Cuando
el miedo te acorrale, te impida pensar fríamente y creas que no tenés salida,
acordate que tenés una oportunidad.
Cuando
la injusticia te agobie, te oprima con sus largos brazos y sientas que estás
solo, acordate que tenés una mano tendida.
Cuando
la soledad invada tu alegría, te encierre en un pozo y creas que nadie te
sacará, acordate que alguien siempre piensa en vos.
Cuando
tus problemas te superen y no sepas qué hacer con ellos y sientas que la
desesperación te invade, acordate que tenés otra chance.
Cuando
la desconfianza se apodere de tus sentidos y no puedas reconocer la sombra de
una mano amiga, acordate que alguien ya te la ofreció.
Cuando
la inmadurez ciegue tus ojos, te haga perder el rumbo y el cariño y la
confianza de tus seres queridos, acordate que hay mucho tiempo para ser
escuchado.
Cuando
la impulsividad comande tus actos, no te deje reflexionar y marches
alocadamente en tu vida, pará un segundo y acordate de tus amigos.
Cuando
la agresividad sea el común denominador en todo lo que hagas y te sientas
rechazado, acordate que la amistad no es racista.
Cuando
pierdas la calma, te desesperes, te sientas en medio de un páramo desconocido,
y no sepas hacia donde dirigirte, mirá en tu agenda de direcciones.
Cuando
el egoísmo te tienda una trampa, te tiente y no sepas cuál es la elección
correcta, acordate que tus amigos lo pudieron haber vivido.
Cuando
la indecisión te vende los ojos, los cubra de oscuras dudas y haga peligrar tu
seguridad, acordate que los amigos te pueden ayudar a sacarte la venda.
Cuando
la tristeza se apodere de vos, te llene los ojos de lágrimas y el alma de
penas, acordate que tus amigos te pueden prestar un hombro.
Cuando
el orgullo te haga decir cosas que no sentís y te lance contra las personas que
más querés, acordate que errar es humano.
Cuando
la mentira sea uno de tus recursos para lograr algo y pretenda convertirse en
tu aliado, acordate que tiene las patas cortas y es muy petisa para vos, no te
rebajes.
Cuando
la ingenuidad te quiera engañar como a un bebé y te quiera pasar por encima sin
respetar tu decisiones como persona, contá con un amigo para luchar.
Y
si la vida lo permite, cuando estés alegre, contento, con ganas de cantar, de
saltar, de emocionarte, de contar algo que te pasó, de pedir un consejo o
simplemente estar con alguien, ahí también acordate de tus amigos!
Sabios consejos de un amigo pero sobre todo muy positivos, que ayudan a caminar por la senda de la vida.
ResponderEliminarY que mejor que la humildad del corazón.
Un placer leerte.
Mil gracias por volar en mi blog, qué gusto da leerte.
Besos, poeta.
María, sentimientos negativos hay por demás, la única forma de cambiar las cosas es empezar por cambiar tu alrededor; si todos hicieramos eso, se viviría mucho mejor.
ResponderEliminarVos me empujás a volar, son tus versos la plataforma perfecta para hacerlo. Como te digo, los demás nos mejoran...
Besos!
Tu entrada me recuerda esa canción de Bunbury que dice "Si ya no puede ir mejor y está cerca el momento, espera que sople el viento a favor."
ResponderEliminarMuy lindo tu blog, seguiré pasando por estas tierras tan llenas de palabras.
Anna.
que maravilla escritor me ha dejado sin palabras
ResponderEliminarAnna, muchas gracias por la visita que será esperada con ansia en cada publicación!
ResponderEliminarBesos!!
Mucha, dejarte sin palabras? Alguien que las sabe usar con maestría y precisión? Seguramente has cantado a voz en cuello y la disfonía te ha invadido! Besos y nos leemos!
No tienes nada nuevo Etienne, pero te dejo mis saludos deseándote una feliz semana.
ResponderEliminarBesos.
María, ten conmigo un poco de paciencia... Ya saldrá a la luz algún otro texto..!
ResponderEliminarBesos!!