El sol matutino barría con sus rayos el suelo árido. Unos pocos árboles leñosos sobreviven al duro clima del noroeste argentino, alternando entre las veredas con algún perro soñoliento. La iglesia, con su fachada de un blanco calcáreo refulge inmutable en la tranquila y casi solitaria mañana. En las afueras del pueblo, cardones entronizan el paisaje.
Enseguida un vehículo irrumpe con esa tranquilidad y la hace desaparecer. El Renault 12 lleva con orgullo una familia a la plaza; en ella algunos juegos aguardan ser disfrutados. Se bajan tres niños ruidosos en esa edad en que la fantasía mezcla la realidad con los juegos, sus padres y una tía voluntariosa. Los púberes ignoran la abundante historia que los rodea, los muros callados, los postigos ciegos y van corriendo a los juegos. Mientras el resto de la familia camina por entre las casas estilo colonial, las callecitas aún de ripio y estira las piernas, se escucha un llanto. Es el varón del medio que se tiró del tobogán y con tanta mala suerte que olvidó poner las piernas al final y aterrizó con la cola en el piso.- Ahora es medio pelotudo, de grande va a ser pelotudo del todo, dijo proféticamente el padre.
- Buaaaahhh!!, continuaba el niño.
- Veni, que te doy un pedazo de sánguche de milanesa, dijo la madre.
- Sniiiiffff!!, seguía con sus gritos el marrano.
Con el paso de los años, la plaza se urbanizó y consiguió veredas, algún comercio gastronómico y muchos turistas que la revalorizan. En mis recuerdos está intacta.
jaja No sé por qué tengo la sensación que ese pobre pequeñajo que se estrelló de narices bajando por el tobogán, es el mismo que ha descrito hoy aquí la plaza rodeada de ..“La iglesia, con su fachada de un blanco calcáreo refulgiendo inmutable en la tranquila y casi solitaria mañana” … seguro que ese niño no resultó ser tan pelotudo como auguraba su padre, al menos escribiendo : )
ResponderEliminarTe devuelvo los besos y me despido, porque mañana me voy de vacaciones y no sé si podré conectarme, me esperan muchos toboganes por los que deslizarme, espero no aterrizar de narices…; ) Hasta la vuelta! Y gracias por la visita.. puedes expiar desde tu celular tooodo lo que quieras ; )
jejej, buenas y acertadas sensaciones... de vacaciones andábamos en familia y los niños haciendo cosas de niños, cosas que pasan. Lo bueno de los recuerdos es que se redactan solos, no hay que se demasiado bueno para escribir, tal vez forzar la memoria y agregar algún que otro adjetivo.
EliminarVaya a disfrutar de las vacaciones que son muy necesarias para recargar energías y ventilar la cabecita! Espero que hayas elegido algo cerca del mar, parece que por allá está haciendo bastante calor!
Besos y hasta la próxima!
Me gusto el relato hay recuerdos y lugares que aunque cambien uno los tiene en el corazón. Te mando un beso.
ResponderEliminarHay mucho de eso en varios de mis relatos; de hecho hay un autor argentino que leo desde hace bastante que trabaja en lo que se llama la redacción de las anécdotas mejoradas y es un poco eso, basarse en algo real para edificar un relato de ficción.
EliminarTe dejo besos para vos y gracias por la visita!!
Este texto relata la infancia de muchos de nosotros.
ResponderEliminarQué tiempos aquellos en los que las plazas de un coche solo dependían de cuántas personas necesitabas llevar.
Besos.
Eran otras épocas, menos global, menos tecnológicas, no tan aspiracionales, no tan gráficas. Mientras podamos mantener la posibilidad de hacerlo en familia, el resto no es tan importante...
EliminarTe dejo besos!
Los padres a veces se equivocan. De pequeños creemos que son sabios y saben ver el futuro, de mayores aprendemos que sólo podían contemplar y proyectar su propia existencia...
ResponderEliminarLos padres a menudo se equivocan, hacen (y ahora digo que hago) lo que pueden, es más voluntad que sabiduría, es más deseos que realidad. No hay receta infalible, no hay consejo que resuelva el problema. Aunque es cierto que de niños los veíamos como dioses...
EliminarOhh me recuerda mi infancia en el Barrio de Olivos... qué precioso y qué buen momento me hiciste pasar!
ResponderEliminarUn beso.
Cualquier recuerdo que te lleve a la infancia no puede ser un mal recuerdo! Y más si el escenario es un barrio con calles irregulares, bicis, bolitas, ladrillitos, tal vez un cajón de madera o un par de latas. Listo! Factores comunes de una muy linda etapa!
EliminarTe dejo besos!
Espero no te hayas unido al grupo de guerras
ResponderEliminarHace tiempo que no charlo contigo Un abrazo muchacho
Mucha
No soy ni ruso ni ucraniano, así que no hay guerra para mi. No me he mudado, sigo en la misma Ciudad, aunque con menos tiempo que antes. No me excuso, es la tristísima realidad del que mucho trabaja y poco cobra.
EliminarTe mando besos de reconciliación!
Que lindo lo que escribiste
ResponderEliminarmi amigo, tienes una pluma
muy especial, que retrata lo que escribes.
Besitos dulces
Siby
Hola Siby, no sabes lo valioso y alentador que es tenerte aquí de nuevo! Te agradezco cada palabra que dejas, impacta profundo y motiva a seguir contando historias.
EliminarTe dejo besotes!!
¿Y qué pasó con el niño? ¿Se cumplió la profecía del padre? No nos dejes con la incógnita.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Que yo lo diga puede malinterpretarse, lo dejamos a criterio de los lectores, jaja!
EliminarRelatar una escena cotidiana es un remanso para la mente que no deja de ser torpedeada con noticias de desgracias, de guerras y de catástrofes futuras.
ResponderEliminarSAludos.
La cotidianeidad tiene ese aura de tranquilidad y punto seguro ante tanta calamidad mundial. Tal vez ese volver la mirada hacia adentro, ser instropectivo, nos ayude a resetear ciertos comportamientos.
EliminarTe dejo besos!!
Great blog
ResponderEliminarPlease read my post
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