lunes, 2 de enero de 2023

El llamado del amor

 Felipe de Quevedo y López marchaba solitario por entre el monte bajo que circunda el fabuloso castillo de Montagout.

 Cierto es que Felipe está casado con Margot, la hija del Conde; una joven capaz de cortarle la respiración a más de un valiente escudero. Cierto es que a Felipe, dueño de grandes feudos y una extraordinaria herencia que le fue legada por su padre, Soberano de Quevedo, reino que a su vez es gobernado por Lope de Quevedo y Sánchez, hermano mayor de Felipe, no le faltaban dinero ni joyas. Ése no era el problema que lo aquejaba y que lo mantenía en vela desde hacía tres noches.

 Hacía algún tiempo, Felipe, aún soltero, participó en una campaña contra los históricos, acérrimos rivales de Quevedo, los infames de Navarro. Allí, en la capital enemiga, durante su asedio y ocupación, el noble de Quevedo penetró en una catedral con el objetivo de revisar si quedaba algún soldado rebelde; en la nave central distinguió una silueta oscura que silenciosa y solitaria oraba con los brazos elevados al cielo pidiendo vaya a saber que favor personal. Felipe caminó hacia la figura y ésta, al escuchar sus pasos se levantó súbitamente del suelo y giró para enfrentar al noble quevediense. Felipe se encontró de frente con una joven de gran estatura y cuerpo esbelto, ojos tristes y cabello claro hasta la cintura. Su cuerpo estaba cubierto de una túnica larga y marrón; su primera reacción ante Felipe fue escapar corriendo pero luego, al observar la armadura y el escudo del noble, se detuvo. Felipe continuaba parado en el centro de la nave, mirando fijamente los pardos ojos de la joven doncella. Ésta, sin pronunciar una palabra, despojó al joven de sus atavíos de guerra y luego se quitó la túnica; su hermosura, digna de los dioses, deslumbró a Felipe. Luego de poseerse, allí en la catedral, la doncella se vistió con su manto y desapareció. En los días siguientes, ya conquistada la ciudad, Felipe retornó a la catedral con la esperanza de encontrarse nuevamente con aquella joven, la buscó en el mercado y en las pozas donde se lavaba la ropa; todo en vano pues ella no volvió a aparecer. Más tarde, las tropas se retiraron de Navarra y así Felipe perdió las esperanzas de encontrarla.

 Mucho después, conoció a Margot de Montagout y se casó con ella, luego de que sus padres arreglaran convenientemente el matrimonio para asegurarse el porvenir. Él, creyó ver entre los concurrentes aquél rostro de ojos pardos que le hizo conocer el verdadero amor, los vio desaparecer sin poder acercarse y creció aún más el desengaño en su corazón.

 El joven soldado quevediense no pudo encontrar solución a su problema entre sus pensamientos; caminó lentamente hacia sus armaduras y luego de tomarlas entre sus manos, las arrojó al foso que rodea el castillo. Luego, se despidió de su corcel que lo saludó con un triste relincho y pasando por el comedor y la sala del trono, se dirigió finalmente a su recámara. Tomó una de las dagas que allí resguardaba y miró sin consuelo hacia el horizonte.

 Jamás comprendieron el porqué de su muerte. Sólo hallaron su cuerpo sin vida, aferrado a la daga y envuelto en una túnica marrón, que brillaba tenue, persistentemente con un melancólico resplandor.

5 comentarios:

  1. Hola Etienne, empezando el año con una historia de amor, que me causa tristeza un amor correspondido pero desencontrado, como muchos en la vida.
    Fue mas fuerte su desengaño y tomo ese tragico final. Y la incertidumbre que dejo en los familiares.
    Nos leemos pronto besos!!

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  2. Ohh qué pena que termina así!
    Pensé que al dejar todas sus posesiones se iría en su busca,como un Quijote!
    Pero ese giro es muy original y creo que era el mejor!
    Excelente relato!
    Un beso grande!

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  3. Hola Gra!
    Empezando el año como debe ser, con una historia de amor, tal cual! Le quise dar esa atmósfera muy Bécquer, por lo menos así me hizo sentir cuando leí sus leyendas.
    El amor te hace hacer cosas muy fuertes, tanto de demostraciones como desprendimientos o despojos, es así.
    Te dejo besos!!

    Hola Luna!
    Tal vez hoy, que hay una mirada un poco más individual, el protagonista habría hecho eso, pero antaño había un respeto atávico a las tradiciones y decisiones del poder (ni hablar de los padres) entonces no había más salida que esa, y le sumé un toquecito místico, por molestar nomás! jajaja!
    Te dejo besos!

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  4. Es una historia muy triste Me conmovió. Te mando un beso.

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  5. Hola JP!!
    Es el tono general de los textos de Becquer ambientados en esa época medieval, sazonados con algo de misticismo. Lindo escenario para una trágica historia de amor!!
    Te dejo besos!

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