Colmada de olvido vaga mi mente por parajes sin identificación, como
queriendo perderse en el anonimato, negando todo aquello que se empeña
en intentar herirla, ignorando con el mismo esfuerzo aquello que su bien
pretende.
No se da cuenta que la capa protectora, el escudo
benefactor la aísla también de todos los intentos de rescate porque en
definitiva ella está con el rumbo perdido, ahogándose en ese océano infinito sin
intentar siquiera levantar la voz pidiendo socorro. Aquella mano que se tiende, aquél abrazo que se otorga, no encuentran destinatario posible.
Y es que
ciegamente erra por este laberinto desconocido, por esa maraña de
encrucijadas que se multiplica por doquier y no puede escapar; esa
intención de imaginarse un cuento le impide concentrarse en esa tarea
vital.
Se va hundiendo cada vez más, sin remedio, arrancado de cuajo el bosquejo incipiente de libertad y olvidado el camino hacia la salida.
No
se entera que ese otro espacio más luminoso, más vivo está allí, del
otro lado de ese ínfimo lienzo, piensa que es vano empujarlo con la
punta del dedo, que jamás cederá, que jamás la indultará.
Prefiere
quedarse en el interior, buscar excusas para calentarse en los duros
inviernos, prefiere no luchar arropándose con cuentos que adora como
íconos incontrastables. Elige cubrirse tras la penumbrosa trinchera y agachar la cabeza timorata que empujar ese límite.
Prefiere la oscuridad segura y derramar secas lágrimas al desafío de
rasgar la frontera y ocupar la siguiente casilla; elige el refugio del pasado y aferrar momentos de lujo, vidas mejores, que alentar la búsqueda de alientos de bocas
sinceras, vientos renovadores del sur.
lunes, 21 de octubre de 2024
Cuentos en el póster
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Cuando la mente divaga, muchas veces nos juega en contra, suele ser bastante frecuente, es como un autosaboteo no?
ResponderEliminarMe encanta la forma en que lo describís,ese viaje interno a ningún lado, que al final, acaba quedando donde estaba...donde empezó.
Precioso!
Un beso grande!
A veces la mente sin restricciones hace y piensa lo que nosotros no nos animamos. Puede ser autosaboteo si son cosas negativas, pero también pueden ser plataforma para dar el salto.
EliminarEs un tema recurrente el de la existencia circular en mis textos, algo para analizar, no?
Besote y gracias por pasar!
Sí.
ResponderEliminarNo me hagas esto, no podés decir que se rompió el teclado, que se desconectó el wifi o que blogger se tragó tu comentario (bueno, eso sí puede pasar) cuando yo sé que tienes afición por apretar esos cuadraditos con una letra pintada y formar de esa manera frases una atrás de la otra y venís acá, y ponés un monosílabo, dos miserables grafemas que no hace más que flotar como el meme de Travolta.
EliminarPonete las pilas y exprimite la capocha, mandate un comment como la gente, chabón!
¿podemos culpar a esa persona?, en la cuevita se esta tan a gustito, hace calor y tenemos netflix, para qué demonios quieres salir ahí fuera si llueve y hace frío...
ResponderEliminarPara culpar, hay que tener cierta altura que creo no tiene nadie, por lo que podemos opinar que es una buena decisión quedarse donde está. O que podría salir a cambiar su mundo. O tal vez solamente para mojarse y sentir el fresquito del agua. Opciones hay, lo que tiene que explotar es la decisión de hacer algo.
EliminarAbrazote y gracias por pasar!
Claro, incluso el no hacer nada ya es hacer algo, ¿no?
EliminarSi, es una declaración de principios. Pasiva, tranquila, quizás silenciosa, pero declaración al fin.
Eliminar¡glup! por un momento me perdí y pensé que me estaban describiendo, pero tuve que volver a leerlo para afrontar la cruda verdad que nos pasa a más de los que pensamos
ResponderEliminarParece ser que ese desvarío es más común de lo que pensaba... Cada uno tiene sus miedos, sus fortalezas, sus sueños, sus utopías. Y pensar que cabe la posibilidad de que ocurran, es necesario, para prevenir o planificar.
EliminarAbrazo!!
Mi zona de confort es mi zona de confort y siempre regreso a ella más allá de todas las pavadas que digan los que se dedican a esa psudodisciplina de la psicología.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Yo pienso lo mismo y para reafirmarlo, no voy al psicólogo ni aunque me lo cubra la obra social.
EliminarAbrazo José!!