jueves, 10 de julio de 2025
Ausencias
jueves, 3 de julio de 2025
Ciudad Abierta
Hace mucho tiempo, en un canal de televisión (les recuerdo que antes del streaming, hubo algo que se llamaba así) por cable (si, había canales de un largo listado y algunos de ellos eran gratis, incluso) hubo un recordado programa que consistía en posicionar una cámara en la calle digamos en la boca del subte o frente a la salida de un supermercado en el que el ciudadano común accedía a un micrófono y contaba, decía, enumeraba, gritaba en algunos casos, lo que en ese momento le pasaba por su mente.
Piensen que es una pared limpia, escriban sus graffittis y coloquen sus estenciles. Piensen que es un cartel que hay que vandalizar.
Si quieren dejar su frase célebre, su firma o cualquier cosa, algo, lo que sea (dentro de las convenciones que permite el formato), este es el momento.
Si quiere en cambio ignorarme, bueno, también es aceptable como forma de expresión.
viernes, 27 de junio de 2025
Taxiii...!!
Sin embargo, este último tiempo, por cuestiones netamente laborales, tuve la oportunidad de conocer a fondo a diferentes individuos de esta fauna particular que son los taxistas.
Me tocó uno que se creía nacido en Italia: decía que los padres habían ido por trabajo y que al momento de regresar, la madre de siete meses, rompió bolsa antes de abordar el avión. Por supuesto, dice tener ciudadanía de la Unión, cosa que no sé porqué no aprovecha.
Otro había tenido la mala suerte de haber sido asaltado y golpeado, hacía no más de una hora. Luego de ese trance, y de regreso a la base, el jefe le dijo que le importaba muy poco si tenía fractura craneal o lesiones en la materia gris, que se dedicara a devolverle el dinero desaparecido.
Dos o tres me tocaron que me preguntaban a mi, por dónde ir: Señor -me dijeron- vamos por Avenida ... o por Autopista?. ¿Y qué sé yo? Yo soy el pasajero y usted el chofer, manéjese.
Hubo uno que me explicó por qué se pelean los remiseros con los taxistas y ahora con los choferes de las aplicaciones, otro que tenía la solución para salir de la eterna crisis y otro que no me dirigió la palabra, pero aturdió a todo el mundo con la bocina e hizo del idioma español, un único rosario de insultos y malas palabras.
A veces, la culpa del comienzo de la perorata la tuve yo. Como el silencio es molesto para mí, suelo iniciar la conversación con preguntas como: ¿Hasta qué hora trabaja?, ¿Realizan los choferes de taxis algún deporte? o una simple e inocente ¿Usted es el titular de la unidad?, generando cataratas de respuestas.
Lo que los identificó a todos es el tremendo apuro que les da cada viaje, ninguno se tomó el trayecto con tranquilidad y así, no hubo vez que me baje relajado del auto.
domingo, 15 de junio de 2025
Ricos besos siniestros
jueves, 5 de junio de 2025
Masa anónima de encuentros casuales
En las ciudades modernas, por no decir los grandes amontonamientos inexplicables de gente, la múltiple diversidad de lugares en los cuales encontrarse a un conocido es increíble: en la fila del banco, en la espera del semáforo, en la góndola de los productos de perfumería del súper, en algún vagón o interno del transporte público, en el escritorio de reclamos de las compañías de servicios telefónicos y hasta a veces te los encontrás en la puerta del Mc Donald. Es decir, menos mal que uno nunca anda haciendo cosas reprobables, tales como pasear en horario laboral o explorando las vidrieras cuando deberíamos estar cumpliendo con nuestros deberes... En fin, sigamos.
lunes, 26 de mayo de 2025
La vida misma
Todos alguna vez, se nos ocurrió la loca idea de volver a ser niños, a ser inocentes. Todos
alguna vez fantaseamos con poder ser caprichosos, llorar y patalear sin
complejos, torcerle la cola al gato y echarle la culpa al hermano menor o
patear una puerta hasta dejarle un tremendo agujero porque tu hermana
se escondió después de hacerte enojar. Y hacer una choza en el patio
trasero, treparse a los frutales, tirar bombitas de agua, correr
carreras de bicicletas en la plaza, jugar al fútbol en la calle con el
portón del garage de arco, hacer un pijama party en la casa abandonada
de la esquina, tirarse piedrazos con la banda de la otra cuadra, hacer
juguetes con pedazos de madera y cartones, jugar al cuarto oscuro,
destruir plamobyls y duravits, cortarle el pelo a la barbi de la hermana
e imaginar que la bañera es una nave espacial sin sentir que somos unos
desubicados o unos grandotes pelotudos.
De a poco el paso del tiempo nos va poniendo más serios y quizás más preocupados, nos va haciendo creer que vivimos y aún así sentimos un indecible vacío. Lo que es cierto, es que nos deja abierta una esperanza, una posibilidad de volver a ser niños otra vez, aunque sea por un ratito, aunque sea de mentira.
viernes, 16 de mayo de 2025
Las tres de la tarde
Al volver a casa, y sintiéndome abandonado por la misma Muerte, la encontré esperándome en la puerta.
- ¿Por qué me ignoraste? - pregunté, después de superar el sobresalto.
- No te ignoré, te di tiempo para que conocieras el verdadero motivo de tu muerte.
- Podés elegir casi todo en la vida, menos la forma de morir. Suena irónico pero es una verdad inmodificable- dijo la Muerte con un tono monocorde pero vibrante.
- Lo lamento, son las tres de la tarde.
sábado, 10 de mayo de 2025
Preguntas que buscan respuestas
El domingo es día de fútbol, inevitable como el viento. ¿Por qué me
preguntan si quiero ir al río a tomar mate si saben que allá no hay señal de wifi? Si voy con ustedes, sepan apreciar el gesto.
¿Por qué cuando queremos dormir la siesta, viene alguien a casa con algún proyecto desaforado, inevitable?
¿Por
qué cuando tenemos ganas de cocinar esa receta que venimos postergando
por falta de tiempo, siempre nos falta algún ingrediente?
Si
alguien me dice: "Más tarde, paso por tu casa", ¿tengo la obligación de
quedarme esperándolo o le puedo pedir que me precise cuánto más tarde?
¿Por qué la gente concurre a casamientos a los cuales no fueron invitados? Vale también bar mitzvah, divorcios, fiestas de descubrimiento de sexo del bebé e inauguración de nuevo comercio.
¿Alguien sabe por qué se llaman "jabón de tocador"?
¿Por qué no hay bancos en los bancos?
miércoles, 7 de mayo de 2025
El gaucho
Profundo y sostenido, desde el alma, con el alma, fue el alarido que el gaucho profirió en medio de la noche oscura.
Había en esta vida muchas cosas que desconocía y por esas no se preocupaba, no era ésa la razón de su pesadilla.
Había en este mundo muchas injusticias, incluso él mismo sufría alguna que otra aunque no lo incomodaba en demasía.
Había
también cosas que no entendía y eran estas incomprensiones las que lo
desvelaban en las noches calcinadas de la pampa estival.
Escapaban a
su entendimiento, por más empeño que le pusiera, por más tiempo que le
dedicara a examinar la cuestión, llegaba en cada oportunidad al mismo
callejón sin salida de su campera reflexión.
No era limitante su
escasa instrucción, sustituida por un agudo sentido de la realidad; no
era obstáculo la soledad del horizonte acentuada por la huida de su
compañera, siempre encontró predisposición en su perro para auditorio de
sus meditaciones.
Nunca se imaginó que la idea se le hiciera carne y
al momento siguiente a su alarido infernal que cortó con filo
inapelable el silencio sacro de la noche infinita comprendió su
condición de célula, de pequeño ser en la grandeza de un mundo que lo
excluía con firmeza y se perdió en el camino que remontaba la loma del
sur rumbo al corazón del monte huraño, quizás para siempre, quizás
sumido en sus cavilaciones.
lunes, 28 de abril de 2025
Elixir, antídoto, pociones y demás
martes, 8 de abril de 2025
Hay días en que
Por momentos se me anuda la garganta impidiéndome que respire, los ojos se me inundan de agua salada, el pecho se me anuda fuerte y parece que no podré volver a respirar.
Hay días en que nada funciona como quisiera, que las cosas toman un rumbo imposible de manejar hasta el extremo de golpearte bien fuerte y dejarte sin aliento.
A veces no puedo contener esta furia que nace desde adentro, que es más parecida a una terrible impotencia que fluye irrefrenable por mis huesos, que hace escala por un momento en mi corazón y que explota en mi boca con palabras que no puedo reproducir en tiempos de cordura.
Hay días en que todo parece desarrollarse guiado por una desalentadora forma de azar que se empeña en desbaratar tus mejores sueños, que está dispuesta a borrar de tu existencia las mejores ilusiones.
Pero en esos días siempre encuentro en vos una isla donde recalar en medio de esas tormentas, una balsa donde subirme y refugiarme.
Es por eso que esas veces no me preocupo demasiado, me limito a aprender y a pensar en vos para que mi rostro recupere su sonrisa perdida.
lunes, 24 de marzo de 2025
Nada
Atrás de mi quedaron las peligrosas penurias, la travesía por el borde del mundo y el filo decadente de incontables peligros y después de tanto tiempo he llegado.
Nada.
Al final de todo, no quedó nada. Lo que existió se consumió en medio de espeluznantes gritos, se transformó en otra cosa que no es sino la muerte en vida o simplemente se hizo recuerdo. La tierra yerma impasible se deja arrastrar por las ráfagas violentas de un viento mortal.
Tanto afán para cumplir los deseos, tanto apuro para llegar al final, solo para encontrarme con un desierto infinitamente vacío. Sopla el viento siniestro, silba entre los ramajes desnudos de algunos flacos árboles que no son sino sombras muertas de un pasado olvidado. Pobre metáfora de un futuro que nunca existió sino en mis sueños; berreta figura de una promesa que nunca se cumplirá.
Nada.
Ni siquiera odio ni rencor; ni frustración ni reproches; ni bronca ni desprecio. Todas las voces que alguna vez se alzaron, mudas. Todos los brazos que alguna vez se sacudieron, estáticos.
Lo que pudo haberse sentido en algún momento, ahora ya no es más que historia. Dejó lugar, si cabe la expresión, a un vacío etéreo, a una nada potente. Tal vez miedo, aunque no sé ya lo que eso signifique.
Ahora que no hay sino desolación, soledad infinita en la penumbra de un atardecer que lo cubre todo, miro hacia adelante. Atrás no hay nada que me interese. Adelante tampoco, pero no hay opción.
domingo, 16 de marzo de 2025
Un día
Un día, la gente, el ruido, la calle, el sol;
salir de mañana corriendo al trabajo
y olvidarlo todo, no sé que es mejor.
Tener la certeza de estar en camino por la huella mejor.
Saberse contento, saberse vivo, y tener un día para quererte hoy.
Volver a la calle, la gente, los gritos;
que esto, que aquello, y la radio que hoy dice que se quejó la tierra,
que murieron niños, que subieron los precios y que qué se yo.
Llegar a la casa, la paz (que tranquilidad)
húmeda dulzura del olor a peperina del salón.
Saber que está ella, saber que me espera, saber que en un rato, todo ocurrirá.
Hola, que tal, como te fue, bien; y es todo.
Después la comida y la tele muestra más de lo mismo.
Ella a dormir la siesta, yo me quiero quedar, quiero un mate y no hay yerba;
inútil intento, fracaso al buscar.
La tarde se torna soñolienta, y poco a poco los ruidos se apagan.
La tierra me llama al regar las plantas. Desgrano terrones con mis dedos,
en la casa murmullo lejano de bravas peleas entre políticos.
Sonrío, camino y retorno a mi cubil, levanto la mochila con mis cuadernos y me voy.
Camino por las calles, me siento feliz, me cruzo con gente que dice (se queja)
que el sueldo no alcanza, que no hay referí, que este gobierno... (yo sigo sin tomar mate) y me fui.
Timbre y que tal, pasé a saludar, todo bien? mejor no te cuento...
Uy, que tarde, me voy, que corta la visita, yo y vos que nunca venís.
Vuelvo a la calle, la bronca, las bocinas y los semáforos, me meto en la oficina, mando mail, recibo mail;
y más tarde... al fin, de vuelta al hogar.
Ey, como andas... que hay de cenar; vos tendé la mesa que ya está lista la cena.
Más risas entre dos, sobremesa y a la cama, el sueño esperar.
Hojear un libro, reveer el día y planificar el de mañana. Me aferro a su cintura, escondo el rostro entre su pelo.
No importa, mañana otro día será.
martes, 11 de marzo de 2025
Lo que llega a tu puerta
miércoles, 5 de marzo de 2025
Fantasía en el gimnasio
Entraba al gimnasio, dejaba su mochila en un locker, sacaba la toalla de mano y se lanzaba ciegamente a cumplir con su rutina: al principio con la planilla en la mano, estudiando los ejercicios, calculando los pesos y dosificando las repeticiones y más tarde, tal vez en el transcurso de la segunda semana, ya más confiado y de memoria, se deslizaba entre las máquinas como si fuera de la casa.
miércoles, 26 de febrero de 2025
Destino final
Yo siempre supe que iba a morir de cáncer, son esas cosas que uno intuye temprano en la vida cuando algunas señales se van acumulando, esas indirectas como contactos que comparten historias de gente con la enfermedad, propaganda de medicamentos y tratamientos paliativos, compañeros de trabajo que se van antes porque deben cuidar a un familiar o enterrarlo. Disculpen si resulta ofensiva la declaración, léanla como mi última voluntad y así será un poco más tolerable.
Al principio, me enojé. Es decir, nadie quiere saber cómo termina aunque lo digan. Decidí que esos mensajes no eran para mí y que no me iba a afectar, que los ignoraría. Con el tiempo uno tras otro se me presentaban sin objeciones, sin pausa y me iban torciendo la voluntad. El márketing de la enfermedad es malo y negativo, tiene muy mala prensa pero la repetición es intensa y se te termina metiendo en el cuerpo y lo terminás creyendo.
Si te duele la cabeza, va por ahí. Si cuando llueve, los huesos te duelen como si tuvieran terminaciones nerviosas, la conclusión es clara. Además, la comida superprocesada actual es propicia para pensar que los males estomacales en general, la mala digestión, esos ruidos que uno escucha por la noche (que no vienen del departamento de al lado) es el estómago sucumbiendo a los ataques infernales. Ni hablar del cigarrillo, el demonio en persona con halo de humo tabacal y boquillas delicatessen que te trae a tu propia casa la versión respiratoria con perspectiva de mochila y rapidez para el trámite. Y hoy sumamos al vapeo, que parecía ser la solución y en realidad te enferma más rápido y en peores condiciones.
Participar
de campañas para recaudar fondos para luchar contra este flagelo fueron
oasis en un desierto lleno de dolor y angustia. Ver caras
reconcentradas, existencias enteras sumidas en la tarea de alargar el
hilo de esperanza, en tratar de encontrar un destello de luz en un
horizonte tremendamente negro y poder alivianar un poco la carga de los
demás fue liberador y desde un punto de vista egoísta, redentor para mis
vertiginosos pensamientos.
Llegué a pensar en algún momento que el pronóstico oncológico no se cumpliría. Chocar tu vehículo de frente a poco más de sesenta kilómetros por hora no es algo que mucha gente termina contando. Esa película en cámara lenta que se produce, ese cliché que es verdad de ver toda tu vida completa como en diapositivas de repente no terminó y ahí me di cuenta que no escaparía de los designios que en profundidad estaban tallados para mi.
Recostado, miro por la ventana. Mis ojos acuosos, nublados por la morfina están fijos en la nada. Sería más fácil decir lo que no me duele, más corto por lo menos pero ni siquiera esa lista les daría una miserable idea de lo terriblemente dañina que puede ser esta enfermedad. Es la personificación de un estratega militar, de un boxeador que tras un golpe efectivo a la mandíbula huele próximo el knockout y así pensaba, la iba a esperar hasta el último día.
Miré hacia arriba como buscando una respuesta y así pude ver cómo una placa cementicia del techo cayó sobre mi cabeza aplastándome a mi y a mi destino final.
viernes, 14 de febrero de 2025
De ti amo
jueves, 23 de enero de 2025
Delirando de calor, pensamientos aleatorios
Todo lo que hacemos y lo que decimos, incluso aquello que sentimos tiene una profunda implicancia en aquellas personas que nos rodean, que a diario nos acompañan.
A todos nos gustaría lograr en ellos un entendimiento completo, un acompañamiento total de nuestras acciones sin considerar la posibilidad de un tropiezo doloroso. Y de golpe nos encontramos con que nadie dejará de opinar en contra, nadie dejará pasar la oportunidad de sembrar esa duda maligna, ese malestar incómodo.
El fracaso en la comunicación existe, es un fantasma que vigila, que nos ronda expectante esperando su oportunidad para apresarnos, para hacernos sus víctimas; no discrimina, no hace diferencia y no le importa que comamos a horario, que recemos antes de ir a dormir, que cumplamos con la ley.
Todo aquello que nos forma como personas se transforma en substancia única, irrepetible, absolutamente intransferible.
La tolerancia ásperamente tácita, irónicamente explícita y cualquiera de sus
variantes, siempre se constituirán en el previsible regalo traslúcido en
los ojos de quienes nos ven, esforzados en el imposible consenso, deseando con silenciosa desesperación esas ariscas palabras de solícita
comprensión.
Pero
tiene un defecto incorregible en su esencia y es que siempre hay otra
posibilidad, una segunda vez en la cual salir airoso, porque la vida
siempre da revancha, dependiendo solamente de uno mismo dejar que el desaliento nos gane otra vez.
Lo bueno de la vida es que no termina en una derrota, en una caída; siempre hay otra oportunidad para reivindicarse, para seguir adelante.
lunes, 13 de enero de 2025
El silencio de la ciudad
Ahora que las vacaciones están transcurriendo y el año nuevo se va desgajando de a poco, sobre la ciudad pesa un
extraño silencio. A veces, un murmullo de brisa se cuela por entre las
ramas de las acacias y los plátanos refrescando la vereda recién regada.
Otras, un remolino de viento cálido arrastra los papelitos que dormían
al reparo del cordón cuneta. El calor agobia y es tal vez un elemento que apaga las voces, las acalla y modera y los raros paseantes que pisan las veredas cubiertos por sombreros y anteojos de sol avanzan en esforzado silencio.
Una calle en la que tradicionalmente es
imposible encontrar un sitio para estacionar, ahora ofrece múltiples
opciones; pero tampoco hay autos que quieran ocupar esos espacios
vacíos. Si uno se instala en medio de esa calle y mira hacia el frente
se pueden apreciar sin barreras ni peligro de sufrir un atropello los
árboles que delatan el arbolado parque a algunas cuadras de distancia.
Sentado
en un cantero donde reverdece un paraíso se puede disfrutar del
silencio, tachonado en forma esporádica por algún taxi perdido o una
moto que reparte pedidos de aplicación. Se echan de menos (o por lo menos se nota su
ausencia) los golpes rítmicos de un bombo protestón, las frenadas
desafinadas de los internos de la línea 18B y los graves de la música
electrónica brotando de un exagerado auto modificado.
El calor
aplastante, el sol que amenaza con sus rayos y el asfalto recalentado
hasta lo imposible el aire, tanto que se vuelve irrespirable, silencian durante la siesta los cantos de las aves y
hasta el perro que le ladra a las bicicletas de la bicisenda yace con la lengua afuera en la
vereda.
El silencio se esparce, se derrama por la ciudad, rebota en
las vidrieras cubiertas de lonas, descansa en la sombrita de un zaguán y
se esconde en el fondo de un baldío.
viernes, 3 de enero de 2025
Primer carta del año
Ya se pasó el fin de año y empezó, aunque no se note, uno nuevo; algunos empezaron antes con los asuetos y jornadas no laborales y todos están pensando en las vacaciones y en no cumplir horarios.
El año viejo se nos fue en un balance desparejo, con más prepotencia que hechos, con más palabras y discursos que acciones para entender al otro, con vaivenes propios de una sociedad que sufre como ninguna la rebeldía de la adolescencia, que no se da cuenta que tiene la mejor mano para ganar sin siquiera recurrir a la mentira y que sin embargo lo hace para pretender demostrarse corajuda. Se pretende adulta pero se comporta como púber intentando impresionar a alguna niña esquiva. Lo que importa no es en este caso el pasado, sino lo que viene y si no podemos enfrentarlo con renovado espíritu entonces estamos sonados. .
Pero este fin de año es diferente: no puedo ver en la gente la energía que se suele renovar en esta etapa, ese pensamiento positivo de renovar las cuentas, renovar la vida. Al contrario, los escucho algo abatidos, nerviosos y no quisiera decir desesperanzados. El tono de voz refleja que la realidad en la que se ven inmersos ya ocurrió y que se está por repetir irremisiblemente. Veo desazón, veo inquietud, veo infinita resignación. Pero también brilla en sus ojos la certeza de que no bajarán los brazos.
Sigo pensando (lo escribí ya alguna que otra vez y lo reafirmo) que el espacio virtual da vida a muchísimas cosas que se cristalizan en la vida real (o al revés, lo importante es que coexistan y no se aniquilen entre sí) y que me han dado un apoyo que no sabía que necesitaba. Esto es difícil de explicar, aún más cuando la intensidad de los contactos disminuyó en estos últimos tiempos; esta ausencia se resiente más debido a esto. Agradezco la persistencia, la lealtad, la presencia en mi ausencia, realmente la valoro y aprecio mucho.
¿Deseos para el año que viene? Deseo que todos ustedes sean felices.
Cada vez que pasa una estrella, en mi cumpleaños, cuando pasa un coche con los recién casados, todas esas ocasiones para pedir deseos, yo no pido nada. ¿Qué puedo pedir si ya tengo lo que quiero?. Entonces pido eso, que sean felices. O mejor, pido lo que ustedes quieran pedir. Y como dice en la parte de atrás de muchos camiones, te deseo el doble de lo que vos me deseás a mi.
La felicidad viene de la mano de cosas que hoy están devaluadas y no tanto por las posesiones materiales, así que está en uno poder descubrir ese tesoro que todos tenemos a mano.
Brindis, amigos, fotos viejas, tarjetas. Campamentos, lluvias, arena de mar, agua de lago. Cenas con velas, asados, llantos, abrazos, un buen libro. Una piedrita, un pedazo de papel, un moño de regalo, un colgante, una agenda de hace muchos años. Cada uno encontrará en esas pequeñas cosas el valor de la vida y sabrá que no hay otra cosa que la reemplace, que el recuerdo podrá ser el último refugio frente a la necedad.
Una de las tantas cosas que no podemos evitar es el paso del tiempo; entonces el futuro vendrá y se colará como una realidad en nuestras vidas. Deseo (realmente lo quiero) que no importa lo que contenga, lo que tenga para depararnos, lo que nos haga vivir, que sea de lo mejor que nos haya ocurrido en la vida.