Quisiera creer que el mundo tiene una solución posible a todos sus problemas; que el facilismo no es la única opción ante una encrucijada;
que el esfuerzo por todos realizado valdrá por igual en la libreta de calificaciones del director de nuestras existencias.
Quisiera pensar que de este atolladero existe alguna salida sin arriesgar en lo más mínimo el objetivo final; quisiera ya terminar, dejar todo en perfectas condiciones para así salvar los malos, inútiles momentos de zozobra intelectual.
Cada vez que pienso en algo, de eso tengo miedo; cada vez que hago una elección, por la espalda me corre un escalofrío que me hace pensar en un millón de cosas, una menos optimista que la otra.
Como si lo desconocido, el camino incierto, me provocara un temor irrefrenable que me paraliza al instante. Y lo que me genera un sentimiento al que aún no le encuentro nombre es ese futuro con sus insospechados giros, el porvenir con sus ventajas y desventajas de ser todavía no vivido pero si imaginado.
El futuro que alberga todas las posibilidades imaginables, todos los sucesos deseados pueden convertirse en realidad en un mañana no muy lejano de nuestras finitas vidas.
Tiene mucho a su favor porque nos permite idealizarlo en un máximo esplendor, imaginarlo como se nos ocurra, pensarlo a nuestro antojo haciéndonos héroes valerosos venciendo a villanos y rescatando bellas doncellas.
Tiene mucho en contra porque la realidad mediocre de todos los días confrontada con nuestros sueños de merecida grandeza produce un choque muy duro generando el temor a no poder salir con éxito de este acertijo que la vida cotidiana nos viene planteando desde nuestro pasado lejano y que seguirá apareciendo hasta que nos decidamos con firmeza, con determinación mejorar el futuro que nos hemos imaginado.
Quisiera que todo fuera irreal, intangible, de aire, de nada para no tener que quererlo cambiar, para darme cuenta que no me afectará, ni hoy, jamás.
Estúpido y sensual futuro.
ResponderEliminarComo todo en esta vida, deseamos lo que creemos es lo mejor y no podemos tener y desdeñamos de lo que nos pertenece y nos da vergüenza.
EliminarLa verdad es que sí que estás pesimista, Etienne, aunque no me extraña nada, por todo lo que está pasando en el mundo, primero la pandemia, ahora la guerra... parece que todo se está oscureciendo, y hace que todo lo veamos más negro.
ResponderEliminarIntenta que no te afecte. Yo intento ser positiva. Primero: pensando solamente en el presente. ¿Para qué pensar en el futuro sino existe? si hoy estamos aquí y mañana... mañana a saber dónde estaremos. Y segundo: Pensar en algún momento del día en recuerdos bonitos para llenar tu mente de luz.
Sabemos que la incertidumbre nos asusta, es normal, sentirse desprotegidos, son emociones ante la vida, y sentir miedo es un mecanismo de defensa.
Gracias por hacernos reflexionar, siempre interesantes tus publicaciones. Me ha alegrado leerte en mi blog, te venía echando de menos, y eso que he regresado tan solo hace unos días, pero te echaba de menos. Y espero leerte durante mucho tiempo, porque me enriqueces. Un placer estar aquí.
Un abrazo enorme.
Es imposible no ser afectado por todo lo que pasa y nos rodea, más en estas épocas de hiperconectividad e inmediatez y aunque trato de que no se note, bueno, la realidad se puede maquillar (solo un poco) con algo de ficción, pero hasta ahí nomás.
EliminarPasarlo a texto, es una forma de exorcisarlo, de sacarlo de mi sistema y que no me termine enfermando.
Yo también te extrañé todo este tiempo que duró tu ausencia en casa propia y en quienes nos alegramos con tus comentarios.
Bienvenida de nuevo a la Ciudad!
Espero que no se haya perdido mi anterior comentario, imagino que lo tendrás con moderación.
ResponderEliminarBesos.
Blogger está en consonancia con el mundo y a veces anda para el traste, me manda mensajes a la casilla de spam (incluso propios!!) pero lo rescaté...
EliminarAy sí, entiendo el sentido total de lo que contás... es esa encrucijada vital donde tantas veces nos vemos y nos tropezamos una y otra vez. Cada vez que leo que hay que vivir el presente sin más, lo entiendo a nivel racional,pero... es bastante complicado llevarlo a la práctica. (Sobre todo, en este caso,viviendo en Argentina) donde el futuro angustia,pero,el presente también..
ResponderEliminarUn beso grande!
Sabés lo que más me angustia e incluso me llega a enojar? Que todos sabemos lo que tenemos que hacer, lo que no, lo que decir, hacemos terapia para ponernos en el lugar del otro, tenemos claro que ciertas cosas son buenas y otras no y asi y todo, insistimos en cagarla a pleno!!
EliminarPasado esencial, presente efímero y futuro incierto, vivimos haciendo equilibrio en la cuerda tensa del tiempo escaso como si fuéramos eternos. Qué pavos que somos!!
El problema debe estar en que mientras nosotros pensamos soluciones, quienes deberían de aplicarlas no piensan en lo más mínimo. Entonces nunca estaremos de acuerdo ni podremos avanzar en ninguna dirección.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Ah, metiste el dedo en la llaga! O quieren hacer y los gremios y las mafias instaladas no dejan hacer nada. Y encima, lo poco que hacen, la embarran de forma inefable.
EliminarNo, el acuerdo total es imposible, excepto en que queremos ser libres... Aunque no sabemos de qué y terminamos presos de nuestros actos.
A veces no queda más remedio que intentar vivir en el futuro. Un futuro que, en su indefinición, es perfecto. El problema es que es una huida hacia delante: conforme masticamos el futuro para convertirlo en presente, lo estropeamos y necesitamos crear otro futuro que sirva de refugio.
ResponderEliminarCreo que vivimos en el futuro como consecuencia de que todo lo que hacemos veremos consecuencias más adelante, porque todo lo planificado es para adelante. Y también porque lo pasado, por más que soñemos con viajes en el tiempo, no lo podemos modificar.
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