Imaginé que podía elevarme incorpóreo sobre las nubes, sobre el mar y recorrer la superficie de la tierra y después de un tiempo de admirar la vista bajar para ver donde había descendido.
Soñé que los hombres que habitaban esas tierras hablaban otro idioma o tal vez el mismo que el mío, sus orígenes o su evolución.
Pensé que vería palacios reales, obras monumentales, ferias artesanales; pensé que pisaría avenidas históricas, que traspasaría puertas inmensas y me bañaría en la fuente bautismal.
Vi con claridad que mis pasos me llevaban por museos, plazas y callejas, después de perderme en conexiones de trenes y subterráneos.
Creí que era un sueño concretado llenarme las pupilas de ese colorido arte, de esas curvas góticas, de ese parque genial, de ese pueblo nacido para desaparecer y resurgido de sus escombros.
Consideré que pisar la arena casi incolora, mojar mis pies en agua turquesa y yacer con los ojos cerrados bajo la sombre de una escuálida palmera no sería gran cosa.
Lo bueno de imaginar cosas es que no deja de ser eso, una recreación mental de algo deseado, soñado, tal vez merecido pero nunca concretado. Cuando alguien dice que ha sido un sueño hecho realidad, se refiere a que lo que ha conseguido bien podía merecerlo otro, o su variante personal, que si no lo recibía tampoco se iba a quejar, porque en definitiva no consideraba eso posible en su vida.
Y después, tarde, te cae la ficha.
Y sí, como se dice soñar es gratis,imaginar es más bonito aún, y la mayor parte de las veces la realidad nos baja de golpe..pero,por un instante aunque sea, ha sucedido la magia.
ResponderEliminarPrecioso y reflexivo...siempre tus relatos tienen un mensaje que siempre suma.
Beso grande!
Es muy necesaria esa magia, nos hace autopercibirnos como humanos, nos hace darnos cuenta de lo terrenales que somos dentro del egocentrismo que sufre la especie y brinda un norte para cimentar la energía de nuestro deseos.
EliminarMuchas gracias por tus halagos!
Te dejo besos!
Lo importante es no perder la imaginación porque sin ella estamos muertos en vida.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Sin la imaginación, nos queda nada más que la realidad percibida que a veces es demasiado abrumadora.
EliminarAbrazos!
Imaginar es no tener barreras, atreverse a imaginarse siendo lo que se desea y no se cree al alcance de la mano.
ResponderEliminarBesos.
La imaginación derriba límites, las barreras son ignoradas y hace posible cosas que en la llana realidad no serían más que un imposible.
EliminarTe dejo besos!
No hay como soñar bien las cosas para que se hagan realidad.
ResponderEliminarSaludos
Si uno logra visualizar eso que se desea y se aúnan esfuerzos en su concreción, tiene más chance de hacerse realidad.
EliminarBienvenido Chafar a la Ciudad!
Lo bueno de soñar es que te obliga a moverte, a buscar.. en definitiva, a pelear... Si lo tuviésemos todo sólo con desearlo nos aburriríamos a los cinco minutos de conseguirlo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, si te fijas en esas personas que tienen todo servido, todo lo material y algo de fama y todo eso, son personas que se deshilachan enseguida y eso es porque ya han agotado sus sueños o no los pueden renovar, viviendo por inercia, agotando el aire sin darle sustancia. Aburridos, es eso.
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