Amanece en el valle, una mañana muy fría y soleada. Las vides perfectamente alineadas en prolijos surcos soportan
impasibles el paso del otoño arrugando sus hojas secas y convirtiendo en
pasas las pocas uvas que sobrevivieron a la vendimia estival.
En fila y aferradas a una guía, las plantas de malbec y merlot reciben
los primeros rayos de sol a la espera de la poda que pronto los
operarios llevarán a cabo; más allá las plantas de chardonnay reciben
por goteo controlado la dosis exacta de humedad para que sus racimos
luego meticulosamente combinados generen el mejor varietal.
Pasos trémulos a la entrada de la bodega, vacilantes. El enólogo,
embriagado de placer, prepara las botellas que el grupo de selectos ejecutivos
catará un poco más tarde; botellas que contienen vino de calidad de
exportación serán abiertas y disfrutadas en un almuerzo de negocios.
Mientras tanto, en la cocina, el chef realiza el maridaje más exquisito
entre los vinos seleccionados y el menú exclusivo sabiendo de la
importancia del evento.
Los comensales llegan de a poco de un paseo por el campo en el que han podido ampliar sus conocimientos sobre la materia. Se ubican uno a
uno en la mesa frente a las brillantes copas de límpido cristal; unas
tablas de quesos y fiambres variados otorgan a la mesa un aroma
campestre.
El vino tinto comienza a llenar las copas, los aromas recurren a
recuerdos para buscar similitudes, los sabores se revuelven tumultuosos
sobre la lengua y raspan gargantas delicadas. Los taninos, los
sedimentos, los brillos y ese inconfundible color bordó tiñen de
exóticos sabores los paladares de los comensales.
Finalmente, el color oro brilla dentro de las pequeñas copas. Dulce uno,
un poco más ácido el otro, la calidad y el esfuerzo se saborea en
finísimos elixires destilados con sabiduría. Las copas se entrechocan y prometen volver a encontrarse en otra oportunidad.
Paseo por el viñedo, hotel boutique, finos vinos y excelente comida: una manera diferente de pasar un fin de semana...
Siempre me han parecido un poco "afectados" las personas del mundo "del vino", pero entiendo esa parte de ritual, de algo social que busca un nexo, un punto de unión. Los seres humanos somos seres gregarios, pero, al contrario que los animales, necesitamos excusas para hacerlo
ResponderEliminarSaludos
Hola Beau! Creo que tu punto de vista se puede aplicar a todos los grupos sociales, los que les gustan los autos, los surfers, los militares, los ecologistas o en su momento los hippies, los punks. los bloggers y los emos... Todos tienen sus propios códigos y pueden parecer impostados o forzados desde afuera y en definitiva concuerdo 100% con tu observación de la búsqueda de nexo y comunión.
EliminarBesoo y buena semana!
pues es verdad, mi sesgo no me había dejado verlo :) y luego siempre surgen los "auténticos" y los que lo hacen por pose, y de ahí a nada, una guerra civil por ver el lado correcto de comerse un hueco pasado por agua , como en los viajes de Guilliver :)
EliminarNada mejor que el vino, pero no el Italiano, y no porque sea malo, sino porque en un pueblo lo hacen de una manera y en el siguiente lo hacen de manera similar, pero considerando herejes a los vecinos.
ResponderEliminarEn fin me han dicho que tome vino organico, porque todo vido hoy en dia tiene tanto quimico que se vuelve uno viejito, pero el organico es mas caro y hay muy pocos para escoger.
Toca seguir con esos italianos que ya me hacen rabiar.
Hola José! el vino malo se nota enseguida, resaca, dolor de cabeza, malestar general, salgamos de ahi! No es necesario empobrecerse con el orgánico, hay buen vino accesible. Te paso un dato, los supermercados chinos los venden baratos.
EliminarHasta el aire que respiramos tienen químicos y cosas que nos hacen mal, pero no tienen el mismo sabor que un buen vino!
Mi abuelo tenía bodegas y por eso mi madre estudió enología , fue la primera mujer enóloga de este país y concuerdo con BEAU y contigo en q con el vino ocurre como con cualquier saber o especialidad, pocos son los q de verdad saben y muchos los q se apuntan al carro de " hacer q sabes " aunq no sepas nada más q de oídas , pero da mucho lustre entender de vinos...yo por ejemplo, no entiendo nada, mi paladar se limita a saborear los vinos blancos fresquitos y no demasiado ácidos ..del resto, cero, pero la cultura vitivinícola como cualquier otra, es todo un mundo...Eso sí, aquí se vendimia siempre a principios del otoño , en el mes de septiembre ...Muy agradable tu texto, como un godello fresquito cuando se pone el sol ;)
ResponderEliminarUn abrazo Etienne !
Hola María! esa actitud que comentamos, no se circunscribe solamente a esta actividad, snobs y pretenciosos hay en todo tipo de campo y ciencia.
EliminarLa vendimia supongo que será por el tipo de cepa o variedad, pero febrero/marzo, fecha de vendimia, sería fin de verano por esta parte del mundo. Besos!!
Sobre gustos... Aunque prefiero una buena cerveza (no, esas porquerías artesanales de los bares de Palermo no son cervezas).
ResponderEliminarSaludos,
J.
Claramente, el gusto es un factor a tener en cuenta, José. No todo el vino es igual, no toda la cerveza y tampoco el whisky.
EliminarY todo lo que circula por el mundo, también.
Abrazo J!