viernes, 3 de enero de 2025

Primer carta del año

Ya se pasó el fin de año y empezó, aunque no se note, uno nuevo; algunos empezaron antes con los asuetos y jornadas no laborales y todos están pensando en las vacaciones y en no cumplir horarios.

El año viejo se nos fue en un balance desparejo, con más prepotencia que hechos, con más palabras y discursos que acciones para entender al otro, con vaivenes propios de una sociedad que sufre como ninguna la rebeldía de la adolescencia, que no se da cuenta que tiene la mejor mano para ganar sin siquiera recurrir a la mentira y que sin embargo lo hace para pretender demostrarse corajuda. Se pretende adulta pero se comporta como púber intentando impresionar a alguna niña esquiva.  Lo que importa no es en este caso el pasado, sino lo que viene y si no podemos enfrentarlo con renovado espíritu entonces estamos sonados. .

Pero este fin de año es diferente: no puedo ver en la gente la energía que se suele renovar en esta etapa, ese pensamiento positivo de renovar las cuentas, renovar la vida. Al contrario, los escucho algo abatidos, nerviosos y no quisiera decir desesperanzados. El tono de voz refleja que la realidad en la que se ven inmersos ya ocurrió y que se está por repetir irremisiblemente. Veo desazón, veo inquietud, veo infinita resignación. Pero también brilla en sus ojos la certeza de que no bajarán los brazos.

Sigo pensando (lo escribí ya alguna que otra vez y lo reafirmo) que el espacio virtual da vida a muchísimas cosas que se cristalizan en la vida real (o al revés, lo importante es que coexistan y no se aniquilen entre sí) y que me han dado un apoyo que no sabía que necesitaba. Esto es difícil de explicar, aún más cuando la intensidad de los contactos disminuyó en estos últimos tiempos; esta ausencia se resiente más debido a esto. Agradezco la persistencia, la lealtad, la presencia en mi ausencia, realmente la valoro y aprecio mucho.  

 ¿Deseos para el año que viene? Deseo que todos ustedes sean felices.

Cada vez que pasa una estrella, en mi cumpleaños, cuando pasa un coche con los recién casados, todas esas ocasiones para pedir deseos, yo no pido nada. ¿Qué puedo pedir si ya tengo lo que quiero?. Entonces pido eso, que sean felices. O mejor, pido lo que ustedes quieran pedir. Y como dice en la parte de atrás de muchos camiones, te deseo el doble de lo que vos me deseás a mi.

La felicidad viene de la mano de cosas que hoy están devaluadas y no tanto por las posesiones materiales, así que está en uno poder descubrir ese tesoro que todos tenemos a mano.

Brindis, amigos, fotos viejas, tarjetas. Campamentos, lluvias, arena de mar, agua de lago. Cenas con velas, asados, llantos, abrazos, un buen libro. Una piedrita, un pedazo de papel, un moño de regalo, un colgante, una agenda de hace muchos años. Cada uno encontrará en esas pequeñas cosas el valor de la vida y sabrá que no hay otra cosa que la reemplace, que el recuerdo podrá ser el último refugio frente a la necedad.

Una de las tantas cosas que no podemos evitar es el paso del tiempo; entonces el futuro vendrá y se colará como una realidad en nuestras vidas. Deseo (realmente lo quiero) que no importa lo que contenga, lo que tenga para depararnos, lo que nos haga vivir, que sea de lo mejor que nos haya ocurrido en la vida.

 

3 comentarios:

  1. Etienne,me pareció conmovedoramente bello tu texto,esa profunda reflexión existencial. Ese resumen de tanto en tan poco, y que contiene todo el universo.
    Porque tu mensaje llega diáfano, y nos permite seguir creyendo en que vale la pena volver a lo que importa realmente.
    El contacto,el abrazo,la risa,la amistad, el amor,por sobre todo lo demás.
    Obviamente es algo difícil, lamentablemente,porque el mundo nos muestra casi siempre su cara más amarga.
    Gracias por este regalo.
    Un beso grande!

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  2. No es que estemos tristes o somos negativos, creo que es más bien la vida misma, que ya los años no son tan "emocionantes" por así ponerlo, o sea si fuéramos millonarios hijos de billonarios que no tienen que trabajar ni un día, creo que sí estaríamos pensando en cosas como "hay tanto que hacer y poca vida ¿qué haré para este año? viajar a Mónaco con mis amigos, llevar a mi novia a Italia, viajar como siempre en el yate de mi padre a su isla privada y armar un Rave, puf, hay tanto por hacer".

    Por otro lado me robó la idea/deseo de que quiero que quiero que todos sean felices, que busquen cómo hacerle y sonrian porque es lo que me llena de satisfacción a mí cada que escribo en mi bloguito, le voy a cobrar regalías culero. Enigüey, pues sí, ojalá y todo salga bien este año, y si no puede hacer lo que el ejemplo del conejito millonario que puse, pus por lo menos que les vaya menos piros pues. Y si no van a sonreir los que lean esto y no sean Etienne, sólo les recuerdo; que ya sé dónde viven y si no son felices por las buenas: https://i.makeagif.com/media/11-11-2024/u5sv-u.gif y tengo muchos disfraces de conejito y le voy a dar una a Etienne para que entre los 2 vayamos a "repartir" felicidad como se debe.

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  3. Llevamos muchos años soñando con un futuro brillante y prometedor y, sospecho, estamos empezando a pensar que lo mismo no llegará nunca. Nos pasa un poco como a todos esos locos que siguieron a Moises por el desierto, al principio todo debería ir bien, pero cuarenta años despues seguro que alguna le hubiese colgado de un árbol de no ser porque estaban en un puñetero desierto y no había árbol alguno :)

    Venga lo que venga, intentaremos jugar la mejor partida posible con lo que nos hayan repartido.

    Un abrazo

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