lunes, 26 de mayo de 2025

La vida misma

Todos alguna vez, se nos ocurrió la loca idea de volver a ser niños, a ser inocentes. Todos alguna vez fantaseamos con poder ser caprichosos, llorar y patalear sin complejos, torcerle la cola al gato y echarle la culpa al hermano menor o patear una puerta hasta dejarle un tremendo agujero porque tu hermana se escondió después de hacerte enojar. Y hacer una choza en el patio trasero, treparse a los frutales, tirar bombitas de agua, correr carreras de bicicletas en la plaza, jugar al fútbol en la calle con el portón del garage de arco, hacer un pijama party en la casa abandonada de la esquina, tirarse piedrazos con la banda de la otra cuadra, hacer juguetes con pedazos de madera y cartones, jugar al cuarto oscuro, destruir plamobyls y duravits, cortarle el pelo a la barbi de la hermana e imaginar que la bañera es una nave espacial sin sentir que somos unos desubicados o unos grandotes pelotudos.





Ese momento de la vida en que nos soñamos grandes, en que nuestros anhelos se ven lejanos y que no sabemos aprovechar sino hasta que se esfumó tras las hojas del calendario. Y atesoramos figuritas, fotos viejas, revistas destruidas, colecciones incompletas, pretendiendo robarle a la vida ese trozo llamado infancia. No lo logramos, pero por la ventana de los recuerdos nos espiamos y dejamos rodar una lágrima de felicidad.

De a poco el paso del tiempo nos va poniendo más serios y quizás más preocupados,  nos va haciendo creer que vivimos y aún así sentimos un indecible vacío. Lo que es cierto, es que nos deja abierta una esperanza, una posibilidad de volver a ser niños otra vez, aunque sea por un ratito, aunque sea de mentira.

15 comentarios:

  1. Ohh es un viaje circular..donde hoy se añora lo de entonces,y entonces se soñaba con este ahora? o un ahora mejor?
    Me gustó muchísimo este pasado tan familiar donde hacíamos las mismas cosas , y muchas de esas cosas atesoramos aún hoy.
    Y creo que en un punto,también quedó para siempre esa inocencia de ser niños...
    Precioso!
    Un beso.

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    1. Si Luna, la vida parece que es así, te acordás cuando eras chica que hacías y decías cosas de grandes, que no veías la hora de ser adulto? No hace tanto de eso y parece que fue en otra vida. Incluso los niños de ahora están pendientes de los grandes, de lo que hacen y quieren ser como ellos y si uno les advierte, te miran con recelo. Decime si es no es circular, jajaja!
      Besos gigantes!!

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  2. Lo dijo Calvin, el de las viñetas, no el de los calzoncillos, no madures nunca, es una trampa... Cuando nos damos cuenta, zas, se ha cerrado el cepo.

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    1. Lástima que no es opcional... lo que cuando éramos chicos se veía tierno, hacerlo de grande es grotesco. Y no hay forma de abrir el cepo, no hay escapatoria posible.

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    2. Grotesco, esa es la palabra :) un adulto empeñado en no serlo da una mezcla de ternura y grima, ¿tergrima?

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  3. Por más extraño que parezca; yo AMÉ mi infancia como usted no tiene una idea, los recuerdos, aún tengo pequeños objetos que me despiertan esa nostalgia (10 conejipuntos si recuerda mi entrada de la nostalgia) y pues sí, esos recuerdos no los cambio por nada en el mundo, SIN EMBARGO si hubiera una máquina del tiempo para volver al pasado y me encontrara de frente al conejito yo del pasado, me golpearía, porque sé que el yo joven al verme como estoy ahora haría lo mismo, el yo joven era capitán del equipo de volleyball, iba a competencias de atletismo a todos lados, medio-maratones, portero de la selección de la escuela, fui al primero que se le notó el abdomen six pack, era una máquina, ahora estoy todo blandengue y escucho indie pop, el yo joven seguro me daría una paliza severa así que no me voy a dejar del maldito desgraciado.
    De lo que sí le puedo asegurar sería que quien sea que gane terminaría diciendo algo bello y poético, que sólo en los libros de poesía clásica se pueda leer, algo como: "...Y a la próxima te va peor marica de mierda".

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    1. Conejo, creo que fuimos niños, adolescentes y luego jóvenes en la mejor época que se pudo pedir: yo también AMÉ mi vida de niño! creo que hay cosas que uno no controla que te afectan más de lo que uno quiere aceptar, empezando por "el otro". Las posibilidades infinitas de ser cualquier cosa que existen cuando eres niño chocan de frente con la finitud de las posibilidades reales del mundo adulto.
      Yo no sé pelear ni pegar, así que terminaríamos los dos tirados en el suelo agarrados y pasando vergüenza; hasta que alguien venga y nos dé una paliza a los dos, a ver si despabilamos...

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  4. Algunas de esas ideas locas a mí también se me ocurrieron, lo bueno es que las llevé a cabo.
    Saludos.

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    1. Genial!! y nadie te pudo realmente penar por ello, pues, es un niño! Uno de adulto no debiera interferir en esas pequeñeces, tomando debida cuenta de lo relevante que resultan estos recuerdos en el futuro de la persona.
      Salut Francesc!

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  5. Tal vez ser un inmaduro tiene sus ventajas.
    Yo creo que la gente creativa lo es porque usa esa inmadurez.
    Que también está entre los coleccionistas de figuras de acción.
    Saludos.

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    1. Hola Demi! Es verdad que esa inmadurez nos ayuda a rescatar ciertos aspectos descontracturados propios de los niños y así ser más creativos y más lúdicos. Es inofensivo ser inmaduro, casi hasta te diría que resulta tierno.

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  6. Atesoramos algún que otro pequeño objeto de infancia o juventud porque los consideramos intermediarios con la infancia o adolescencia pasadas. Intermediario quiere decir intérprete, pero también una especie de vínculo. Cuando uno mira fotos viejas o palpa un pequeño objeto, un tebeo quizás, ¿no siente la emoción de los sentidos que le traslada siquiera por un instante fugaz e imposible a un tiempo ya no habitable?

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    1. Comparto todo lo que has dicho/escrito; uno se aferra a esos vínculos y otros los desechan pero todos lo perciben de la forma en que lo has dicho.
      Gracias por la lectura y por dejar huella!

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  7. Por suerte ya no me resulta tan difícil conseguir, ni me miran tan raro cuando la uso, mis remeras de Astroboy...

    Saludos,
    J.

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    1. Todo vuelve, amigo José. La moda, los estilos, las formas, todo es circular y tarde o temprano se vuelve trending, así se dice ahora.
      Salute amigo!

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