún deporte o en alguna técnica específica son muy diestros...
Y ni hablar cuando en ciertas escuelas los obligaban a escribir con la derecha, atándoles la zurda a la silla con el argumento de que era una monstruosidad y que iba en contra de los designios del creador.
Igual, dicen que para ciertos deportes, los zurdos tienen ventaja porque la orden enviada por el cerebro (desde el hemisferio izquierdo) tarda menos en llegar porque no tiene que cruzar todo el cuerpo; que será, digamos menos de la mitad de la mitad de un microsegundo. Vaya ventaja.
Pero quiero compartir con ustedes una verdadera ventaja que supe aprovechar con altos beneficios. Hay ciertos movimientos reflejos que bajo determinadas circunstancias son muy fáciles de adivinar.
En cierto domicilio de alguna calle perdida se llevó a cabo una fiesta y en ella una serie de juegos entre los convidados y entre la platea femenina había una en particular que me desvelaba. El juego consistía en apoyar espalda contra espalda y a una orden, girar rápidamente la cabeza hacia uno de los lados; si los rostros no coincidían la dama abofeteaba al varón pero si ambos miraban hacia el mismo lado, se coronaba la acción con un rico beso. Rápidamente me di cuenta que los diestros (hombres y mujeres) giraban siempre su cabeza hacia la derecha por lo que entre ellos había más cachetadas que amor. Aproveché mi condición de siniestro conspirador para recibir bastante cariño; solamente un lance se vio castigado y fue provocado a propósito para no levantar la perdiz de aquellos diestros incautos; del resto de la noche guardo aún el calor de esos labios deseados.
Y con esa sola ventaja me conformo.
Soy ambidiestro y feo, nunca jugué a ese juego en la pubertad porque básicamente nadie quería jugar conmigo y yo era más de mejor jugar futbol porque eso de besar niñas es de maricas y yo soy el capitán del equipo de volleyball y arquero de la selección de futbol, soy macho alfa no tengo tiempo para esas pendejadas de novios y parejitas tomándose las manos.
ResponderEliminarJajaja, nunca dije que fue en la pubertad! en esa época ni sabía por qué me ponía tímido frente a las chicas...
EliminarEsta es una historia más de la época universitaria, en donde libres de reglas uno se revela con ciertas habilidades.
Pues, cómo motivo, me parece el mejor motivo para ser diestro, siniestro o devoto de unos pies descalzos... Aunque, te diré, no entiendo mucho de fútbol, pero ver a un zurdo golpear un balón siempre me parece que tiene mucho más arte ;)
ResponderEliminarUso las dos manos aunque prefiero ser diestra
EliminarBeau, en la mecánica del golpeo de la pelota, se notan ciertas diferencias de postura entre unos y otros; raro porque lo único que cambia es el lado...
EliminarMucha, la preferencia es opcional y muy personal.
EliminarAy me encantó! Es que los "siniestros" dicen que son más inteligentes!
ResponderEliminarTengo un hijo zurdo y recuerdo a mi suegro intentando que tomara las cosas con la derecha...pero...no hubo caso!
Yo soy ambidiestra, para muchas cosas uso la izquierda y tengo más fuerza,pero,escribo y tomo los cubiertos como diestra.
Qué precioso el relato,me llevaste a los antiguos "asaltos" que se hacían en los barrios y donde empezábamos a experimentar.
Un beso!
Yo soy de esos casos mezclados: pateo con la derecha pero uso la raqueta/paleta con la mano zurda. La tijera con la derecha, el destornillador y el martillo con la zurda...
EliminarYa no hay más asaltos de ese tipo, ahora les llaman previas o volvió el término matiné, pero son diferentes; nosotros éramos más inocentes.
A mi hermano que era zurdo le obligaron escribir con la derecha, y escribe muy mal, yo creo que es un zurdo frustrado.
ResponderEliminarYo puedo hacer las cosas con la derecha y con la izquierda, la izquierda la tengo muy desarrollada, no sé cómo se llamará jajajaja.
Un placer leerte.
Un beso.
Oh, vos sabés que a mi mamá le hicieron lo mismo, le ataban la mano izquierda atrás del pupitre y la obligaron a escribir con la derecha. Ella misma se autodenomina zurda frustrada.
EliminarBueno, los ambidiestros hacen cosas con ambas, y son bastante buenos!
Las pequeñas alegrías hacen más llevadera la pena de la vida.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Las pequeñeces son la sal de la vida, la hacen que valga la pena.
EliminarAbrazo J!
me hace llorar
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