Anoche hizo frío, tanto que ni siquiera la pesada frazada tucumana ni el brasero encendido fueron capaces de brindarme calor. Sentía el calambre que la helada me producía en la piel de las piernas, sentía el viento impiadoso ulular fuera de la casilla y pasar dentro sin permiso por entre las infinitas rendijas de la precaria pared de tablones mal cortados. La tierra suelta de la calle sin asfaltar parecía querer entrar y rellenar el piso del baño, la mesa de plástico blanco inclinada sobre la puerta impedía que ésta se golpeara contra la cocina; la única hornalla que funcionaba estaba coronada con una pava de aluminio, tiznada y abollada. En la otra pared, una pila de chapas espera ser clavadas algún fin de semana libre como techo protector.
Afuera en el centro de la toma, se escuchan algunos tiros que por milagro no matan a nadie. La policía llega y recibe piedrazos y abucheos en lugar de colaboración. Todo se dirime entre bandas rivales como caballeros y a balazos. Me pertrecho con la cobija, como si fuera blindada y pienso que algún día el frío se va a terminar. En la cordillera el calorcito se demora en llegar, se hace desear y la nieve que a veces decora el escenario humedece las maderas de las casillas.
A la mañana siento el estómago aullar de hambre. No tengo otra solución que tres galletitas y un felipe de ayer, algo duro y húmedo. Mejora cuando lo sumerjo en mate cocido, aunque no mucho. El sol de la mañana mengua el frío y seca los trapos acompañado con una leve brisa. Después de eso, no hay más que subirse a la bicicleta y rumbear para el laburo, que no es lo mejor pero es lo que hay.
Hace ya un buen tiempo que no le leo una entrada tipo "blog" de este tipo o sea por lo general sus textos son más literarios y que nos llevan mucho a la imaginación, éste fue como más... de la vida cotidiana, mi especialidad, carajo esta entrada sí me gustó Y MUCHO, qué bonito la relató y cada cosa se siente y nos transporta ahí donde está con todo el frío y los balazos.
ResponderEliminarEl blog del inicio era más bromista, el Intendente como personaje para contar algo y luego entremezclaba algunos textos literarios, como decís vos. Pero después se hizo aburrido, cosas de la vida virtual.
EliminarAbrazooo Conejo!
Escenas de la vida cotidiana desde dentro, y desde fuera, lo que puede pasar cuando hay bandas de rivales, parece una guerra, entre tiroteos, todo puede pasar, desde que entre la bala por el cráneo, hasta que pase resbalando y todo quede en un susto.
ResponderEliminarMe gusta como lo vas narrando Etienne, un placer leerte.
Besos.
Hay noches en que se escuchan los tiros, no pasan cerca, pero las bandas se pelean entre ellas por el control de ciertos negocios, eso es real. El frío ya no lo es, empieza de a poco a sentirse la primavera.
EliminarBesooo!
La vida parece empeñada en que elijamos un bando cuando la mayoría de las personas les sobra con intentar sobrevivir. Sobrevivir y ya, ni tan siquiera con algo de dignidad.
ResponderEliminarFormamos parte del bando de gente sin bando, los marginados, apartados, casi diría fuera del sistema, si no fuera porque nos tienen encerrados en el cerco de la burocracia. Sobrevivir, hasta que no quede otra opción que elegir.
EliminarAbrazo Beau!
Un retrato literario que nos abraza, y nos lleva a ese clima helado que nos vas narrando, esa especie de monólogo interno que refleja la cotidianeidad de la vida de muchos.
ResponderEliminarPrecioso.
Me encantó.
Un beso!
Si no fuera parcialmente real, sería un gran relato, ja! humildad y seriedad nunca me faltó!
EliminarNo sé cómo se llama el tipo de narrador que cuenta lo que le pasa a él pero como si fuera otra persona, está bueno para resaltar que la vida a veces nos pasa por al lado y no nos podemos subir a ese tren...
Besos!!
Y así se nos pasa la vida... Pero es mejor ese «es lo que hay» que nada.
ResponderEliminarBesos.
Si, a veces poco es mejor que nada y sobrevivir es mejor a morir. Depende cuando, no?
EliminarBesos!!
Es lo que hay y a nadie le preocupa mejorarlo.
ResponderEliminarSaludos,
J.
No, no hay nadie. Ni que lo quiera arreglar ni que le importe un rábano la gente. Se la pasan discutiendo estupideces teóricas mientras seres humanos pasan penurias.
EliminarAbrazo Pepé!