Podés estar saltando, gritando fuerte, brindando con tus amigos, riendo a carcajadas; tal vez nadando en aquel tanque, pasándola bien, pescando en un lago del sur, creando arte, trabajando a destajo. Pudiste estar haciendo cualquiera de esas cosas y lo seguís haciendo en el trozo de papel que muestra la imagen que hoy tengo frente a mis ojos.
Podés estar simplemente mirando el lente de mi cámara para quedar impreso para siempre. Y eso te transporta, inmutable y raudo, del pasado que te albergó a este presente lejano en que te recuerdo.
En su naturaleza de evocar en quietud insoslayable la fotografía crea movimiento, imagina aromas, supone sonidos, piensa cosas nuevas, dice otras palabras. En ese poder de inmovilizar tu gesto, de aquietar la tormenta que se agitaba en nosotros, transporta el escenario, recrea e incluso mejora nuestra evidente impericia para sobrellevar ese momento.
Hoy los archivos son digitales y ya el álbum es una carpeta en la computadora; a mí me gusta el cartón ajado del sobre papel, los negativos envueltos en gris celofán esperando servir para una copia futura, la elección fundamental del acabado mate o brillante que definía el tenor del contenido del rollo. Son parte fundamental del recuerdo.
Una fotografía cualquiera es un puente al pasado, otorgándole inobjetable realidad, es un recordatorio de implacable precisión, es un baúl de recuerdos donde reposan las imágenes que nuestra memoria creyó haber olvidado.
Ay, qué precioso y qué cierto!
ResponderEliminarMe pasa lo mismo... es más, yo a mi madre, le mando siempre fotos en papel, (vive en Buenos Aires) porque las de celular,ella dice que no las disfruta, que no las puede mostrar, ni tenerlas siempre a la vista... Me ha encantado tu entrada Etienne,es sensible,elegante y tan cierta.
Un beso!
Es una discusión de gente vieja, jaja, pero al conocer el formato análogo tenemos una ventaja sobre los nativos digitales, el romanticismo del objeto por sobre la inmediatez del pixel.
EliminarA vos te parece sensible, y por eso no tengo lectores jóvenes, jajaja!
Besos!!
Aún tengo mi Nikon, aún sirve como el primer día, aún tengo rollo sin usar, aún tengo negativos, en fin. Lo cierto es que ya no hay esa bonita ilusión de ir a revelar el rollo para regresar al día siguiente y juntarnos en familia a ver las fotos en los álbumes. Hmmmm pero si todavía tengo cámara y rollo ¿pues qué carajos estoy esperando?. Ya regreso.
ResponderEliminarYo tengo una Yashica, con lente 35mm, filtros, un teleobjetivo de 180 y flash por las dudas...
EliminarPero no hay casas para revelar las fotos!! desaparecieron!
Es cierto ETIENNE, como lo tangible nada... en todos los ámbitos de la vida...libros, fotografías, cartas.. nada es comparable a sentir entre tus dedos, oler y... dejarte llevar. .. claro que no tanto como a CONEJO .. que se nos va raudo y veloz jajaja ... BesooosS!
ResponderEliminarComo le decía a Luna, lo tangible nos ata y nos remite a un momento, a olores, a texturas, nos detiene en un recuerdo puntual y nos transporta. Eso porque tenemos otra velocidad, los nativos digitales no tienen tiempo, todo inmediato, todo veloz y no se atan a nada. No es mejor ni peor, es diferente.
EliminarBesos!
Me ha gustado mucho la reflexión.... Es extraño, pero lo digital parece que provoca menos cosas, ¿verdad? El papel, el no saber qué saldrá al revelar el carrete, los olores.. Todo eso vuelve al ver una foto en papel.
ResponderEliminarEl acto de pasar una foto en pantalla es algo frío, la química del negativo parece que asienta otros componentes en nuestros cerebros.
Saludos
En lo digital pareciera primar la cantidad, mientras que lo análogo era más artístico, más improvisado y autentico. La foto papel tiene un alma diferente, transmite más allá de la imagen, sin querer ser cursi, te absorbe y te mete dentro de la escena, te comunica hasta olores y texturas, mientras que la pantalla es más barrera que puente.
EliminarHola Etienne, cierto lo que dices,
ResponderEliminarse aprecia mejor todo, siempre
es muy agradable visitarte mi amigo.
Besitos dulces
Siby
Hola Siby bella, cómo estás?
EliminarSon opiniones teñidas por el paso del calendario y la caída de sus hojas. Como todo lo imaginario, es subjetivo, pero el hecho artístico me parece más sufrido y perdurable, contra la profusión de archivos de computadora que en cualquier momento se borran o se pierden y nadie lo lamenta.
La fotografía digital nunca reemplazará a la fotografía en papel, aunque amenace con reemplazarla y desalojarla a lo meramente "artístico. Tengo miles de fotos digitales que nunca miro, pero siempre vuelvo a las pocas que aún conservo impresas.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Hola José! A mi me pasa lo mismo, miro los álbumes de 24 o 36, la cantidad que tenía el rollo, fuera de foco, algo movidas, iluminación deficiente, mucho más espontáneas que las 300 fotos similares que uno saca con el celular y que, después de usarlas para las redes sociales, luego descarta al olvido...
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